martes, 17 de abril de 2012

Del ruedo al micrófono / Por Ricardo Díaz-Manresa

Emilio Muñoz y Manolo Caballero con Molés en el Canal Plus

"...Pese al enorme paro que hay entre los periodistas y las malísimas condiciones de trabajo que sufren muchos de los que lo tienen, el intrusismo de los no profesionales -con todas las puertas abiertas- bloquea el mercado laboral. Estos "periodistas" a veces ocupan los puestos incluso indecentemente..."

Del ruedo al micrófono

Ricardo Díaz-Manresa

17- abril- 2012
Ya estamos en la de abril y vuelven o debutan en el micro de radio o de tele algunos toreros o extoreros. Tras una vida más o menos productiva, con mucha o mediana cuenta corriente, ocupan puestos de comentaristas, algunos no para aportar conocimientos técnicos, los que sepan hacerlo, sino simplemente para detentar un trabajo, y cobrarlo, que debería ser para un periodista profesional, pero el intrusismo no sólo está en el toreo. Es ya generalizado. 

Pobres los que estén en las Facultades de Ciencias de la Información y quieran vivir de esto.

Oiga o vea cualquier emisora y se encontrará con exdeportitas (jugadores de fútbol o baloncestos u otros deportes y toda clase de especialistas entrenadores hablando y cobrando. Mientras, las facultades atestadas, sí, lanzando titulados y aparcándolos en el Inem.
¿No pueden hacerlo toreros, apoderados, futbolistas, baloncestistas, balonmanistas, fútbolsalistas, entrenadores que fueron y ahora están en el paro?. Si ayudan técnicamente a comprender el espectáculo, si lo hacen realmente, sí. Pero ¿cuántos hay?...

Siempre y cuando –esta es la norma ética- que no defiendan intereses en ese momento dentro de una actividad paralela profesional.

Así vemos a extoreros-apoderados ocupando un puesto imposible. ¿Va a criticar a la empresa que debe contratar a su pupilo o que ya lo ha hecho para esa misma feria, a los toreros que pueden vetarlo si señala sus defectos, a los ganaderos que deben vender sus toros para su poderdante, al público que deberá juzgar al que le da comisiones…? Es un disparate, una falta de vergüenza. No se puede estar en el micro y en la pomada del taurineo. Pero, claro, van por libres, no pertenecen a colegio profesional alguno, ni a un grupo que los controle y hacen lo que les da la gana, mientras empresas periodísticas –o así- los contratan.

Fíjense bien en ellos y analicen lo que dicen. Por otra parte, ¿cómo criticar a compañeros, a los que hay que poner bien por espíritu corporativo?. Si critican a algunos que actuaron con ellos, malo, y si lo hacen con los que llegaron después sabiendo lo que se pasa y supongo lo que se sufre, pues peor…Total, paños caliente y alguna que otra coba es el resultado. Es la manera que la masa pierda el sentido crítico y esto vaya claramente para abajo.

Los lectores deben saber los que cumplen y los que no. No voy a señalar a nadie. Sólo voy a recordar a algunos que ocupan puestos al lado del narrador, muy bien, bien, regular, mal, muy mal o pésimamente tanto en el aspecto formal como en el ético. Los lectores deben analizarlo y sacar sus conclusiones.

Esta es una lista que cito de memoria : Ruiz Miguel, el gladiador que se jugó la vida en cientos de ocasiones y que ahora torea de vez en cuando pasada la setentena. Dávila Miura, con una carrera en el ruedo solamente decente, y hoy apoderado y en negocios taurinos múltiples. Emilio Muñoz, que toreó en buenos carteles. Manolo Caballero, que estuvo a punto de pasar la frontera de los triunfadores y hoy coempresario de una plaza de segunda. Manolo Vidrié, ejemplo de buen rejoneador. José Antonio Campuzano, buen torero que no llegó a donde quería y hoy apoderado. Finito de Córdoba, con tanta clase como abulia, que no sé si está en activo o no. Roberto Domínguez, sorpresa en su día y ejemplo de voluntad para irse con cierto crédito, ahora con el Juli pero libre cuando comentaba. Y algunos más.

La lista de exfutbolistas o exentrenadores o exbaloncestistas o extenistas o exárbitros o exciclistases muchísimo más larga : Sanchís, Michel, Víctor Fernández, Pau Gasol, Alexanco, Manel Comas, Miguel Ángel Martín, Kiko Narváez, Alcorta, Sarabia, Perico Delgado, Cañizares, Camacho, Romay, Rincón, Urízar Azpitarte (y otros cuantos del pito), Antonio Martín, Corretja, Arancha, Iturriaga, Conchita Martínez y un larguísimo etc. Interminable. Algunos estaban en activo y otros se habían quedado sin trabajo y esperaban recuperarlo gracias al altavoz de la radio o de la tele. Y lo consiguieron en muchos casos. Funciona, funciona la maquinaria del espectáculo televisivo para que te vuelvan a llamar como entrenador, por ejemplo…

No hablo de los especialistas de la basura porque inmediatamente vomito. Todos valen para el pozo negro con tal de que chillen y digan barbaridades. Otra salida “profesional” para tantos.

Con periódicos –digitales o tradicionales- y revistas no se atreven porque hay que, supongo, saber escribir aunque sea con faltas de ortografía (que ahora tantas se ven en los medios). Y hablar, aunque sea mal, es otra cosa : se diluye en el aire. 

Pero querría insistir en que zapatero a tus zapatos. Se lo digo a los que consiguieron fama y dinero y ahora lo siguen acumulando. Bienvenidas sean sus opiniones estrictamente técnicas (que siempre pesará su condición de ex antes de criticar y, si lo hacen, serán tachados de malas personas) o sus artículos en prensa. Sin embargo, que no hagan de periodistas y mucho menos que estén en el plato y en las tajadas (tampoco en el plató) defendiendo intereses que teórica y prácticamente son incompatibles.

Ser veedor, apoderado o ganadero y ponerse habitual –no esporádicamente- ante un micro u ojeador de jugadores y comentarista no es de recibo : casos así que vemos con más frecuencia que la deseada.

Haría falta una ley de transparencia también en la información. Pero periodistas somos todos, con título y mejor sin él y por eso siempre digo que el copatrón de España –dejando a Santiago el título de Patrón- es San Francisco de Sales, el de los periodistas, porque nos acoge a todos los nacidos en las Españas e incluso en el extranjero.

Así que del ruedo o del campo de deportes a los micros y a llevárselo, decentemente o no, y a bloquear puestos de trabajo para los profesionales. Mientras, sigue habiendo tontos estudiando Periodismo, para ser profesional de algo que a mí me da vergüenza poner en las tarjetas, por lo que lo evito desde hace tiempo. Puedo ser confundido con la manada de gentuza que hay y que pasan por periodistas sin serlo.
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