sábado, 9 de junio de 2012

LAS VENTAS: LA PRIMERA OREJA DE LA FERIA / Antolín Castro


Alberto Aguilar

LA PRIMERA OREJA DE LA FERIA

Antolín Castro

España
AyC.- Paseaba la oreja Alberto Aguilar en la muy aclamada vuelta al ruedo y nadie le decía que no, nadie le hacía gestos, nadie se oponía a su lenta vuelta al ruedo. Había puesto de acuerdo a todos y eso significaba, no es menor el dato, que llevaba en su mano la primera oreja de las ferias… sin discusión ni objeción alguna.

Parece, o puede parecer baladí, este dato, pero no lo es. El Sr. Casas, Don Simón, su apoderado y coempresario de esta plaza podrá rentabilizarla orgullosamente para con el resto de empresas y no le costará trabajo, aunque esta no la haya visto nadie por la televisión, pues las anteriormente concedidas eran de otro nivel inferior. El mismo, el Sr. Casas, debería darse cuenta de las diferencias y obrar en consecuencia, dado que es empresario, cuando de otros laureados en Madrid este año se trate.

Digamos que la consiguió con una corrida de Victorino Martín, pero puedo asegurarles que de victorinos han tenido poco y que hasta en la presentación han decepcionado a todos. Ese toro tercero al que cortó la oreja Aguilar fue el más destacado por su codicia y repetición, embistiendo por abajo, pero seguramente sin la firmeza y buen hacer del madrileño no hubiera lucido igual. El resto ni leche ni café, algo insípidos, sin nada que les identificara con el legendario hierro, para bien o para mal.

Ha gustado hoy la disposición y la seguridad mostrada por Alberto Aguilar, pero también su colocación y estructura de la faena de principio a fin. Una faena a más, donde lo mejor era siempre lo siguiente que nos iba ofreciendo la muleta del gran matador. Buen gusto en la interpretación de cuanto ha hecho a lo largo de la tarde y que no se ha visto culminada con premio mayor por el mal uso de la espada y el verduguillo en el último de la tarde, donde ha dado una vuelta al ruedo. En conjunto el mejor premio de los coletas en las dos ferias.

Antonio Ferrera ha venido muy animoso, con ganas de hacer de todo, si bien no todo le ha salido bien, ni los toros le han permitido más alegrías. Se empeñó en poner de largo a los toros en la suerte de varas, pero eso en sí mismo no es sinónimo de acierto, pues dependerá de las condiciones del toro y no es nada que se pueda hacer ad hoc. Las banderillas han salido a su manera, aunque lo haya hecho todo más pausado y con menos saltos de lo habitual, pero sin cuadrar en la cara como la afición exige. Con la muleta también lo ha intentado, pero sin llegar a acertar con las teclas que había que tocar. Ligeras palmas en su primero y silencio generoso tras matar de juzgado de guardia en su segundo.

Llegaba nuevamente a Las Ventas el riojano Diego Urdiales y pechó con el peor lote. Si gazapón molesto fue el primero, parado y reservón fue el segundo. En ambos el ánimo por estar bien y mostrar su disposición le hizo alargar los trasteos y estar, consecuentemente, pesado para los tendidos. Hay que recordar que en Madrid o se puede hacer faena o no se puede, siendo los públicos muy hostiles con quienes pretenden sacar agua del pozo seco. Será difícil, a veces, saber a qué toros es a los que hay que insistir, pero el termómetro es el propio público. Remar contra corriente no lleva a ningún puerto. No mató a la primera Urdiales, pero terminó recetándoles grandes estocadas después. Una pena la suerte en los sorteos que lleva el arnedano este año.

Por hacer hincapié en nuestro comentario de ayer, habremos de insistir que el anuncio de Victorino ha logrado meter en la plaza mil quinientas personas más hasta llegar a los dos tercios, pero esto hace tres años, anunciado el de Galapagar, era de lleno. ¿Recapacitan o lo dejamos como está? No obstante hoy nos quedará el recuerdo de que un torero menudo… menudo torero diría yo, ha cortado la primera oreja de la feria.
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