jueves, 26 de julio de 2012

Sobre la idea de cubrir la plaza de Las Ventas / Por José Ramón Márquez



Sobre la idea de cubrir la plaza de Las Ventas 

José Ramón Márquez

A Andrés Rojas

Flores de invernadero. Ahora quieren cubrir Las Ventas, que no sé a quien se le habrá ocurrido el ideón, de qué brainstorminghabrá salido la ocurrencia, quién sería el que ante sus amos prorrumpiese con la frase:

-¿Y si cubrimos Las Ventas?

Y ya me imagino a doña Ana Botella, que pasa de los toros a mil por hora, o a doña Esperanza Aguirre y Gil de Biedma, que es una ‘gran aficionada’, como se suele decir, aplaudiendo al de la idea; que yo me imagino, y permítaseme la licencia, a Abella, a quien todos sus conocidos llaman Abeya, con su cara de gnomo grande como autor de la frase. Y es que hasta me imagino el despacho, la reunión de donde salió la idea, al estilo de una comedia de Alfonso Paso pero con muchísima menos gracia.

Y una vez emitido el regüeldo, el aplauso unánime de los de siempre, en aras a la humanización de la fiesta. Primero empezaron poniendo el peto, luego quitando el toro, después aboliendo el toreo y ahora ya quieren eliminar el clima, proeza sideral que hasta la fecha sólo había sido conseguida por uno de los empresarios decimonónicos de la Plaza Vieja de Madrid, el popularísimo y denostado por la afición Casiano Hernández, que en una ocasión fijó en las taquillas un famoso letrero que rezaba:

“Oi no ai sol”

Porque como el orbe taurino entero sabe, el auténtico cáncer que corroe las entrañas de la tauromaquia es el clima: que si hace demasiado calor; que si hace algo de vientecillo; que si amenaza lluvia; que si parece que truena, madre; que si el fresquete... Son muchos los que piensan que en el momento que se eliminen esas adversas circunstancias, comenzarán a manar en Madrid orejas para July, que muchas no las ha cortado porque la gente se enfrasca en la conversación sobre el tempero y no se fija lo debido en las grandes faenas del Pequeñín de Velilla y se les olvida sacar el moquero petitorio.

Con el cubrimiento de la plaza, los tradicionales tendidos de sol y de sombra ya no tendrían sentido, por lo que los conspicuos de la solanera como Florencio, que cuando una nube oculta el astro rey clama al Presidente por que le devuelvan el dinero, que él ha pagado sol, quedarían mustios como esas hierbecillas que nacen bajo una piedra, que ni tienen fuerza ni color. A cambio, los vejetes quedarían quizás más satisfechos con la cubrición, pues en la Plaza todos conocemos historias de ancianos que tras un mal aire -o acaso fue una mala corrida- no volvieron a ocupar su localidad y a los pocos días tuvieron su postrer momento de gloria terrenal en la prensa diaria cuando apareció su esquela en el ABC, que es el paso inmediatamente anterior al disfrute de la Gloria Eterna.

Para afrontar el cambio a Plaza cubierta sugiero que se haga como con el Palacio de los Deportes, que por cierto se halla situado en el terreno que ocupó la Plaza Vieja. El sistema es un pequeño incendio controlado y luego demoler el edificio afectado como si fuese las Torres Gemelas y transformarlo en lo que se quiera. Entiendo que con la cantidad de porquería que alberga la Plaza, lo del incendio es cosa fácil para un pirómano de mediana experiencia. 

Luego, cuando ya se tenga a la Plaza preparada, lo suyo es seguir los modelos de Plaza cubierta que tan magníficos resultados dan para el rock, el tenis, las motos, el Red Bull, el circo, la feria de la tapa... y para dar dos corridas al año. Desde Villarrubia de los Ojos del Guadiana hasta Leganés pasando por Navalcarnero o Valdemorillo hay un buen muestrario de Plazas cubiertas, multiusos, multifuncionales, que son un auténtico espanto para celebrar corridas de toros, porque son plazas de ecos y reverberaciones. Posiblemente ésa sea la razón por la que cada vez se usan menos para aquel fin ya que, muy posiblemente, lo que encubra todo el asunto de la cubrición de Las Ventas sea, precisamente, el anhelo de los gobernantes de ir eliminando paulatinamente los festejos taurinos.
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7 comentarios:

  1. No nos engañemos,el que cierra la plaza de Barcelona es Matilla,antiguo empleado de Balañá,ahora arrendatario mandamás del toreo,cobran la indemnización por cese de actividad, en una plaza que celebraba 17 festejos al año,2 o 3 rentables,el resto a palmar,quitaron a Cisneros el hombre aficionado y vino este,es como Molés,sin saber de toros y rico mandando en esto.

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  2. Este valiente anónimo si tiene eso que se le presume a los hombres que empieza por "cojo", y termina por "nes", tendría que decir, pero con datos documentados que es lo que cobra el tal Matilla de indemnización por cese de actividad de la Monumental de Barcelona.

    Y cuando se dice de una persona que no sabe de toros, hay que ser HOMBRE y presentar hechos para demostrar que tiene razón en lo que dice, mientras esto no ocurra así, este "listillo" que se esconde en el anonimato es un bulto sospechoso y con muy poca categoría humana para escribir en un blog de la seriedad que hace gala DEL TORO AL INFINITO.

    Felipe Reina

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  3. Palabras de D.Carlos Gabriel Luna Escudero aparecidas en "Espéculo" (2002),Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid:

    "Hace miles de años, por efecto de un tercer movimiento de la tierra, que provoca la precesión de los equinoccios, el sol abordó el equinoccio de primavera, en el signo del zodiaco que recibe el nombre de Tauro. Este signo de la constelación celeste fue considerado como el signo del sol primaveral, del sol fecundador, del Dios sol. El reconocimiento popular y los homenajes rendidos al Sol, se dirigieron naturalmente hacia el signo del zodiaco que era su símbolo, hacia el signo del Toro, el cual siendo partícipe, en alguna forma, de la acción del sol fecundador fue, en este aspecto, identificado con el astro. Se le rindieron honores y se le atribuyeron sus virtudes, poder y beneficios. Este signo abandonó el objeto significado, se convirtió en un dios y se adoraron las representaciones del Toro celeste. El entusiasmo religioso fue más lejos; no sólo se adoraban las representaciones del Toro zodiacal, sino que incluso un toro vivo gozaba de honores divinos. Fue así como el toro, la bestia mágica, signo dibujado, pintado o esculpido, en los zodiacos artificiales, fue identificado con el sol de primavera, se convirtió en TORO-SOL y , metamorfoseado en toro vivo, fue adorado como un dios, un dios solar".

    La corrida de toros es un rito solar, por lo tanto, cualquier encapsulamiento que suprima el protagonismo del astro rey supone una mistificación más de ese antiquísimo rito sacrificial.

    Si es en aras de la comodidad de toreros o espectadores, ¿es ético estar cómodo cuando por el ruedo corre la Muerte (la del toro, con toda seguridad y, la de los hombres,siempre posible...)?

    Un poco de seriedad, por favor.

    José Aledón

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  4. José Aledón termina la copia del artículo de D. Carlos Gabriel Luna Escudero, con unas sabias palabras de su cosecha, como que la corrida de toros es un "rito solar", y termina rogando "Un pco de seriedad, por favor".

    He tenido la curiosidad de leer en su totalidad el artículo del Sr Luna Escudero, titulado "La Tauromaquia: un rito sacro" y nada más terminar de leerlo he tenido que salir de casa a toda prisa y buscar la farmacia de guardia más cercana y comprarme lo más eficaz para el dolor de cabeza.
    En solo una hora de tomarme el fármaco a empezado a remitir el fuete dolor de cabeza que me produjo semejante ROLLAZO.
    Y es que estos grandes intelectuales son tan listos y juegan con tan lejanas fechas en los tiempos, como D. Carlos Gabriel, que se remonta 6 mil años en Creta, cuna de la civilización pre-helénica.

    Ya recuperado escribo lo siguiente:

    En el amplísimo artículo de D. Carlos Gabriel, se dice "El sol abordó el equinoccio de primavera, en el signo del zodiaco que recibe el nombre de Tauro", "Fue así como el toro, la bestia mágica, signo dibujado, pintado o esculpido, en los zodiacos artificiales, fue identificado con el sol de primavera, se convirtió en TORO-SOL y metamorfoseando en toro vivo, fue adorado como un dios, un dios solar", "Cómodo se hizo iniciar en las ceremonias sangrientas de la liturgia y entonces los altos dignatarios del Imperio siguieron su ejemplo y se convirtieron en celosos guardianes del culto al dios-sol Mitra" y termina el Sr Luna Escudero, diciendo "Y así como también el cristianismo enseña a los hombres a liberarse de las sobrevivencias bestiales que hay en nosotros, nada tiene de extraño que pueblos católicos como los nuestros, en Europa y en la América española, concurran a este rito sacro, aun cuando no comprendan con claridad la íntima significación del mismo. Si no con su inteligencia, con sus entrañas, saben que desde hace miles de años adoran al Sol y al toro".

    La conclusión que saco yo, es que con tanto "rito solar" que dice el Sr Aledón, y co los soles del Sr Luna Escudero, los días de corrida que estén nublados o en las corridas nocturnas, todo esto se va al garete.
    Por tanto me apunto a lo dicho al final por D. José Aledón, un poco de seriedad, por favor.

    Saludos

    Abelardo Ureña

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  5. Por eso no han cuajado . ni cuajarán -las corridas nocturnas. Todo lo contrario al futbol.
    Y, efectivamente, en la España nublada no son precisamente frecuentes...

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  6. El anónimo del 30 de julio (17:30) le ha faltado identificarse para saber a que se refiere...Y si la España nublada es la España oscura que parece dejo Zapatero, pero que Rajoy tampoco da con la tecla para que en España resplandezca el Astro Rey.

    Saludos

    Abelardo Ureña

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  7. Una agresión al arte, a la historia, a los toros y a la cultura en general. Y salida de la propia casa, la Comunidad de Madrid, obligada a ser tutora del arte, de la historia, de los toros y de la cultura en general. Un buen apoyo a los antitaurinos, una estocada bajera a cada aficionado con vocación y sensibilidad taurinas.
    Todas las razones que leo podrían haberse usado para llevar a cabo tanto plan productivo —y de tanta utilidad y rentabilidad económica y social— en la catedral de la Almudena, pongo por caso. En fin, una decisión lamentable que a muchos abonados nos hará replantearnos la continuidad en el abono, y no precisamente para reabonarnos a oír estridencias y berridos humanos o ver modelos en ropa interior. ¿Cómo se le ha podido ocurrir a la empresa y, sobre todo, a la comunidad autorizar tal sacrilegio en la basílica papal del toreo? ¿De qué ha valido tanta intangibilidad, espiritualidad e inmaterialidad de nuestra fiesta y del arte taurino cuando se desvirtúan de tal forma su escenario y su altar ceremonial en aras del pragmatismo y la materialidad más prosaica?

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