lunes, 13 de agosto de 2012

15 DE AGOSTO / Por Antolín Castro

Esta imagen, desgraciadamente, ya no se produce en infinidad de pueblos

15 DE AGOSTO

Antolín Castro

España
En estos días tiene lugar la fecha taurina más importante del calendario español, también del francés. Mucho ha llovido desde que se le concedía a este día la consideración de fecha mágica, donde todos los toreros tenían que vestirse de luces o, como mínimo, de corto. Corridas, novilladas y festivales inundaban la geografía española en la fiesta más taurina: El día de la Asunción de la Virgen.

También en este 2012 tendrá su importancia la fecha, pero lejos de aquella aseveración de que ‘quien no torea en este día es que no existe como torero’. Si se mantuviera el axioma, este año quedaban retirados unos cuantos toreros.

Un país que retrocede en sus creencias religiosas ha debido dejar de estar protegido por la Virgen. De ese modo, sin protección, la crisis se ha adueñado del panorama taurino y de ahí que esto ya no sea como antes. La Virgen, personificada en los ayuntamientos de cada localidad, ha dado la espalda a los toros. Por supuesto, los ayuntamientos y los lugareños no se la han dado a las celebraciones religiosas, que siguen siendo el eje y el norte de cada una de sus fiestas.

Si de verdad existiera afición en esas localidades, habría presión ciudadana suficiente para que se tuvieran que dar toros, pero es que no es solo la crisis económica la que lo impide, lo que de verdad se opone es la falta de aficionados que tengan ganas de ir a las plazas.

Se necesita de verdad a la Virgen para salvar la situación, para hacer el milagro, pero nos tememos que ya nadie reza como para que nos haga caso. Los toros se las tendrán que ventilar por sí mismos, sin que las ayudas, del tipo que sea, sean la panacea.

El hecho de que los toros, los festejos taurinos, no formen parte de la fiesta en tantos y tantos pueblos, es una muy mala noticia, una pérdida que se augura imposible de restablecer. Cuando las tradiciones dejan de serlo, dejan de formar parte de la cultura popular, de ahí la importancia de lo que está sucediendo en estos momentos.

Si defendemos que los toros son cultura, aquí se ha abierto una vía de agua demasiado amplia como para ignorarla. Seguirá siendo el 15 de agosto un importante día de toros, pero también estamos seguros que nunca volverá a ser como antes.

Que la Virgen nos proteja la Fiesta no puede ser una petición seria ni razonable, cuando políticos y, por encima de todo, los profesionales que viven de ella, se aprovechan de la misma pero dan de lado los pasos necesarios para salvarla.

Pediremos a la Virgen, por egoísmo personal al menos, que los aficionados serios sigan leyendo nuestra opinión en OyT, ya que ésta no tiene vacaciones. Felices Fiestas a cuantos las celebran en estos días.
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