EL 50% / Por Antolín Castro

Este es el símbolo más moderno de la nueva tauromaquia

"...El reclamo verdadero es que se respire una atmósfera de autenticidad tal que anime a grandes y pequeños a tener contacto con las plazas de toros, con la Fiesta, con el toro..."

Antolín Castro

España

Se está poniendo de moda eso de subvencionar el 50% de las entradas a los toros para jóvenes. Es una iniciativa que tomó primeramente El Juli y que ya han secundado otros toreros. La principal causa es que no acuden a las plazas y se pretende que esta sea una manera de que lo hagan. Mi opinión al respecto es la siguiente:

-Está enfocado a que vayan… pero solamente por el camino de que les salga más barato. Eso en si mismo es tanto como colegir que los precios son caros y que por eso no va la gente joven. Es cierto en parte, pues el fútbol o los conciertos son más caros y si van.

-A quien no le guste no va ni regalándole la entrada, por lo que habrá que convenir que solo acudirán los que les gusta y entonces vemos difícil que el sistema pueda captar nuevos aficionados. No me vale que alguien no se haga aficionado por el precio exclusivamente. Además, si es caro, parte de culpa tendrán los que cobran altos honorarios y en este caso es una forma de reconocerlo.

-El intentar que haya menos cemento es una buena estrategia, pero ayuna de la verdadera solución para que alguien se aficione, cual sería ofrecer un espectáculo que interese.

-Siendo mal pensado, o sin serlo, se puede pensar que ese es un modo de tener más fácil una cla, un grupo de animadores predispuestos a favorecer a su benefactor. No veo yendo a ver a El Juli a bajo precio, por ejemplo, a uno que no le guste ese torero; todo lo contrario, mostrarán interés los que sean fans suyos. Luego, ya siendo seguidor, será más propicio a favorecer el triunfo.

-Sin embargo se puede aplicar otra teoría, cuál es que no tienen confianza en que vayan a llenar plaza alguna. No imaginamos que José Tomás necesitara de esta argucia para llenar, aunque en su caso si sería un gran gesto eso de que vengan a verme los jóvenes. Les ayudo para que tengan acceso a los precios y mucho más a la opción de contar con entradas libres que yo he reservado para ellos. Le pedimos que se anime al de Galapagar.

De cualquier modo y manera, esto está tan en ruinas que cualquier fórmula es bien recibida. Cómo se verá el panorama para inventar estas cosas los toreros. Antiguamente los que inventaban fórmulas eran los aficionados que hasta vendían el colchón para poder acudir a ver a sus toreros favoritos. Los tiempos cambian y aquí en demasía… y así los toreros se preocupan ahora de que vayan a verlos, cuando ese asunto debería venir por otro camino.

Por supuesto que es bueno intentar acercar a los jóvenes a través de precios económicos, pero tenemos el caso reciente de Las Ventas que puso abonos de temporada (70 festejos mínimo) a poco más de 100 euros y se quedaron en la taquilla la mayoría de los ofertados. Eso es un reclamo nada más que para los que ya van que son a los que les vino bien. Yo no acudiría, es un ejemplo, a cazar elefantes, que no me gusta, aunque me pagaran la cacería.

El reclamo verdadero es que se respire una atmósfera de autenticidad tal que anime a grandes y pequeños a tener contacto con las plazas de toros, con la Fiesta, con el toro. Que las gestas sean tan sonoras que sea imposible abstraerse a acudir a verlas. Parches se pueden poner muchos, pero sería mucho mejor empezar de nuevo por lo que levantó pasiones en tiempos pasados y si eso no funciona entonces sabremos realmente a que atenernos. La idea refleja claramente la realidad: no son capaces de llenar, de interesar, aunque quieran mantener su caché.

Camuflar con entradas casi regaladas la realidad de las plazas vacías es tanto como intentar tapar un poco al sol, un eclipse parcial y breve, seguirá saliendo la luz y con ella poniéndose de manifiesto que es de día. A los toros no les falta la luz, pero sí le sobran muchas sombras.