FOTO: MARISA FLÓREZ / El País
La Fiesta está grave
"...Lo que más me preocupa es que el toro no tenga condiciones para emocionar. El toreo debe emocionar por el riesgo que transmite, por la estética de la faena, o por las dos cosas..."
Rafael Comino Delgado**
12/08/2012.-
Estamos casi a mediados de Agosto, cuando se ha consumido gran parte de la temporada, y varias ferias de las más importantes (Valencia, Sevilla, Madrid, Pamplona, Santander, Vitoria ) ya son pasado. A tenor de lo que hemos visto podemos emitir el diagnostico de que la Fiesta esta gravemente enferma, aunque no tanto como para pasarla a la UVI, pero casi.
Desde hace algunos años la tenemos diagnosticada de enferma, pero la crisis economía, política y social que España padece, han agravado su estado.
Esta temporada, igual que en la anterior, hemos podido comprobar como se han reducido sustancialmente los festejos, vemos mucho cemento en los tendidos y salen demasiados toros escasos de casta y raza.
La reducción del número de festejos no es lo que más me preocupa, pues tal vez se daban demasiados. El exceso de cemento se puede explicar, en parte, por la crisis economía. La Fiesta es cara y el dinero de la entrada, en muchas ocasiones, se necesita para pagar la luz, el teléfono, u otra cosa. No se si las figuras y los empresarios se dan cuenta plenamente de ello. El exceso de cemento también puede explicarse por falta de interés de lo que se oferta al aficionado.
Lo que más me preocupa es que el toro no tenga condiciones para emocionar. El toreo debe emocionar por el riesgo que transmite, por la estética de la faena, o por las dos cosas; esto ultimo es lo ideal, de lo contrario falta algo, pero lo vemos pocas veces, debido a la falta de bravura y casta de los toros, salvo en determinadas ganaderías, como es el caso de Fuente Ymbro (acaba de triunfar de forma apoteósica en Mont de Marsan y en Bayona), que aúna calidad, casta y raza, pero algunas figuras, no se por que, procuran evitarla.
Me gustaría que, antes de que la Fiesta deba entrar en la UVI, los profesionales tomen conciencia del problema y lo remedien. Sobre todo creo que las figuras y los empresarios son los que más responsabilidad tienen en ello. Solo deben emplear la medicina que se usa en Francia, donde la Fiesta goza de salud envidiable, cual es “dar verdad al aficionado”.
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