” Usted se ha saltado la Ley para beneficiar a un etarra, y encima ha utilizado para ello los votos de 10 millones de españoles”
Tomado del blog de Luis del Pino:
En junio de 2003, el gobierno del Partido Popular, del que entonces era vicepresidente Mariano Rajoy, modificó diversas leyes con el fin de endurecer el castigo de determinados delitos, especialmente los de terrorismo. Se reformaron, entre otras normas, el Código Penal y la Ley General Penitenciaria, para garantizar el cumplimiento íntegro de las penas.
En esa reforma, el artículo 90 del Código Penal y el artículo 72 de la Ley General Penitenciaria se modificaron para que en el caso de etarras condenados no se pudiera conceder la libertad condicional o el tercer grado a menos que el preso colabore con las autoridades, pague sus responsabilidades civiles, repudie sus crímenes, abandone la violencia, pida perdón a sus víctimas y se desvincule de ETA.
La reforma era una cuestión de justicia y de simple lógica: ¿cómo vamos a conceder el tercer grado o la libertad condicional a un terrorista que no se ha reinsertado, que no ha indemnizado a sus víctimas o que sigue militando en ETA?
Pues bien: nueve años después de que aprobara esa reforma un gobierno en el que Rajoy era vicepresidente, otro gobierno presidido por el propio Rajoy acaba de conceder el tercer grado a un terrorista condenado a más de 200 años por secuestro y por tres asesinatos, un asesino terrorista que ni ha colaborado con las autoridades, ni ha pagado sus responsabilidades civiles, ni ha repudiado sus crímenes, ni ha abandonado la violencia, ni ha pedido perdón a sus víctimas, ni se ha desvinculado de ETA.
Ni siquiera el hecho de que el terrorista esté más o menos enfermo justifica saltarse las condiciones que la Ley establece para conceder el tercer grado o la libertad condicional. De hecho, existen sentencias de los tribunales que rechazan conceder la libertad a enfermos terminales por no haberse reinsertado y por existir peligro de que vuelvan a delinquir.
Por si fuera poco incumplimiento, el gobierno de Rajoy ha concedido ese tercer grado, como paso previo a la libertad condicional, en un proceso cargado de irregularidades:
- Para empezar, el terrorista, que se encontraba en un hospital penitenciario de León, fue trasladado a un hospital penitenciario de San Sebastián para realizarle las pruebas médicas que supuestamente demostrarían que le quedan pocos meses de vida. ¿Por qué el gobierno de Rajoy le trasladó a San Sebastián para hacer esas pruebas? ¿Es que en León no existen médicos capaces de estudiar un cáncer? ¿Se me acusará de mal pensado por preguntarme si los informes médicos dirían lo mismo si se hubieran realizado en León?
- En segundo lugar, al trasladarle al País Vasco, el etarra pasó a depender de la cárcel de Zaballa en Álava, de modo que quien ha elaborado el informe penitenciario para concederle el tercer grado ha sido la Junta de Tratamiento de esa cárcel alavesa, y no la de la cárcel de León, que es donde el etarra cumplía condena. ¿Cómo puede elaborar un informe sobre el preso, y valorar por ejemplo su grado de reinserción, la Junta de Tratamiento de una cárcel en Alava que no conoce siquiera a ese preso, dado que acaba de ser trasladado?
- En tercer lugar, el proceso se ha tramitado en agosto, con lo que el juez de vigilancia penitenciaria, José Luis de Castro, está de vacaciones y el asunto le ha ido a caer, mira tú qué casualidad, al juez Pedraz, buen amigo de Garzón y cuyas querencias ideológicas son de todos conocidas.
- Y, por último, se ha invocado para conceder el tercer grado un artículo del Reglamento Penitenciario que, como todo buen reglamento, jamás puede estar por encima de unas leyes que prohíben conceder el tercer grado a un terrorista que no cumpla una serie bien clara de condiciones.
Así pues, el Gobierno podía haber elaborado los informes médicos fuera del País Vasco y ha maniobrado para que se hagan en San Sebastián; el Gobierno podía haber requerido los informes penitenciarios sobre el preso a los funcionarios de la cárcel de León y ha maniobrado para que esos informes se hagan en una cárcel de Álava; el Gobierno podía haber jugado con los tiempos para esperar a que vuelva de vacaciones el juez de Vigilancia Penitenciaria, y ha dejado que sea Pedraz el que se encargue del tema; y el Gobierno, en fin, podía haber exigido a través de la Fiscalía que se cumpla la Ley, y ha dejado que se recurra de forma fraudulenta a un reglamento para burlar lo que la Ley marca.
O sea, que para liberar al asesino etarra, ha habido que buscar un hospital a medida, una cárcel a medida, un juez a medida y una norma legal a medida.
Es decir: que el Gobierno no solo ha permitido que se burle la Ley, sino que ha contribuido a burlarla. Y encima ha consentido que el entorno proetarra orqueste una campaña de presión que ha terminado convirtiendo esa concesión del tercer grado en una nueva humillación al propio Gobierno, a las víctimas del terrorismo y a todos los españoles.
Déjeme recordarle, señor Rajoy, las palabras que le dirigió Vd. a Rodríguez Zapatero en el debate sobre el estado de la Nación del año 2005. ¿Se acuerda Vd., don Mariano? Como jefe de la Oposición, le dijo al entonces presidente del Gobierno: “Ha traicionado Vd. a los muertos y ha revitalizado a una ETA moribunda”.
¿Qué le podríamos entonces decir a Vd. hoy, señor Rajoy? ¿Qué podríamos decirle a alguien que, contando con mayoría absoluta, actúa de espaldas a los deseos de sus 10 millones de votantes y se dedica a dar continuidad a la política de colaboración con ETA iniciada por Zapatero? Zapatero se saltaba la Ley, pero al menos no engañaba a sus electores. Usted se ha saltado la Ley para beneficiar a un etarra, y encima ha utilizado para ello los votos de 10 millones de españoles a los que les repugna profundamente la negociación con ETA. Así que usted no es igual que Zapatero, señor Rajoy: en un cierto sentido, es usted peor.
No sé por qué actúa Vd. de esa manera, señor Rajoy. Supongo que porque esa fue una de las condiciones que le pusieron para dejarle llegar a la Moncloa: continuar, en el tema de la negociación con ETA, lo que Zapatero no pudo terminar.
Pues bueno, pues que usted lo disfrute. Supongo que lo de llegar a la Moncloa habrá colmado todas sus ambiciones y que estará usted enormemente satisfecho, don Mariano. Porque mucho tiene que merecer la pena el Poder para haber sacrificado, como usted ha hecho, toda su dignidad personal y todo su buen nombre. Que le aproveche, señor Rajoy.
Ahora, eso sí, le deseo de todo corazón que duerma usted al menos la mitad de mal que las víctimas del terrorismo a las que usted vuelve a causar un dolor aún más profundo que el que Zapatero les causó.
Zapatero se puso de rodillas y entrego Navarra y le hicieron varias manifestaciones Alcaraz y su tropa (no me refiero a las víctimas que todas ellas me merecen mi máximo respeto) me refiero a los españoles de bien de la derecha española, que son tan buenos y cristianos que no le importó abuchear a Zapatero durante el homenaje a las víctimas. Una buena lección de lo que debe de ser un español de bien...Tu ru ru.
ResponderEliminarAhora es Rajoy, el malo, el indecente y el que quiere darle los caprichos a ETA. ¿Y las manifestaciones para cuando?.
Y al margen de lo malo que fue Zapatero y ahora Rajoy, lo verdaderamente cierto y por lo que todos tenemos que sentirnos sastifechos el que llevamos ya algunos años sin derramamiento de sangre, y eso parece que no lo quieren entender mucha gente.
Yo y muchos que no tenemos la etiqueta de personas de bien, resulta que somos mejores que estos españoles de símbolos y escuditos.
Leonardo Plaza
Tenga usted cuidado con lo que dice, Sr.Plaza, porque los "símbolos y escuditos" de los que usted habla - aparentemente con desprecio - vienen a ser la Bandera y el Escudo de España y, por si no lo ha aprendido, para mi son sagrados e inviolables.
ResponderEliminarPor eso no soy ni "persona de bien" ni de mal, simplemente soy español y patriota.
Pero no solo de pan vive el hombre Sr Joscaba.
ResponderEliminarSe puede ser muy español y patriota, y también educado. Si en este caso usted se dirije a mí, lo ético, lo elegante le guste o no mi comentario tiene unas reglas de cortesía, que usted no emplea o desconoce, que es el protocolario saludo.
Todas estas son mínimas
cosas que diferencia a unos de otros para ser persona de bien al margen del respeto a la bandera y al escudo que yo también se lo tengo aunque no emplee signos visibles, porque yo quiero mucho a mi madre y usted supongo que también y no llevamos "símbolos" que así lo indique, por tanto Sr Joscaba, no tengo que tener ningún cuidado con lo que digo, porque se perfectamente lo que digo.
Saludos
Leonardo Plaza
Perdone el lapsus de poner "dirige" con jota.
ResponderEliminarUn saludo de Leonardo Plaza