domingo, 9 de septiembre de 2012

Niños / Por Ignacio Ruiz Quintano



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    En una sociedad tan inmoral, qué mormones se han puesto con el fútbol, asombrábase Hughes ayer.

Y van por los niños.

    Porque el peligro para los niños no está en los toros, como cree Maruja Torres, hada madrina de la infancia misionera, sino en el fútbol, con los tíos de la Fifa y de la Uefa estableciendo los valores que ha de reunir un niño sano y socialdemócrata como el que tendrían Íker y Xavi, si por ellos fuera.
    
Son un modelo para los jóvenes –decreta el jurado del Príncipe de Asturias, cuyos miembros tienen una idea de los jóvenes reducida a hacer rondos y comer pipas, cuando ni siquiera el pobre mundo del fútbol puede reducirse a las salidas por alto de Íker ni a las posesiones por bajo de Xavi.
    
Maruja Torres, que parece convencida de que su sensibilidad femenina es muy superior estética y moralmente a la de Lorca o Cocteau, tiene la sorna de invitar a los niños a fijarse en las corridas de toros que da la TV, aunque sólo si la TV es pepera, como ahora la española, no si es sociata, como de toda la vida la andaluza. Y como apasionada antitaurina, es incapaz de percatarse de que los taurinos de TV son más antitaurinos que ella, por los motivos que conviene explicar a los niños.

    Queridos niños y niñas de España, fijaos bien cada vez que TVE (o Canal Sur) retransmita corridas de toros, porque esos animalejos perrofláuticos ante los que unos jóvenes ikerxaviados adoptan posturas de estar jugando al billar no tienen nada que ver con esa ola del campo que es el verdadero toro de lidia, sobre cuya casta se levantó la tauromaquia, que es un espectáculo moralmente discutible, pero estéticamente insuperable.

    Mas si el modelo juvenil ha de escogerse del fútbol, que se escoja al papá de Falcao, por su impagable sinceridad.
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