lunes, 8 de octubre de 2012

El Pilar, "Feria no emitida por televisión" / Por Benjamín Bentura Remacha

Exposición "NIMES ´JT" en el Aula Cultural de la Misericordia


Benjamín Bentura Remacha
Zaragoza, 07/10/2012.-
Querido don Juan Lamarca: 
¿Tú le perdonaste la vida a algún toro desde el palco de Las Ventas que no es la primera plaza del Mundo según los cronistas sevillanos? Si no lo hiciste no te mereceras en un día lejano un canto funeral como le han dedicado al señor Salguero los necrologisstas andaluces Carlos Crivell y Fernando Carrasco? Aún si le hubieras concedido el rabo a Sebastián Palomo como lo hizo nuestro amigo y maravillosa persona Pangua se podrían tener en cuenta tus muchos méritos profesionales y de amante aficionado y sentimental bienvenidista. 

Como es natural y dadas las razones de mi edad y régimen interno, yo no aspiro a tan alto y doloroso honor, pero te lo advierto porque, habitualmente, uno mismo debe de preparar su canto funerario y hablar con los amigos para que luego no te den el disgusto eterno. Por algo parecido te escribo hoy, domingo, en la mañana soleada de la tercera corrida del Pilar de Zaragoza, porque te hago responsable como director de "El Toro al Infinito" de que alguien dijera que la temporada taurina se había terminado antes de celebrarse este ciclo más que centenario. Y, con cuestiones previas imprescindibles, luego pasaré a contarte en breves palabras lo que han sido las dos primeras corridas que han transcendido muy poco a nivel nacional porque solo Angel González Abad - 25 líneas en ABC - y Juan Miguel Núñez en EFE han dado noticia de lo ocurrido. 

La empresa SEROLO, a los que no conozco, han hecho una buena campaña publicitaria con una curiosa advertencia: "Feria no emitida por televisión". Va a tener razón José Tomás. Hasta una señorita, tan bella, inteligente y discreta como Belén Esteban tiene que taparse de vez en cuando para mantener su imagen de madre soltera fertilizada por un torero. ¡Qué peligro tienen los toreros! En este caso, la chica y su hija han tenido suerte y ambas "nadan en el euro", que no es mala moneda aunque este algo depreciada en estos tiempos de penurias para la mayoría de los españoles, incluidos los toreros. Serolo no se pone de acuerdo para emitir los festejos, pero ofrece magras ventajas a mayores, jóvenes, profesionales y viajeros, por ejemplo, los que vengan de la castigada Cataluña taurina.

Un fallo a mi modo de ver: no se puede torear mal hasta en los carteles. Hay cronistas a los que todavía se les ocurre calificar a un puyazo, par de banderillas, muletazo o estocada como "de cartel" para ahondar en sus calidades. Que un torero vestido de verde y azabache se incline tanto para citar a un toro aunque sea para que, tras sus hombreras, se vea la silueta del tamplo del Pilar me parece aberrante: Y conozco mucha obra de Moreda y sé que es un buen artista. Por otro lado, aunque la asistencia no ha sido profusa en estas dos primeras corridas, la habilidad del cuerpo de taquilleras de la plaza ha conseguido distribuir a los asistentes por todos los tendidos de la plaza y así evitar una visible orfandad. Y ¡al toro!

La primera corrida, la del viernes, 5 de octubre, fue un precioso y armónico conjunto de toros de los herederos de don Jose Cebada Gago, con uno negro, los otros castaños y algo colorado el sexto, con un que pesó 491 kilos el tercero y los demás alrededor de los 530, cabezas guapas sin excesos y siempre con el punto de la casta agradable de los de Rincón o don Álvaro. No creo que los toros fueran la causa de la caída del cartel de Antonio Barrera y sí que lo pensara mejor y buscara cartel de mas luminosidad para su despedida de las candentes antes de ampararse tras los tableros acompañando a Morante de la Puebla, artista por antonomasia, pero algo culo inquieto en lo que a mentores se refiere. Todavía me acuerdo de cuando lo llevaba Miguel Flores, paladar exquisito para saborear buenos artífices, y al que abandonó a las primeras de cambio aunque luego le brindara un toro en Madrid. 
Bien, envió su parte facultativo Barrera y le sustituyó Alberto Álvarez, diestro de La Valareña, barrió de Ejea de los Caballeros, plaza de toros en la que Juan Antonio Ruiz "Espartaco" indultó en 1992 al toro "Juguetón" de la ganadería de Cebada Gago. 
Esta tarde, el sexto toro también se llamaba "Juguetón", de la familia y me dijo el ganadero que hace unos días se le dio la vuelta al ruedo a un novillo, nieto del que volvió a nacer en Ejea. Y eso con las protestas de los reglamentistas que aseguran que la bravura solo se puede dar en plazas de primera y de segunda. 

En la corrida de apertura del Pilar los toros no tuvieron suerte, Alberto Álvarez y Paúl Abadía "Serranito" se emplearon con deseos y voluntad y el debutante Pérez Mota, gaditano de El Bosque, dio muestras de su buen estilo en más de media docena de lances en el saludo al tercero con broche de media en el centro del ruedo. Nada más.Y, sin embargo, la corrida fue buena.

El segundo festejo fue otra tarde de táurico interés: una corrida de "Peñajara". Dicen los escritos que esta ganadería, pese a sus orígenes de Sánchez Cobaleda y de mi amigo Higinio Luis Severino, sus nuevos propietarios, hacia 1980, eliminaron todo lo anterior y se quedaron con hembras y sementales de don Baltasar Ibán aunque se lidiaran toros demasiado voluminosos, cosa que no tiene mucho que ver con "los contreras". El caso es que, por unas cosas u otras, los dos diestros del mano a mano, estando bien, se fueron de vacío, Fernando Robleño por empeñarse en matar al quinto en la suerte contraria y Javier Castaño porque se le vino abajo el cuarto de la tarde después de protagonizar un tercio de varas glorioso de las manos, derecha con la puya e izquierda con las riendas, de Tito Sandoval y un tercio de banderillas con dos pares de David Adalid y uno de Javier Rodríguez. Entonces debió de sonar la música. 
A la altura de su hermano, en el segundo, Alberto Sandoval. Bien en la brega de ese cuarto Javier Rodríguez que saludó con sus compañeros de cuadrilla. Sin trofeos, pero con regusto en el buen paladar torero. Y seguimos. 

Juan, si vienes por Zaragoza no te olvides de ver las fotos de Náyade Moncín de Nimes en el Aula de Cultura de la Plaza de Pignatelli. Es una parricida aunque Carlos, su padre, superviva por su gran calidad. Náyade es distinta. Nada menos.

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