jueves, 8 de noviembre de 2012

‘EL PAYO’ Y EL JUEZ / Por Bardo de la taurina

 Octavio García ‘El Payo’,

Bardo de la taurina
La realidad suele ser un acontecer que no se puede negar y máxime cuando es producto de una resucitación, como sin duda lo es el caso de Octavio García ‘El Payo’, toreador queretano que hasta este domingo cuatro del ‘noviembrero’ mes, que para todos es mortuorio, para el rubio ensortijado resulto de resurrección y es que muchísimos aficionados se cuestionaban el porque se le seguía dando tanto carrete al guaperrimo, cuando la lógica apuntaba a que ‘El Payo’ más temprano que tarde tendría que abandonar las plazas monumentales obligándolo con ello a refugiarse con su toreo de arrebatos en las de baja monta, pues sus trasteos y su actitud no daban para más, ¿entonces que paso para que el fin de semana dejara de ser un comparsa y ahora sea un torero de interés?, las respuestas pueden ser múltiples, mas la realmente pesada es que Octavio García se abrió en canal y dejo que a su alma le tocara la conciencia y al alimón seguramente hecho a funcionar las neuronas de la inteligencia y eso fue lo que le permitió darle salida a la coherencia, la que a gritos le reclamaba que ese no era el camino, mas virar diametralmente le implicaba dejar la comodidad lo que no le debió de haber sido fácil pues el estar sumergido en el pozo del toreo falso, pantanoso, alucinante le resultaba facilote, porque así es el toreo a la trágala. ¿Qué si recibió ayuda, apoyo, auxilio de ese que proviene de los chamanes, de los brujos, de los merolicos, de los amansa locos, de los siquiatras? al Bardo le importa una pura y dos con sal, esto porque a mí, la vida de los toreros afuera del redondel me merece un respeto total, lo que si importa es subrayar que con el advenimiento de su actual apoderado tres valores le afloraron, la seria sobriedad, el valor sereno y el toreo reposado, factores que si los mantiene y aún más los multiplica le permitirán caminar por el sendero de la recuperación y dependiendo de la consistencia con que lo haga, ira accediendo al escalafón de la brillante realidad.

Y mientras tanto en acto de justicia hay que aplaudirle el que el domingo de su comparecencia haya reconocido que la oreja que le fue otorgada estaba muy justa o hasta holgada, resultado de los agujerazos de los metales y con no insistir en pasearla a chaleco, ganó mucho más y por ello se podría aseverar que ‘El Payo’ también en lo ético anda vigorizado y eso le debe de alcanzar para cerrar a piedra y lodo los tímpanos a esos seres desorientados que pueden resultar hasta perversos y que son los que andan pregonando que ya es una ‘figura’, -Torero ¡Mucho Cuidado! con el canto de las sirenas y si en cambio recuerde que desde en donantes, hubo personajes como Doña Gabriel Arroy , como ‘Alma Torera’, como el ganadero Don Rafael González, como ‘Mr. Sol y Sombra’ Luis Cuesta Perrusquia, que hasta en los momentos de tiniebla y pedernal, creyeron y siguen creyendo en usted con cordura. ¡En Hora Buena Octavio!-

Y ya que de baranda toqué el asunto de la oreja que le fue otorgada al referido ‘Payo’ y ahora lo hago también, a la concedida al primer espada Arturo Macías, las que tuvieron aires de benevolencia achacable al juez debutante el subalterno en el retiro Jesús Morales, mas hay que decir que esto no fue otra cosa que un pasaje resultante de su criterio personal o de la emoción de ánimo propia de su primera tarde titular en el palco, pero que por arriba de eso se encuentra un hombre de recio carácter que con el curtirse de la tardes se ira asentando y con ello demostrará sus aptitudes y si alguien tiene dudas de la personalidad de Jesús Morales bastaría con recordar que el fue aquel personaje que anduvo por catorce años a las ordenes del todo poderoso Manolo Martínez al que un día le dijo - ‘Maestro yo se que usted trata mal a las cuadrillas ¡Pero a mi no me grite! porque yo se hacer bien mi trabajo’,- si ese sigue siendo Don Jesús, (que sí) la Plaza México habrá ganado un juez que está vacunado contra la prepotencia, la intimidación, las amenazas, las componendas, la injusticia, la sumisión, las dádivas es decir un hombre ético que se da a respetar, aunque no es infalible, porque esos no existen.

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