Estuvo casado con una hija del diestro venezolano César Girón, de cuyo matrimonio nació su hijo César, que es matador de toros y se anuncia con el nombre y el apellido de su abuelo..."
Por Antonio Lorca / El País
El rejoneador Antonio Ignacio Vargas era la vibración a caballo. Jinete de alta escuela y torero valiente, compitió con los mejores en la década de los años ochenta y alcanzó triunfos memorables tanto en Sevilla como en Madrid. Ganó el premio al mejor rejoneador de la feria hispalense los años 1976, 1977, 1980 y 1990; y salió por la puerta grande de las Ventas el 31 de agosto de 1980, al cortar tres orejas a toros de Javier Molina y Louro en una corrida mixta en la que alternaba con El Inclusero y Alfonso Romero.
La última vez que actuó en la Maestranza fue el 11 de abril de 1999, en un festejo en el que estuvo acompañado por Joao Moura, Javier Buendía, Leonardo Hernández, Hermoso de Mendoza y Andy Cartagena, y fue despedido con una cariñosa ovación.
Poco después abandonaría definitivamente los ruedos y dedicaría su tiempo y su ilusión a la preparación, compra y venta de caballos en su finca de nombre Puerta Príncipe, situada en el término municipal de Carmona, donde el pasado lunes apareció su cadáver; al parecer, el torero sufría una fuerte depresión y pudo quitarse la vida con un disparo de escopeta.
No había cumplido los 65 años, y su muerte ha supuesto una muy triste sorpresa para el mundo del toro, que el pasado miércoles lo acompañó en un multitudinario adiós antes de ser incinerado en el cementerio de San Fernando de Sevilla.
Antonio Ignacio Vargas había nacido el 14 de junio de 1948 en La Puebla de Cazalla (Sevilla), en el seno de una familia muy ligada al mundo de los caballos. Pronto sintió la llamada del toro, y debutó en público el 16 de agosto de 1964 en la plaza de Los Palacios. No fueron fáciles sus comienzos porque pronto se viviría una edad del oro del rejoneo, protagonizada por los hermanos Ángel y Rafael Peralta, Álvaro Domecq y el portugués José Manuel Lupi.
Pero la constancia y la preparación de Vargas tuvieron su recompensa. Se encaramó a los primeros puestos del escalafón, se convirtió en un rejoneador imprescindible en la feria sevillana y paseó su concepción del rejoneo por todas las plazas importantes de España. Prueba de su capacidad y calidad como torero a caballo es que recibió el premio al mejor rejoneador en la Feria de Abril en cuatro ocasiones por sus actuaciones en la Maestranza, donde hizo el paseíllo 40 tardes. De sus triunfos ha quedado para el recuerdo el que alcanzó la mañana del domingo de feria del año 1980, en la que cortó dos orejas a un toro de Maribel Ybarra.
Estuvo casado con una hija del diestro venezolano César Girón, de cuyo matrimonio nació su hijo César, que es matador de toros y se anuncia con el nombre y el apellido de su abuelo.
Desde hace varios años era el comentarista de Canal Sur TV para festejos de rejoneo y en esa faceta ha demostrado una innata capacidad didáctica para dar a conocer los misterios del caballo y su doma y la relación con la lidia del toro.
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