Por Álvaro R. del Moral
Sobre el reciente debate en el Congreso.
Ya es sabido de sobra: la ILP continuará su tramitación en las Cortes después de la toma en consideración aprobada en el Congreso de los Diputados hace una semana justa. La mayoría aritmética del partido en el gobierno -apoyado por UPyD y UPN- otorgó el pasaporte definitivo a esta iniciativa legislativa popular que persigue la declaración de la Tauromaquia como bien de interés cultural de España aunque aún resta un alambicado proceso administrativo para que las 600.000 firmas recogidas se conviertan en Ley. Desandar otros caminos -léase la extinción catalana- se antoja una quimera melancólica aunque tenemos que felicitarnos de una medida que enfriará otros entusiasmos abolicionistas. Eso sí, difícilmente se habría logrado el empeño gracias a la pasmosa oratoria del parlamentario popular Juan Manuel Albendea, que recurrió a un discurso plano, plagado de lugares comunes y amparado en topicazos previsibles para defender una actividad que, con las cifras en la mano, muestra su potencial económico, social y cultural sin recurrir al rollo de Picasso y García Lorca.
Viva España, que es mi pueblo…
Viva España, que es mi pueblo…
Albendea emuló al mejor Juncal, el mismo que le aseguraba a aquella sueca escéptica y antitaurina, estudiosa de Rilke, que los músicos habían nacido para componer pasodobles y los pintores, qué duda cabe, para retratar toreros. No supo esgrimir el informe que había puesto en sus manos la Unión de Criadores de Toros de Lidia y se enredó en la habitual esgrima política con la portavoz de CiU, Montserrat Surroca, presumiendo de haberla invitado a los toros en Sevilla. Que tío. En esa tesitura, la fresca intervención de Toni Cantó, en representación de UPyD, fue una bocanada de aire fresco para los toreros -Juli, Manzanares, El Viti o Perera- que seguían el debate desde la tribuna de invitados. El actor metido a político superó alguna laguna de documentación denunciando la absurda politización a la está siendo sometido el toreo que otorgó cierto punto de equilibrio a un debate que vivió episodios surrealistas. Mención aparte merece la toma de postura del grupo socialista, que recurrió a la abstención -estaban preparados para votar en contra- después de oir el pataleo de diputados castellanos, manchegos y andaluces que habían advertido a Rubalcaba lo que se les vendría encima -“nos van a colgar en nuestros pueblos”- cuando asomaran por sus terruños. Sólo un día después, el delegado del gobierno andaluz en Sevilla, Francisco Javier Fernández, convocaba a los medios para dar un repaso a las estadísticas taurinas de la provincia y, ya que estábamos, reiterar el decidido apoyo de la Junta a la fiesta de los toros: España invertebrada, dijo Ortega (Y Gasset).
Las dos caras de las cifras del toreo.
Las dos caras de las cifras del toreo.
Hablábamos del informe que Albendea, o Gonzalo Argote, había dejado en el cajón para emplearse en sus particulares juegos florales. Los datos -anticuados- están referidos a la temporada 2009 pero son validos para establecer varias referencias. Sacaremos sólo algunas cifras: El IVA que graba las corridas -41,4 millones de euros en 2009- permitiría financiar 175.000 becas no universitarias, 13.770 plazas de educación infantil o el pago mensual de 131.000 pensiones no contributivas, la mitad del total. Tampoco está de más recordar que el espectáculo recauda cuatro veces más que el cine español -que sí está subvencionado- y que ingresa en taquillas 373,5 millones de euros. Todo ello, sin olvidar la importancia ecológica de la dehesa como hábitat del toro, 540.000 hectáreas del medio rural aunque la crisis está podando ese vergel. A pesar de todo, no podemos ponernos tan cachondos. Las estadísticas de la provincia enseñaban las vergüenzas de las bases del toreo: la Fiesta se muere a chorros en los pueblos y seguimos encantados de habernos conocido.
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Lo que el debate en el Congreso ha puesto de manifiesto es lo que no debiera haber ocurrido jamás – y que jamás se ha dado en la historia de España de los dos últimos siglos - , a saber: que los toros son – a nivel oficial - apadrinados por la derecha política, cuando cualquiera sabe que hay aficionados y DEFENSORES de la corrida de toros tanto en la derecha como en la izquierda, así como también detractores de la misma en tales ámbitos.
ResponderEliminarNo concibo que la izquierda y la derecha españolas se dividan ante la música, la literatura, las artes plásticas, etc. ¿Por qué pues se dividen ante la Tauromaquia?, pues porque ésta puede ser parte de la Cultura, pero también es MUCHO MÁS: es una filosofía vital, es una forma de ver el mundo, como lo es la ideología política o la religión, sufriendo actualmente los mismos vaivenes esenciales que éstas.
Los toros están ahí, engallados, ante TODOS los españoles (y, por extensión, ante el mundo: hispanoamericanos y franceses si hablamos de los afectados directamente, así como los demás pueblos, como espectadores de la comunidad internacional). Hay que tenerlos muy bien puestos para bajar ((izquierda y derecha) al ruedo y salir indemnes, pues su venganza (nadie les ha hecho en años ni puñetero caso a nivel institucional) puede ser terrible, llevándose “al hule” a indocumentados y oportunistas de toda laya.