lunes, 25 de marzo de 2013

Cemento del Levante / Por Pedro Javier Cáceres



"...Castellón se desangra, y si alguien puede parar la sangría ese es Patón. Cualquier otro paracaidista-empresario taurino tan solo sería, a corto plazo, mitad puntillero, mitad forense de la feria de la Magdalena..."

Cemento del Levante

Pedro Javier Cáceres
Periodista y crítico taurino
Concluidos los dos primeros ciclos de importancia en el circuito taurino las crisis (económica y taurina) han mostrado, sin disimulo, sin maquillar, su cara más pérfida.

Valencia con 400 abonados menos y un 13% de merma de aforo se encuentra neumónica, si bien a la espera de asistencia respiratoria cara a un nuevo pliego de condiciones que le proteja para sobrevivir en tiempos difíciles.
Me consta que la Diputación lo tiene claro, lo que necesita Valencia: en canon, programación, contraprestaciones y…empresario; o al menos, su perfil, nada subastero, nada paracaidista; solvente, que de seguridad pese a la crisis. El ejemplo cercano se les hace familiar. Y todo, dentro del contexto que los experimentos con gaseosa.
Paciencia y memoria, espera en la esperanza.

Más negro es el panorama en Castellón

Castellón ha sido una ruina, ya lo era; más. Enrique Patón (su empresario) se ha resignado amargamente.

Ha faltado tiempo para que galenos ocasionales de la tauromaquia actual, curanderos,sanadores y brujos le hayan dado el diagnóstico: cáncer de mediocridad.

Cirujía. Figuras en ciclo corto, vale, ¡a operar!.
BIsturí, rajas, y cuando ves las tripas de los honorarios y el cuadre en taquilla de ediciones anteriores, cierras sin intervenir.
Quimio, terapia de choque: seguir la estela de Casas tirar de imaginación y, una vez imposibles las figuras, basarlo en el toro: desafío de encastes. Tampoco funciona. Se cae el pelo, vómitos, signos de cansancio.

Patología: ciclo desmesurado en festejos y alto canon de piso plaza. ¡Que llamen al fisio!
¿Cual? El que ponga el cascabel al gato.

¿Quien? Complicado mientras la propiedad sea privada y esté viciada en la seguridad que a pesar de los números de Patón (que no son los de Bárcenas) durante años, y así seguiría siendo, a la tal propiedad les han hecho llegar certidumbres (no rumores) de interés por el coso del Paseo Ribalta...en estas condiciones, incluso con otras superiores en rentabilidad para dicha propiedad.

Dictamen: metástasis.

Castellón se desangra, y si alguien puede parar la sangría ese es Patón. Cualquier otro paracaidista-empresario taurino tan solo sería, a corto plazo, mitad puntillero, mitad forense de la feria de la Magdalena.
Nadie como Enrique Patón conoce los entresijos de Castellón y pocos están tan identificados con la afición de La Plana como su empresario tradicional desde hace años.
Patón, además, es un clásico dentro de "ir por libre"; de los que dan seguridad y solvencia. Cualquier otra aventura certificaría eutanasia.

Pero Patón está solo, aunque parezca mentira.
Ahora no es broma, Patón y, por encima de Enrique, Castellón y la Feria de la Magdalena necesitan un rescate. ¿Se acuerdan del ensayo publicado sobre la "cooperativa"? Castellón ya estaba en la lista de la UVI.

Es la hora de las figuras. Apoyando al empresario y seduciendo a la Propiedad que esta mentira, la real, y la piadosa (ofertas de empresarios emergentes ávidos de plazas) tiene las patas muy cortas. La Propiedad engordaría para morir... y muerto el perro se acabó la rabia, la feria y los toros.

Sería lamentable que tras vivir en el país de Alicia y creer en los peces de colores, con un aeropuerto sin aviones, ahora se sumara una tradicional plaza de toros, sin toros… para ser poco más, o menos, que un solar.

A lo mejor es el oscuro objeto de deseo. Seguro que el de Patón no.
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El Imparcial

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