lunes, 11 de marzo de 2013

EL GRAN DESAFÍO / Por Antolín Castro

Tiene mucha importancia el toro que vaya a salir a este ruedo de Valencia

"...llegaron a Castellón los carteles con los toros que las figuras no quieren, con los toreros que las figuras tampoco quieren ni para una tertulia, y llegaron gentes de otros lugares para presenciarlo en directo. Llegaban las emociones que invitaban a acercarse a Castellón y quedó claro que acudieron, dándose las mejores entradas del ciclo de la Magdalena..."

EL GRAN DESAFÍO

Antolín Castro
España

Un desafío es el que actualmente se vive en la Fiesta. Es un desafío permanente, desde fuera, desde dentro, incluso entre los aficionados.

El fin de semana en Castellón se vivió el llamado Desafío Ganadero, que está, y estuvo, muy bien. Una demostración de que es posible organizar carteles que digan algo, siempre al margen del de las figuras que cada vez dicen menos.

El Cid, Perera, Castella, Fandi, Luque, ahora Padilla, son de los que llaman figuras pero a cualquiera de ellos se le puede decir que como mucho lo será de la ‘triste figura’, dado el poco arrastre que han tenido en Castellón y tienen en las taquillas y mucho menos entre los aficionados dehueso colorado, que dirían en América.

Como ven, éstos no suponen ningún desafío; o sí, pues un desafío es el que emprende el empresario ante los aficionados contratando a quienes no son reclamo alguno en las taquillas. Llevan tiempo desafiando a los aficionados y ellos han optado por no acudir.

Esta terna llevó más gente que las figuras

Pero llegaron los carteles con los toros que las figuras no quieren, con los toreros que las figuras tampoco quieren ni para una tertulia, y llegaron gentes de otros lugares para presenciarlo en directo. Llegaban las emociones que invitaban a acercarse a Castellón y quedó claro que acudieron, dándose las mejores entradas del ciclo de la Magdalena.

Y en ese desafío se pudo ver que la fiesta existe, que el toro también, y que toreros capaces hay unos cuantos, que además son capaces de concitar el interés y el espectáculo. La firmeza y pureza de Diego Urdiales se vio con los victorinos; su fallo a espadas le privó de trofeo en ambos, dando una vuelta al ruedo. Rafaelillo el domingo, éste con miuras, paseó el anillo tras de una dura batalla con ellos.

El domingo también, fue Luis Bolívar el triunfador ante un cuadri excepcional, al que le dieron la vuelta al ruedo. El colombiano cortó una oreja que pudieron ser dos. Javier Castaño con los miuras del sábado alcanzó un gran triunfo, el mayor de la feria, cortando tres orejas.
Un desafío, un momento auténtico que ofrece Javier Castaño y su cuadrilla

Su actuación traspasa la frontera de las simples faenas para instalarse en la lidia completa. Acompañado por un David Adalid, que banderilleó los dos toros, el resto de la cuadrilla de a pie y los Sandoval en el tercio de varas, convierte en espectáculo, variado, sincero y auténtico, la lidia de sus toros. Los aficionados se lo reconocieron y la gente en general pudo presenciar un espectáculo más completo que el que las figuras y sus toros pueden ofrecer.

Un desafío en toda regla es el que hay que plantearse para resucitar lo que está mortecino. Una fiesta sin horizonte más allá de una muleta y un toro moribundo, puede convertirse en sensaciones múltiples y varios actores si el matador les da el sitio que les deja Castaño. Todo un desafío el poder ver la actuación del maestro y su cuadrilla.

Pero el gran desafío es el que está pendiente, es el que queda por hacer, el que no se atreven a ofrecer definitivamente los empresarios, prisioneros de las figuras y sus exigencias. Queda por hacer que todos los encastes aparezcan en todos los festejos, si es de este modo a través de tres ganaderías se ha demostrado que puede valer, y que los toreros sean capaces, ese es el gran desafío, de aceptar su profesión en plenitud y no con las ventajas y las elecciones ganaderas del mono-encaste, que están minando la esencia y el espectáculo que siempre supone el toro bravo.
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