lunes, 18 de marzo de 2013

Madrid: Ternas morganáticas vs. "sangre azul" / Por Pedro Javier Cáceres


'San Isidro' espera... (Foto de Juan Pelegrín)

"...Una tauromaquia con tufo absolutista de "Austrias y Borbones" en la que de ciento en viento, de la legión de "bastardos" (con perdón, es metáfora descriptiva) alguno, es invitado a pisar moqueta de ese "palacio real" que son las ferias postineras, regias..."

Ternas morganáticas vs. "sangre azul"

Pedro Javier Cáceres.-
Periodista y crítico
La feria de San Isidro con sus complementos están ya para imprenta, casi.
Feria apuntando a buena, con más chicha que el año pasado, pero con los mismos vicios inherentes al torero moderno: la consanguinidad de los carteles "tipo" de las figuras.
Un top del escalafón que parece regirse, sin dejar margen de maniobrabilidad a los empresarios, como las monarquías obsoletas: una cúpula toreril que se resiste a ternas "morganáticas" ayunas de competitividad y rivalidad que propician un mucho de rancio inmovilismo, redundancias y marcan una frontera infranqueable entre nobles y plebeyos, hueca, al menos, de aristocracia y burguesía; clase media: el colchón sobre el que debería descansar la estabilidad de cualquier sociedad o sector.

Una tauromaquia con tufo absolutista de "Austrias y Borbones" en la que de ciento en viento, de la legión de "bastardos" (con perdón, es metáfora descriptiva) alguno, es invitado a pisar moqueta de ese "palacio real" que son las ferias postineras, regias.

Uno, dos y tres... un buen ejemplo es.
Fandiño, sobre todos; y de él abajo -lo acabamos de testar en Valencia- Fortes por sorpresivo y David Mora por constante y buen torero (no hay que esperarle, está. Tan sólo entenderle) han sido durante las tres últimas temporadas —el malagueño la pasada, año 1º de su alternativa- los animadores de las mismas: ilusión, refresco de sangre, revulsivo para las figuras acrisoladas, alternancia, variedad de carteles …alternativa de poder con todo lo que ello conlleva….o al menos eso creíamos. Se ha visto que no.

Fuera de Castellón, colocados en guettos estanco en Valencia, herrados en clase media de relleno en Sevilla, donde Fandiño será ausencia por no saber leer su apoderado las singularidades de tal ciclo, se esperaba que en Madrid, por lo menos el vasco, tuvieran su oportunidad de verle la carita en el patio de cuadrillas a alguna de las homologadas figuras. Tampoco.

Sólo Fortes por su condición de confirmante se medirá con Morante y Manzanares ante la corrida de Juan Pedro…luego a lista de espera, y siempre en clase turista; la bussines quedó como mérito, parece deducirse, de sus antiguos apoderados.

A lo más que llega Fandiño, que no renuncia a sus orígenes anunciándose voluntariamente con la de Adolfo, es a alternar con El Cid y Luque (estos cada vez más burguesía que nobleza o aristocracia) y El Fandi, reciclado en líder populista.
David Mora alternará con meritorios en pos de una reválida, caso de Nazaré, o repitiendo curso para subir nota, años ha de postgraduarse: Tejela, Uceda, Gallo, Urdiales o Juan Bautista.

Otros toreros, jóvenes pero veteranos, como los mentados Uceda, Gallo, Curro Díaz...Juan Mora, con aroma y en busca de una eterna enésima oportunidad pero que visten muy bien un cartel de figuras abriéndoles terna, con más cuajo y bagaje que el recurso de las confirmaciones, tampoco son de estimar por los de arriba.

De esta forma cualquier feria de las grandes se encoge a unos pocos carteles rematados en vez de estirar las posibilidades que da un escalafón, sobre todo en ferias con robusto abono, pese a la merma propiciada por la crisis.

Un remedo de medirse unos pocos con otros pocos (lo de todos contra todos como en el deporte es una utopía, y así está el deporte competitivo y así la tauromaquia encorsetada) que provocaría el ensanche del cuello de botella como incentivo al aficionado, la motivación de unos y otros, pero sobre todo ajustaría costes de espectáculo por lo que tanto se clama en estos tiempos difíciles.

A nadie rechinaría, ausente El Juli, un Fandiño acartelado con Castella o Perera, por homogeneizar; como David Mora con dos de los artistas o estilistas: Morante, Manzanares o Talavante.
Una vez al año, y en Madrid, no hace daño; todo lo contrario.

Pero no. Sangre azul. Luego el “tampax” testa que el azul es impostado.
Como, cuentan, le espetó el apósito a una princesa en los días más femeninos: ¡que fue de tu sangre azul!
Sangre azul y consanguinidad. Hasta llegue un "hechizado" Carlos II... y cambio de dinastía. Para más de lo mismo.
Cuestión cíclica, hasta la venia a la cuestión morganática, por fortuna parece que ahora es norma...en las casas europeas.

Por cierto que el azul en diferentes tonos (celeste, pavo, marino, cobalto o añil) suele ser color de uniforme y mono de trabajo.
Y el toreo, que se sepa es un arte: abierto y universal…en teoría.

Ternas morganáticas ante la perversa consanguinidad.

¿Lo verán nuestros ojos? ¿Aunque fuera con ellos en la mano?

Va a ser que no.
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