Macías se reencuentra con el buen toreo
Aguascalientes Feria de San Marcos
Arturo Macías indulta a "Jilguero" de Fernando de la Morena
El mexicano sale a hombros con su compatriota Joselito Adame
Por EL GUERRA.- Sol y Sombra
Aguascalientes (México) .- Señores algo pasa en la Feria de Aguascalientes, el fantasma de José Tomás o del Juli cubren como una cubierta negra el coso de la Monumental.
La gente no ha respondido hasta el día de hoy en las taquillas, como se esperaba y fuera de la corrida Ponciana y la del pasado sábado, las entradas han sido muy regulares en términos generales, sin ser del todo malas, pero para una feria que atrae miles de visitantes cada año, se esperaría ver los tendidos mucho mas poblados.
Solo Pablo Hermoso ha llevado gente a los tendidos, porque ni Morante, ni Talavante ni los diestros mexicanos, han logrado meter a la afición en un mayor número a la Monumental.
¿Que pasa? ¿El poco trapío de algunos encierros que se lidian o las combinaciones no han sido lo suficientemente atractivas? ¿Ha perdido seriedad la feria para la afición local y nacional por las cantidades excesivas de alcohol que se distribuyen en cada festejo y el jolgorio que se vive en sus tendidos? ¿La economía?
Seguramente en estos próximos días las entradas mejoraran, principalmente por el largo puente vacacional que se aproxima, pero habría que reflexionar en alguno de los puntos mencionados.
Hoy ante una media entrada los mexicanos Uriel Moreno “El Zapata“,Arturo Macías y Joselito Adame han tenido una buena tarde en la Monumental Plaza de Aguascalientes.
La tarde fue triunfal gracias a un encierro bien presentado (¡oh sorpresa!) del ganadero Fernando de la Mora que dio un buen juego en términos generales, inclusive el lidiado en quinto turno, de nombre Jilguero, con 529 kilogramos fue indultado, primeramente por el buen toreo de Macías, así como por la ignorancia y complacencia de juez de plaza.
Porque no hay que confundir movilidad con bravura, para que un toro sea indultado tiene que tener en relación a su bravura: Una embestida pronta y repetidora desde la salida; rematar en los burladeros, pelear resueltamente en el caballo a contraquerencia, apoyándose en los cuartos traseros tras haberse arrancado de largo; no dolerse al castigo de la pica ni de las banderillas; rectitud en sus viajes; pelear en los medios, no en las tablas; humillar ante el engaño; no derrotar arriba ni a los lados; seguir el engaño con codicia y nobleza; no desparramar la vista; embestir sin violencia; no frenarse a mitad del viaje ni buscar al torero; no doblar contrario; propiciar la ligazón de la faena en un solo terreno y no recular ni escarbar la arena.
Lo anterior como requisitos indispensables para un indulto a partir de la dignidad y plenitud animal de un toro bravo, no del antojo de algunos.
Los Toreros:
“El Zapata” que ayer salió horriblemente vestido, con un vestido color zanahoria mezclado con chile habanero y azabache, que no le miento era ofensivo para la vista, tuvo una tarde alegre y triunfal.
La tierra de la gente buena se encariño con el tlaxclateca y todo, pero todo le aplaudieron. Con el primero se lució con capote, banderillas y muleta, en tres tiempos y como Dios le da al Zapata a entender. Mato de estocada y la gente le pidió la oreja. Mientras daba la vuelta al ruedo, no podía dejar de pensar en esos conos naranjas que se encuentra uno por algunas calles y autopistas.
Con el cuarto mas de lo mismo, si el toreo se equiparara con la comida, el toreo de Uriel seria fast-food: rápido, llenador y accesible. Fallo con la espada y todo quedó en una fuerte ovación. Que si mata bien se lo llevan en hombros hasta el palenque.
Macías, Macías…. anduvo como el doctor Jeckyll and Hyde, mal y bien.
Con su primero, anduvo un tanto frío, sin mucha conexión con el tendido y superior con su segundo, con el que emociono hasta a su mas incrédulo detractor.
Al quinto, le realizo una de las mejores faenas que ha realizado en esta plaza y de esta feria. Mas templado y reposado que en otras ocasiones, instrumento una faena con series largas, destacando aquellas con la mano izquierda.
Con firmeza y sentimiento, Macías se dejo ir por 12 minutos y el resultado fue una bella faena, que fue un feliz reencuentro con su mejor toreo.
Porque ayer Macías alcanzó niveles muy altos, como aquellos alcanzados hace algunos años en el mano a mano con el príncipe de Galapagar, cuando Macías estaba en la cúspide de su fama.
Ante la euforia del publico, ayer al igual que el primero de mayo con Morante, se escucho el ole largo de la Monumental.
La mayoría solicitó el indulto, que al final fue concedido, porque si no, en estos momentos Macias seguiria toreando a Jilguero.
Jose Adame estuvo bien a secas, pero de aquel toreo alegre y versátil de sus inicios, Adame ha mutado ahora a un toreo simplón y desabrido.
Esta tarde con el tercero hizo las cosas bien, muy correcto, pero sin ese sello personal y único que deben de tener todos aquellos que están predestinados para llegar a lo mas alto del toreo. Las dos orejas fueron excesivas, pero ayer la afición y el señor juez andaban muy dadivosos.
Con el sexto parecía una maquina de pegar pases, como esas maquinas que tiran bolas de tenis, pero falto el alma y el espíritu. Perdió una oreja por sus fallos con el acero.
En Adame hay un buen torero, pero si tira por la libre seguramente en el camino encontrara las respuestas que hoy parece no encontrar, pero si sigue por la linea de la comodidad y el conformismo, el camino será plano y largo.
Al final Macías y Adame salieron a hombros.
FICHA:
Décima corrida y undécimo festejo del abono. Coso Monumental. Media entrada. Toros correctos de presentación de Fernando de la Mora, pastueños y aborregados, pero que se dejaron torear destaco el quinto, “Jilguero”, que fue indultado. Uriel Moreno “El Zapata”: Una oreja y ovacion con saludos. Arturo Macías: Silencio y vuelta al ruedo tras indulto. Jose Adame: Dos orejas y silencio.
Destacaron las puyas de los picadores Javier Prado e Ignacio Meléndez.
El cartel de hoy viernes 3 de Mayo: Eulalio López “El Zotoluco”, Sebastián Castella y Diego Silveti con toros de Teófilo Gómez.
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