martes, 14 de mayo de 2013

LA PALMO….. / Por Antolin Castro


Un comienzo de Curro Díaz primoroso, torerísimo, muy bello, para enmarcar

LA PALMO…..

Antolín Castro
España
S.I. El título se puede prestar a varias cosas y no todas buenas que digamos. Es una expresión coloquial que viene a decir quien se encuentra en un estado de depresión, aburrimiento o muy mal de los nervios, vamos a punto de…, aunque también de volverse loco de alegría. De ahí que el comentario en boca de quien lo utilice nos anuncia lo mejor o lo peor. Pues ha surgido en más de uno esta tarde, en la plaza.

Referido a lo taurino nos puede llevar al nombre de una ganadería, La Palmosilla. Una ganadería que suele lidiar bastante, cuya procedencia es de Juan Pedro Domecq, -la sangre de una gran mayoría de ganaderías- y que en plazas de segunda pueden torearla hasta las figuras.

¿Es esto bueno? ¿Es malo? Pues depende de quién y para qué. Con ganado así no se puede venir a Madrid, es sinónimo de falta de casta y raza y solo puede valerles a los toreros para los que se cría. Si las figuras las matan es porque no molesta nada y puede llegar a ‘dejarse hacer’, un término nada taurino pero de uso diario en los tiempos que corren. Había figuras en el cartel hoy, pues no. Lo que cierra el círculo casi asegurado del fracaso.

Puede que no quede claro, pero intentaré aclararlo. Si las figuras hubieran estado en la plaza no habrían dejado huecos, porque sus admiradores hubieran poblado la cantidad de cemento visible. Esos mismos espectadores no hubieran reparado en picos, alivios, piernas retrasadas, en vulgaridades, etc., pero estando solo aficionados y gentes sin adscripción a la figura de turno, no suelen aplaudir con facilidad, no suelen jalear cualquier cosa, ni al matador.

La corrida entonces, sin esos aplaudidores triunfalistas, deja al desnudo lo que se haga, la condición de los toros por un lado y la exigencia de toreo por otro amortiguan esos triunfos facilones de las plazas de segunda. Un dilema que solo tiene solución si se dan las condiciones indicadas.

Aún así, sin seguidores ciegos de nadie, objetivos, exigentes, los toros no gozan de salvoconducto de toros para triunfar en Madrid, salvo que… un artista pueda darles la gran medicina del bien torear, estética cabal, profundidad y torería. Con todos esos aditamentos se puede convencer a la cátedra de Las Ventas. Y a punto estuvo de darse con el comienzo primoroso de Curro Díaz, bellísimo, arrancando los olés rotundos que esta plaza sabe dar y que todavía ningún torero había escuchado, -con ese comienzo también hubo gente que dijo 'La palmo...' pero tras ese gran inicio ya citado, se perdió en un toreo superficial, despegado, abusando del pico, sin dar el paso que le podía haber consagrado.

Y la plaza lo sintió ¿cómo no va querer que siga en la tónica que había empezado? Pero es que los derroteros por los que siguió la faena ya no eran los mismos que los del comienzo. Y la ilusión cesó y hasta llegó a atisbarse la censura. No sabemos de qué manera se puede cambiar el mensaje. Me pongo, me entrego por el de me alejo, me alivio. El final ya no tenía premio y no lo tuvo, y no fue por el mal uso del descabello. En el otro no había trato como para mejorar. Curro enamoró y desenamoró en el espacio de breves minutos.

El Fandi pasó por Madrid, dejó siete pares de banderillas de muy distinta ejecución, aunque predominó la mala y con la muleta a él, y a la gran mayoría de la plaza también, le daba igual las condiciones desrazadas de los toros.

Confirmó alternativa David Galván y dijo algo aunque no mucho. Dejó dicho que tiene desparpajo, seguridad y ganas de dejar los pies quietos, pero también que despacha mucha afectación y compone en exceso. La naturalidad surge no se compone y la belleza en ese caso se torna artificial. No le diremos que mal, pero para aprobar deberá pasar otro examen, esperando que haya corregido ese espejo que parece llevar puesto junto a él. Si se suelta puede llegar más, al menos en Madrid.

La palmo….. puede ser la expresión de cualquiera si seguimos a este ritmo muchas tardes más en San Isidro.
***

No hay comentarios:

Publicar un comentario