domingo, 5 de mayo de 2013

MARACAY: Escribano y Picazo a hombros


Manuel Escribano y Gabriel Picazo triunfan en Maracay

Ayer sábado en Maracay en el marco de su feria
Devaluada Puerta Grande para Escribano y Picazo


RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz / Fotos: Aníbal García Soteldo
MARACAY (Enviado Especial).- Ha sido el encierro enviado por el hierro yaracuyano de
Juan Campolargo un corolario de pelajes: el colorado que abrió plaza, el castaño ojinegro que le secundo y el musculado jabonero fueron el rosario de mayor interés del festejo a tenor del juego que ofrecieron en los engaños. En especial el que primero, noble ejemplar que en las telas del poco placeado diestro “El Amarillo” lució por encima de las condiciones de su lidiador. Una pena que tanto por la diestra como por la zurda le hayan quedado muletazos de mayor empaque como para bordar el toreo.

Fue esta labor el punto cardinal de una corrida entretenida, con sus matices, como lo fueron los demás ejemplares que salieron al caluroso ruedo de Calicanto. Con todo ello, poco menos de media plaza se dio cita, en tarde entoldada que en parte alivió el bochorno que implica ver toros en la arena maracayera.

Señalábamos las limitadas condiciones con las que planteó faena José Cariel, el cual en los carteles se anuncia como “El Amarillo”. Una pena, pues toros de condiciones tan “almibarada” son los que descubren toreros y encumbran a quienes están dispuestos a seguir en la lucha de ser toreros. Tanto por la diestra como por la zurda, tras fuerte sangría con tres puyazos en el caballo, Cariel quiso pero no pudo y eso al final lo apreciaron sus mismos paisanos. El rosario que  supuso despacharlo con el acero y con el verduguillo hizo que las opiniones divididas del tendido se escucharan al final de su labor.

Poco pudo hacer con el cuarto “El Amarillo”, astado que perdería el gas posterior al puyazo que le recetaron, lo que hizo de su trasteo anodino y sin interés alguno desde el tendido.

Manuel Escribano se le esperaba con ansias, pues es torero hecho y conocido por estos lares. El saludo por verónicas rodillas en tierras dieron presagio a lo que venía, para luego en banderillas en tres pares destacar sobre todo en uno, cerrado a tablas, de enorme exposición. Ya en la muleta, el rubio sevillano se hilvano una actuación de variedad, iniciando por cambiado por la espalda en los medios, siguiendo con series por la mano diestra de largo y templado trazo. Más embarullado en las cortas series por la izquierda, momentos donde la faena tomó declive, para retomarle interés en continuos cambiados por la espalda y martinetes que fueron prólogo a las bernardinas con las que cinceló trasteo. El espadazo trasero y tendido no fue impedimento para que se le premiara generosamente con dos orejas, cuando en realidad era para una.

Voluntad y ganas dejaría en el marmolillo que pechó en su segundo del lote. Se vació por agradar, pero ante semejante género lo mejor fue la determinación con la que tras pinchazo, estocada y dos descabellos le envió a las mulillas.

Gabriel Picazo ha dejado perplejo a más de uno por la sobriedad y empaque con la que saluda con el percal al que hizo tercero; sabroso saludo de capa que remató en los medios con larga, de cartel. En la muleta, las series de mayor empaque y filigrana correrían a cargo del pincel que fue su muleta, aprovechando el “lienzo” de la nobleza y recorrido del astado. El jabonero de Campolargo fue agradecido a tan pulcra labor, en especial por dos tandas de naturales, lo mejor de la tarde, sin discusión alguna. Los tres cuartos de espada perpendiculares fueron suficientes para que nuevamente el palco echara mano de su “manga ancha” y se le premiara con dos orejas, cuando reitero, era para una merecida y justísima oreja. Cosas nada raras con estos palcos presidenciales viciados y ayunos de criterio para plazas de supuesta categoría.

El que cerró plaza ha sido un mansurrón que desde su misma salida intuía lo que sería. Picado en la querencia, en la muleta no permitió resquicio alguno al lucimiento, no quedando remedio al espada que despacharlo de dos viajes con el acero y así abreviarnos el trance.

Al final, Puerta Grande para Escribano y Picazo con el saborcillo de ser de muy bajo perfil. Baratona. Las mismas que se quedan en el olvido y poco dejan en la retina.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros “Cesar Girón” de Maracay.
Sábado 4 de marzo de 2013. I Corrida de la Feria de San José.
Con poco menos de media plaza, en tarde entoldada, con ligeras ráfagas de viento, se han lidiado seis toros de CAMPOLARGO (Juan Campolargo), variopintos de pelaje, en su conjunto bien presentados, con matices en los engaños, destacando el juego del 1º, por su nobleza; los demás cumplieron a excepción del 5º, parado y a menos, y 6º, mansurrón parado.
Pesos: 458, 462, 452, 476, 476, 467.

JOSÉ CARIEL “EL AMARILLO”
(Pistacho y oro)
División de opiniones y silencio

MANUEL ESCRIBANO
(Verde esmeralda y oro)
Dos orejas y palmas

Gabriel Picazo
(De rosa y oro
Dos orejas y palmas)


INCIDENCIAS: Entre las cuadrillas destacó el puyazo del veterano piquero Juan José Campos, ante el 2º de la tarde. *** Presidio festejo el Sr. Luis Castellano, de discutido criterio a lo largo de la tarde, convirtiendo la plaza en palenque de pueblo con su generoso proceder. *** Errático proceder del “cachetero” Jesús Hernández, el cual demostró mínimo conocimiento con el manejo de la puntilla.

Gabriel Picazo, rebozándose por la derecha ante «Josefino», uno de los astados destacados del encierro de Campolargo

Manuel Escribano ha dejado nuevamente tarjeta de su entrega ante la afición de Maracay, saliendo en hombros.

Manuel Escribano / Fotos de Aníbal García Soteldo

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