viernes, 10 de mayo de 2013

VENEZUELA: LO FEMENINO EN LA REVOLUCIÓN / Por Fortunato González Cruz



"...Las mujeres de la revolución han tomado las instituciones garantes de los Derechos Humanos y del Estado de Derecho para negar con sus ejecutorias los valores y principios que se supone aprendieron en la Academia. ¡Qué papel tan triste e infeliz!..."

LO FEMENINO EN LA REVOLUCIÓN 

Fortunato González Cruz**
Por la calle real 
Mérida, 09/05/2013.- Para los griegos la expresión de lo femenino era Atenea, una de las
doce deidades del Olimpo, diosa de la sabiduría, de la civilización, de las artes, de la justicia y de la grandeza. Lo femenino ha encontrado en el arte las representaciones más diversas. Me vienen a la memoria las humildes mujeres de aquel cuadro de Vicente van Gogh “los comedores de patatas”, con toda la tragedia de la pobreza de los mineros holandeses del siglo XIX, nada distante de tantos hogares de esta Venezuela en la que se hace ostentación obscena de la riqueza mal habida y de los pésimos gustos de Gabrielita Chávez, la contrafigura. Gabriela Mistral elevó el erotismo a la dignidad poética. La encorvada Teresa de Calcuta es lo femenino como la máxima expresión de la caridad. Lo femenino venezolano podrían estar representada en la mítica figura de Caribay, la diosa de los bosques aromáticos de la Sierra Nevada, y María Teresa Castillo, líder del movimiento ateneísta venezolano. 

Lo femenino ha estado siempre presente en la política, con dos excepciones. Los artistas han representado a la democracia con la Atenea de Fidias, y en la monarquía los arquetipos han sido mujeres espléndidas como la reina Isabel y la reina Victoria, ambas revestidas con el inmenso poder que una vez tuvieron pese a la sobriedad de sus imágenes artísticas. Las democracias occidentales tienen en Indira Gandhi, Margaret Thatcher, Ángela Merkel o en Michelle Bachelet los modelos más categóricos. Las dos expresiones políticas que carecen en absoluto de lo femenino son los bárbaros, que impusieron el saqueo como forma política, y los regímenes comunistas. 

Rusia, China y Cuba carecen de los valores de lo femenino: Belleza, armonía, sabiduría, justicia, pasión y grandeza, y no se encuentran modelos relevantes en mujer alguna. Tampoco lo masculino como la lógica, la fuerza y la racionalidad, sino lo “macho” expresado en la violencia bruta, la arbitrariedad y la dominación: Stalin, Mao y los Castro 

No sorprende, en consecuencia, que el régimen venezolano carezca de figuras femeninas arquetípicas. Por el contrario, las mujeres se muestran sumisas y obedientes a los “machos” que dominan, que no lo masculino, que es otra cosa, y se prestan para representar papeles secundarios pese a ocupar primeros lugares en el entarimado de la institucionalidad bolivariana. Triste papel en un país en el que lo femenino es evidente y tiene auténticos arquetipos como Teresa Carreño, la madre María de San José, Carolina Herrera o María Corina Machado, mujeres hechas de pasión e inteligencia. 

Las mujeres de la revolución han tomado las instituciones garantes de los Derechos Humanos y del Estado de Derecho para negar con sus ejecutorias los valores y principios que se supone aprendieron en la Academia. ¡Qué papel tan triste e infeliz l! En sus manos se han pervertido la justicia. Sus nombres los cubrirá el polvo y la historia apenas señalará esta época de ignominioso fracaso carente de la grandeza de lo femenino.

***Fortunato González, es Catedratico de la U.L.A. de Mérida-Venezuela/ fundador y director de la Cátedra de Tauromaquia "G. Briceño Ferrigni"

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