jueves, 6 de junio de 2013

ERA EL SOBRERO…/ Por Antolín Castro


Toro de Manolo González Sánchez Dalp

ERA EL SOBRERO…

Antolín Castro
A. y C. Regresamos a la feria adosada que nos programan y que, a la vista está, no interesa a la gente. Cierto es que los abonos se sacaron allá por el mes de abril, pues de haberlos tenido que sacar terminado San Isidro, en la plaza habría mucho más cemento. Lamentable imagen la que se da al mundo entero llamando feria a esto. OyT dijo que la cobertura sería diferente a la de San Isidro, pero hemos pecado por exceso. 

Cuántas veces hemos tenido que escuchar eso de que no protesten que peores son los sobreros. Ahora mismo habríamos dado cualquier cosa para que hubieran salido todos los días tal y como han salido toros por los chiqueros de la gran mayoría de los toros anunciados. Mejor siempre un sobrero, una forma de probar fortuna con otro encaste. 

Era el sobrero... Hoy hemos tenido esa suerte. Gracias al pañuelo verde que sacó el Sr. Muñoz Infante, hemos podido disfrutar algo en otra tarde llena de mansedumbre y falta de casta. Gracias Sr. Presidente. Gracias a ese cambio también ha cumplido el trámite de sacar un pañuelo blanco para conceder una oreja, la última que concede desde ese palco tras haberle sido comunicado su cese. Se ha jubilado hace unos días es la razón esgrimida, otras voces dicen que hubo otras razones. Yo digo que si le hubieran cesado en plan fulminante, hoy no habría estado en el palco. Adiós Sr. Muñoz Infante.

De él guardará buen recuerdo Uceda Leal, beneficiario de ambos pañuelos de distinto color. El toro de González Sánchez-Dalp resultó ser el toro de la tarde, el único toro de la tarde. Los titulares de Juan Manuel Criado, primos hermanos de lo de tantísimas tardes, demasiadas tardes. Un colorado pleno de alegría y nobleza que ha permitido que el madrileño recuperara la vena de ser torero.

Antes había confirmado alternativa el mexicano Sergio Flores, a quien había venido El Pana a ver por aquello del cariño al paisanaje. La disposición del manito la ha pagado con dos cornadas de gravedad. No deja de ser otra medalla para los coletas mexicanos, cuyo espaldarazo se alcanzará mañana cuando sean dos, Juan Pablo Sánchez y Joselito Adame que sustituye a Fandiño, los que acompañen a un solo español, El Cid, en el paseíllo. 

Muy bravo estuvo el joven Flores y pagó con sangre su atrevimiento. Por dos veces le levantó los pies del suelo el toro de la confirmación y se mantuvo en el ruedo hasta verlo caer. La cuadrilla recibió una ovación a sumar a los exitosos resultados de sus compatriotas anteriores. Quiso dejar su firma Sergio Flores y la firmó con su sangre.

Uceda Leal nos obsequió con buenas verónicas de recibo y media apasionada, lejos de la frialdad de su anterior ocasión en San Isidro. Con la franela, en ese sobrero, sacó muletazos profundos principalmente por el lado izquierdo y su actuación estuvo muy entonada en su conjunto. La espada estuvo más en Uceda que en su comparecencia pasada y disfrutó en la vuelta al ruedo con el trofeo en la mano.

Que Curro Díaz sabe torear es de dominio de los aficionados, quienes en sus dos toros han esperado ansiosos que surgiera la chispa, pero ésta no acabó por salir por la sosería del lote sorteado. Visto lo visto, ya hubiéramos querido un inicio de faena como aquél de San Isidro. A estos toreros, además, les queda muy mal el estar insistiendo ante la cortedad o las reservas de sus enemigos. Necesitan, más que otros, que los toros se entreguen, de lo contrario su entrega se estrella como contra un muro. Si la chispa surge y no hay paja ni papel no prende el fuego.

La motivación es diferente, como decíamos, para todos ante estas entradas tan pobres y se notan las ganas que tenemos de salir corriendo. Hace ya cinco días que lo teníamos que haber hecho.
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La estocada de Uceda Leal y la mirada del maestro Cavazos desde la barrera

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