Diego Silveti, uno de los mexicanos triunfadores en Madrid
Sobre el poder de Madrid sobre las demás plazas, hay una cosa clara y es el poder que tiene cada plaza sobre sí misma para hacer en ella lo que le da la gana. Vinieron los mexicanos, destacó Adame, repitió actuación y triunfo, sin romper, y se ha quedado sentado.
La discusión sobre Adame y los mexicanos en Madrid
Ricardo Díaz-Manresa
En España sigue la discusión. Adame triunfó en Madrid y su nombre no aparece en feria alguna. Bueno sí, en la recientemente presentada de Albacete sí, que junto al triunfador de la capital, acoge al de Sevilla, Manuel Escribano.
El caso es que otro año más hemos visto afortunadamente un ramillete de toreros mexicanos, que pueden dar algo de vida al toreo en España (si tienen oportunidades) y pueden consolidar la afición de México, que falta hace también. Este mayo-junio, en los 31 días de toros en la capital de España, hemos visto –por orden de aparición- a Diego Silveti, Arturo Zaldívar, Joselito Adame, Sergio Flores (confirmante de alternativa), otra vez Joselito Adame (sustituyendo a Iván Fandiño) y Juan Pablo Sánchez. Buen plantel y buenos resultados.
En España dejó los mejores recuerdos Carlos Arruza y después muchos intentaron la aventura para emular e intentar superar al contrincante de Manolete, pero pocos lo lograron. Recuerdo en mi infancia como buenos toreros a Joselito Huerta y Antonio del Olivar. Se presentó Joselito Huerta en Las Ventas, dio una vuelta al ruedo y le salieron muchos contratos, creo que 30 al menos. Igualito que ahora. Lo que valía entonces una vuelta al ruedo, tan despreciada estúpidamente hace ya años. Después Huerta cortó orejas.
Ví triunfar a Curro Rivera en los mejores carteles. Y no se le dio bien a Manolo Martínez, traído a la temporada española por el gran Manolo Chopera como la figura importante que era en México. Se lo puso todo en bandeja pero no triunfó. Sí lo hizo, y cómo, Eloy Cavazos.
En el 2012 hubo puerta abierta para los mexicanos –una buena política- y entre San Isidro y la Feria del Arte y la Cultura se ha consolidado este año la presencia azteca. La temporada española está difícil, va a haber menos festejos, muchas plazas no se esperan o no valoran (o ambas cosas) los resultados de Las Ventas y se van a repetir muchos nombres de toreros españoles conocidos.
Pero aun así sería de justicia ampliar el abanico a las promesas españolas y, por supuesto, a las mexicanas que han venido otra temporada a España y están en sazón.
Abrió el cuadro Diego Silveti, bajo una capa de granizo, con tarde lluviosa, fría y ventosa, y supo mantener el tipo hasta cortar una oreja, que lo avala. Superó los pedrusquitos que llegaban del cielo y se arrimó como si no pasara nada. Este Silveti torero de tan dinastía, con figurísimas entre sus antecedentes
Arturo Zaldívar, poderoso y sobrado, con oreja, ratifica la buena impresión que ya se tenía de él. Colea el triunfo en la de julio valenciana cuando salió a hombros mientras el mito José Tomás se iba a pie.
Lo de Joselito Adame es diferente. Ha puesto el alma sobre todas las cosas. Y con capote y muleta –es el que más quites hizo de todos los toreros que hicieron el paseíllo en las dos ferias- se mostró cuajado y templado. Dos orejas que pudieron ser tres, una Puerta Grande perdida en el último momento, buen toreo y crédito para participar en las ferias españolas. En México se necesitan toreros como el comer y aquí hemos visto algunos que pueden ilusionar a la afición hermana.
A Joselito Adame el pueblo de Madrid le empujó el martes 4 junio para que abriera la puerta más grande del toreo. Y el taurinismo le volvió a dar la oportunidad 48 horas después para que se acabara la espera de 40 años tras la hazaña de Eloy Cavazos. Y se saltaron los protocolos de que si dos del país y otro extranjero. O dos y dos como máximo. España le dijo : adelante. Podéis torear juntos en la primera del mundo, Juan Pablo Sánchez y tú. No pasa nada. Te lo mereces. Están por delante los méritos contraídos. El Cid os acompaña. Y tenemos esperando a los españoles Fernando Cruz, Manuel Escribano, Antonio Nazaré, David Galván, López Simón, Angel Teruel, Juan del Álamo, Rubén Pinar, Pérez Mota, Alvaro Lamelas (todos con méritos). Incluso Silveti y Zaldívar, pero el puesto va a ser para ti. Te lo mereces. Es tu momento. Adelante.
Joselito tuvo toros, especialmente de Alcurrucén, con oportunidad para haber intentado por segundo día la Puerta Grande y conseguirla. Pero no pudo ser. A seguir esperando para suceder en la gesta al tan simpático como buen torero Eloy Cavazos. Triunfó, pero no rompió. Es necesario dar el zambombazo que se no se produjo y que creo ha sido lo que enfrió a las empresas que quieren carteles redondos con las seis o siete figuras españolas. Y ni con esas llenan las plazas. Tuvo toros pero no público. No mejoró la entrada en su segunda actuación con la prensa cantándole y alabándole. No atrajo.
Sergio Flores, ya veterano en Las Ventas como novillero, fue el valor y las ganar de abrirse puertas, a las que lleva llamando hace tiempo. Lo ha demostrado en las plazas más importantes de España. Tiene que insistir.
En cuanto a Juan Pablo Sánchez es el único que ha dejado pasar la oportunidad y se le vió por debajo de las posibilidades demostradas en anteriores ocasiones. No están los tiempos para perder trenes, aunque sea uno solo.
El resumen de todo es que esta generación mexicana está cambiando el panorama taurino de la gran nación que tiene como icono Insurgentes y que necesita un cambio de toreros para volver a otros tiempos que fueron mejores. En muchos años no habían venido a España tantos toreros con posibilidades de futuro. Y ahora los tenemos, los tienen. Y es motivo de alegría y de esperanza. Pero no sé si suficiente. Dudo de si van a atraer al público, remover esto y llenar Insurgentes.
Tienen que apretar, como intentaron hacerlo Zotoluco, Antonio Velázquez, Alfredo Leal, Guillermo Carvajal, El Calesero, Luis Procuna, Cañitas, Silverio, El Ranchero, Pimentel, Chucho Córdoba, Ranchero Aguilar y hasta el último de los desilusionados, Arturo Macías. Y tantos otros que no cito en este ramillete que es mero ejemplo. Unos tuvieron aquí más ambiente que otros pero no llegaron a romper. Además es la última esperanza. A ver si aquí los lanzan para allí.
Y después dicen que el San Isidro 2013 no ha dado mucho de sí.
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