Un ejemplo de feria durante toda la vida y ahora ejemplo supremo en medio de la crisis, en las que todas las ferias -menos Pamplona y Madrid- han sufrido recortes y bajón de público. Albacete, ejemplo de afición y cuna de muchísimos toreros, se mantiene igual dando festejos del 8 al 17 de septiembre. Comparativamente, no le superan ni Madrid ni Sevilla, fijando población y aforo de plaza. Admiración por Albacete
Albacete ooooh
- "...Vaya este artículo por las alegrías que nos dan en Albacete, el de septiembre, el de las manzanas verdes, la fruta madura y no sé qué de las amapolas. El del 8 al 17, siempre igual, guardando la categoría y la fecha..."
Ricardo Díaz-Manresa
No parece muy oportuno hablar de Albacete mientras sanfermines acapara todo. Pero
verán como sí : los carteles los han ofrecido hace pocos días y nos han dejado con la boca abierta. Son cracks : en época de recortes, incluso traumáticos, terribles, Albacete, mi Albacete, Albacete mon amour, sigue fiel al “del 8 al 17”. Qué feria más larga. Tan larga y tan sustanciosa que se coloca –no se alarmen y crean que exagero- en el trío que forman –y no cabe ni una más- Madrid, por supuesto, y Sevilla, pese a su decadencia manifiesta, en carteles, número de festejos, descenso de abonos y también de espectadores. Pamplona es caso aparte, que no tiene nada que ver, con sus 10 festejos asegurados de éxito y comunicación al mundo con el toro protagonista durante las 24 horas de cada día de fiestas.
Vaya este artículo por las alegrías que nos dan en Albacete, el de septiembre, el de las manzanas verdes, la fruta madura y no sé qué de las amapolas. El del 8 al 17, siempre igual, guardando la categoría y la fecha.
La más larga, desde luego, si comparamos con la población y número de tarde de toros, le habla de tú a Las Ventas y no digamos a Sevilla. Esta comparación es tan beneficiosa para Albacete, que se coloca en el primer puesto. Yo he creído siempre que a más población, más importancia, más logros, pero alguien me ha parado los pies y me lo ha dejado claro : no es la cantidad de la población sino la calidad. Pues bien : Albacete, mon amour, calidad taurina suprema.
En datos de 2009, tenía Madrid casi seis millones y medio de habitantes y Sevilla raspaba los dos millones mientras que Albacete no llegaba a los 175.000. Pues bien cifras de las ferias 2013 : Albacete 10 festejos, Sevilla 13 y Madrid 33 (con las tres ferias de mayo-junio juntas). Sin comentarios. No hagan comparaciones. Albacete gana por goleada a todas.
En la ciudad manchega no hay crisis, sino competencia y ganas, público fiel, buenos precios y carteles con interés cada día. Y el toro. Siempre el toro. De las de segunda, el mejor.
Las empresas anteriores flojearon pero ésta se ha dado cuenta de la situación y ha hecho las cosas bien por segundo año consecutivo. Los Lozano no me han gustado nunca como apoderados, muy pillos, ni como empresarios (creo nefasto su paso por Las Ventas) aunque sí me gustan como ganaderos. Pues bien los sobrinos Lozano lo hacen bien. Igual que Manuel Caballero, que no me convenció como torero, muchos menos como comentarista (incompatible además con estas obligaciones empresariales) pero sí en su trabajo actual en la plaza de su tierra.
Me acuerdo del Albacete de mi niñez. Tenía familia allí y ya iba entonces desde mi Cartagena y tras haber pasado por la cercana Murcia, que entonces tenía una feria mejor que la de ahora. El público de Albacete era el más serio y riguroso que había visto hasta entonces. Allí me formé como aficionado. Iban los mejores toreros y se ataban los machos porque las broncas eran monumentales.
Recuerdo de niño la competencia entre Pedrés y Montero, con la figura de Chicuelo II. Tantos toreros ha tenido y tiene Albacete que, si se hicieran estadísticas, también era campeona en esto.
Toreros locales como Antonio Rojas y otros muchos, que eran muy buenos allí, pero se derretían en cuanto pisaban otras plazas importantes. Este templaba mucho y tenía mucha calidad. Y el importante novillero que fue Abelardo Vergara. Son los que recuerdo más.
Y después, años después, el único gran torero nacional posterior, el buenísimo Dámaso González, o Damaso como le llamaban muchos. Con Diego Puerta, el más valiente que he visto. Podía estar en la cara del toro horas y tan tranquilo. Y templando pocos le han superado. Lástima de figura imperfecta y de corbata rebelde. No recuerdo nada más explosivo que las apoteosis damasistas de septiembre en sus temporadas más gloriosas. ¡Cómo vibraba su tierra! Qué ferias para recordar.
Creando afición. Por eso hay tantos allí, como mi amigo Pedro Piqueras, que en sus altares de la tele ha defendido siempre el espectáculo. Albaceteño de lujo.
No les importa que pegue el sol, que en Albacete da inmisericorde a finales del verano, y hay alegría si la cosecha ha ido bien. Y saben lo que ven. Vayan a Albacete a asistir a la feria y en estos tiempos saldrán contentos. Ni crisis ni tristeza. Una feria de verdad.
Mientras las demás van cayendo –recortando- todas, ahí sigue Albacete. Y no es de ahora sino de toda la vida. Por eso, siempre me ha parecido injustísimo que en tiempos normales, los críticos se fueran a Salamanca, quizá por ser central de toros bravos, y ningunearan Albacete. Muchos de los cuales no la descubrieron nunca y otros no la valoraron. Una injusticia histórica cuando ahora ha barrido a todas las de septiembre y entonces también pero desconocida. Está la pobre y cercana Murcia, antes aperitivo de Albacete, terminaba una y empezaba la otra, este año dejada en las raspas con tres corriditas y una de rejones. ¡Quién te ha visto y quién te ve! Y tiene unos 450.000 habitantes. Pero recuerden lo de la cantidad y la calidad. Es la diferencia entre hacer las cosas bien y mal.
Aquel Albacete de Ordóñez y Miguelín queriendo imponerse a la autoridad y ésta supender la corrida y llevar a ambos a la cárcel mientras que el tercer espada, Pepe Luis, declinaba la invitación de matar los seis.
Aquel Albacete, con frecuencia noticia nacional, cuando El Cordobés –este fue su fin- tuvo la desgracia de que un toro suyo matara a un espontáneo. Cómo se puso de agrio el público aunque Manuel Benítez no tuvo culpa alguna mientras los compañeros Rafael de Paula y Palomo sufrieron la tarde.
O con Chamaco viendo el ruedo lleno, pero llenísimo de almohadillas, que ni el toro podía andar. Menuda bronca.
Albacete inolvidable para bien y para mal. Albacete histórico. Hay que darle las gracias, ayudarlo, mantenerlo, hacer que siga en los mejores puestos del toreo.
Pablo y Luis Manuel Lozano, y los Manolos de Albacete (Caballero y Amador) seguid así. Y hasta han puesto a Joselito Adame, que desde Madrid sólo ha olido Soria. Y se permiten el lujo de dar novilladas.
Por eso un ooooh admirativo para el Albacete de estos tiempos.
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Avance taurino
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