Estimados amigos:
Esta semana nace un nuevo proyecto que une dos puntos de vista sobre el fenómeno taurino, a partir de apreciaciones a veces encontradas y otras convergentes, pero siempre polémicas y con el sello propio de dos periodistas hipercríticos: El Bardo de la Taurina y Leonardo Páez.
Por lo anterior deseamos hacerlo de su conocimiento y poner nuestras reflexiones a sus apreciables órdenes por si las consideran de interés o incluso de morbo para sus numerosos lectores.
Nuestros puntos de vista los titulamos 'El Bardo y Páez, Sin Tapujos'
Cordialmente
El Bardo y Leonardo
TARDE INAUGURAL
El Bardo y Páez
Sin Tapujos
- "...‘Da Pena Ajena’ como lo fue el drama que se vivió, más bien se sufrió, en la pestilente tarde inaugural escenificada en el cascaron fracturado que una vez fue plaza de toros y novillos y que se rubricaba como La México, y dónde fueron aventados a la arena seis coleópteros a los que un ganadero en un acto inusual se atrevió a clavarles su divisa brava cuyo hierro lo ‘avalaba’ el hasta el domingo último, el digno nombre de San Marcos, con lo que pasará al libro histórico del horror, como la ganadería que le pego una puñalada a la Fiesta Brava..."
Bardo de la Taurina:
Suelen decir, quienes trillan dichos, cuando algo resulta ulcerante que es lo mismo que sangrante, ¡no!, más bien cuando se presenta algo vergonzante, denigrante, insultante, lastimoso, repugnante o de plano del carajo que ‘Da Pena Ajena’ como lo fue el drama que se vivió, más bien se sufrió, en la pestilente tarde inaugural escenificada en el cascaron fracturado que una vez fue plaza de toros y novillos y que se rubricaba como La México, y dónde fueron aventados a la arena seis coleópteros a los que un ganadero en un acto inusual se atrevió a clavarles su divisa brava cuyo hierro lo ‘avalaba’ el hasta el domingo último, el digno nombre de San Marcos, con lo que pasará al libro histórico del horror, como la ganadería que le pego una puñalada a la Fiesta Brava de tal magnitud que con ese charrascaso la taurina nacional se fue de bruces a la puerta de la fosa común, que ‘muina’ da que ganaderías como la mentada tenga ese pobre concepto de lo que es el trapío y más aún que en sus dominios tengan corrales con la denominación de ‘Outlet’ o ‘Saldos’ que vergüenza que el ganadero no tenga la vergüenza, la ética y la dignidad que tuvo mi padre cuando vio en el cunero al horripilante ‘Bardo’ y sin siquiera tentarlo exclamó, -Esta tan feo, enclenque, deforme, destartalado que este se va directo al perol de los perros- y la madre amorosa agregó- Y que tal si lo registramos como desecho de la alterna y así no faltara un vivales que nos lo compre como ajolote o hasta como hazme reír pa’ una chonada bufa- y la abuela metiche como siempre entro al quite con aquello de; -Hasta sueñan que alguien por muy baja ética que tenga, les va a comprar a este engendro, aunque sea para timar al público o lucrar con el arte, con la cultura, con la tradición, con la categoría, con uno mismo- y mire usted, sí hay quienes llegan a eso, porque después de comprar conciencias son capaces hasta de creer en ellas.
Y pa’ no dejar a los toreros un anécdota que me platicó el maestro Reynaldo Torres, y que versa en torno a la tarde en que ‘Joselito’ recibiría la alternativa de manos de Rafael ‘El Gallo’ y con tal motivo el futuro alternativado visitó las corraletas de la plaza y al ver la ‘corridita terciada’ que le habían escogido, mandó llamar al empresario y le dijo ‘Señor a partir de esa tarde voy a ser Matador de Toros y usted me ha traído novillos, así que no los mato’……
Leonardo Páez:
Siempre he sido de la opinión de que en México, no sólo en la devaluada Plaza México, una vez que se perdió el concepto de edad y trapío por razones económico-maternales-mediáticas a cargo de empresas, ganaderos, crítica y diestros que figuran –antaño las figuras sin adjetivos solían salirle al barbas y obligar a los diestros jóvenes a enfrentarlo e irse a su casa o irse a la gloria–, la única opción que queda es el elefón, una mezcla híbrida entre el elefante y el ratón, ya sin la edad reglamentaria pero siquiera con un trapío aproximado, que al menos “parezca” toro e intente comportarse como tal.
Alguna vez le oí decir a quien administra la plazota de Insurgentes desde hace casi cuatro lustros: "Estamos echando el toro grande a los novilleros porque la México es el último paso para llegar bien puesto a la alternativa... Esto nunca antes se había visto." Y en efecto, lo echaron un par de temporadas, pero ante la falta de concepto taurino de todos los empresarios del país para que la México siguiera siendo “el último paso” de quienes por méritos propios se enfilaban a la alternativa, la vitalicia empresa optó por echar, tanto en la temporada grande como en la chica, reses sin el trapío que da la edad.
Tanto abuso ya ha durado mucho y nadie, ni empresa, ni ganaderos, ni figurines ni crítica especializada, sobre todo en llevar la fiesta en paz, ni mucho menos las autoridades alcahuetas de la autorregulación, son capaces de poner un hasta aquí al amiguismo ocioso y al proteccionismo sin sentido de toros y toreros "chicos", sin el suficiente imán de taquilla para justificar, desde el punto de vista mercadotécnico más que taurino, la comodidad que permiten las reses jóvenes. La Fiesta de México paga ahora las consecuencias de tantos años de alivio por parte de criadores, promotores, matadores y comunicadores. Los antitaurinos están en un empresariado frívolo.
Aquí, el adinerado duopolio simplemente se olvidó de que el que paga manda, y además careció de la suficiente convicción taurina para exigir a ganaderos y toreros criar y enfrentar al toro y al novillo con edad, trapío, bravura y transmisión de peligro, materia prima de la emoción en la plaza, no de la diversión chafa. Claro que criar reses con tres y cuatro años cumplidos cuesta más, pero como los ganaderos se plegaron a las sinrazones de las empresas más ricas y menos imaginativas en la historia del toreo, si éstas sólo pagan por Volkswagen sedán, obviamente no les van a dar Ferraris. Apoyar, con coordinación y voluntad, el rodaje de los novilleros, ya es otra cosa.
Una manada de perros callejeros tienen más trapío que lo que se jugó ayer en la México. Es en verdad indignante que un hierro legendario como San Mateo, luzca (o desluzca, más bien) en semejante chivada; acaso no cacareaba el Arq. García Villaseñor el trapío de sus encierros? Porque ese afán de desprestigiar a la mejor ganadería que ha habido en este país? Tan urgidos están de centavos, que la vergüenza es lo que menos importa? “Ganaduros” de pacotilla como este y los hermanos Vaca, que se han empeñado en acabar con la gloria de San Mateo y La Punta!
ResponderEliminar(Sol y Sombra)