sábado, 6 de julio de 2013

POR SAN FERMÍN TODOS SOMOS BUENOS / Por Domingo Delgado de la Cámara


Posada de Maravillas

"...Párrafo aparte merecen las cuadrillas. Es necesario echarlas un buen rapapolvo. Entre los seis picadores no fueron capaces de dar ni un buen puyazo. Vimos toda una muestra de marronazos y lanzazos en los costillares. Los de a pié no estuvieron mucho mejor..."

POR SAN FERMÍN TODOS SOMOS BUENOS

Domingo Delgado de la Cámara.
Pamplona, 05/07/2013,.Los sanfermines tienen un extraño parecido con las navidades, como todos somos tan felices en estos días, nos volvemos generosos y desprendidos. Buena prueba de ello la tuvimos en la novillada pre-sanferminera de ayer, donde a los novilleros se les trató con una enorme benevolencia y se les premió con excesiva generosidad. Prueba de lo dicho fue la oreja de auténtico regalo con que premiaron al local Javier Antón. No se había entendido con el muy bonancible primero de la tarde y la faena del cuarto no fue mucho mejor, pero como el novillo cayó pronto, pues orejita al canto. Antón tiene las limitaciones de quien torea muy poco, torea mas con la cintura que con los brazos y a la hora de matar entra como en una becerrada de solteros y casados. Nos obsequió con su buena voluntad y nada más.

Posada de Maravillas le cortó dos orejas al sexto por aquello de la ley de las compensaciones. Es decir, como a Javier Antón por una faena que no valió nada le dieron una oreja, a Posada por una faena que valía una, le dieron dos. Con un novillo pronto pero sin mucha clase se mostró muy estético pero con un toreo rápido y hacia afuera. Está todavía muy nuevo. En su primero, un novillo con trapío de toro, pero muy venido abajo, no pudo hacer mucho.

Rafael Cerro tiene un muy serio problema con el estoque. En Madrid ya se le han ido varias tardes de triunfo porque mata muy mal. Si ayer no le dieron los tres avisos en el quinto, fue porque el presidente se compadeció de él. Matando así de mal no se puede ir a ninguna parte. Y es una lástima porque Cerro conoce muy bien el oficio y tiene muy buen concepto del toreo, como demostró precisamente en este quinto novillo al que toreó en redondo con temple y con reposo. También fueron muy estimables los doblones de final de faena. Pero el triunfo se le escapó por su calamitoso uso de los aceros. En su otro novillo, bonancible pero sin fuerza, estuvo demasiado sobrado, hasta abusando de él. Cerro está cuajado, pero no se puede matar tan rematadamente mal.

Párrafo aparte merecen las cuadrillas. Es necesario echarlas un buen rapapolvo. Entre los seis picadores no fueron capaces de dar ni un buen puyazo. Vimos toda una muestra de marronazos y lanzazos en los costillares. Los de a pié no estuvieron mucho mejor. A decir verdad, los banderilleros de Javier Antón cumplieron, pero los banderilleros de las otras dos cuadrillas molieron a los novillos a mantazos y a pasadas en falso con los garapullos. Imposible lidiar peor. Bastante embistieron los novillos teniendo en cuenta todas las perrerías que les hicieron. No es de recibo presentarse en una plaza de la categoría de Pamplona con unas cuadrillas como estas.

En cuantos a los novillos del Parralejo, hay que decir que fueron muy nobles y toreables pero que en general les faltó fuerza y raza. Y de presentación, en escalera. Desde un toro muy toro como el tercero, a un becerro muy becerro como el sexto. ¡En Pamplona que bueno es el personal!, igualito que en las ordalías que montamos en las Ventas. Ni tanto ni tan calvo.

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