Del toro al infinito: CIUDAD REAL: Triunfo de Ponce en el desastre de Fuente Ymbro.

Enrique Ponce a hombros en Ciudad Real

-Fotografías La Loma-

"...Y ocurrió que se salvó Ponce porque Ponce es así, porque sabe sacar aceite de un charco de agua, su sabiduría movida por un increíble impulso de principiante logró construir una faena completa y variada al cuarto de la tarde..."

1ª de Feria Virgen del Prado

Triunfo de Ponce en el desastre de Fuente Ymbro

Bocanegra

Ciudad Real.- 16 de Agosto de 2013.-Muy mal rato pasó el bueno de Ricardo Gallardo por culpa de sus fuenteymbros que dieron la tarde a los toreros y al público. El ganadero se comería las uñas de las manos y los espectadores se tragarían las fundadas ilusiones que les llevó a la corrida de Ciudad Real con el aire de acontecimiento que le imprime la buena mano del empresario Maximino Pérez.

Tres máximas figuras de toreo, Ponce, Juli y Perera para vérselas con las reses del hierro fraterno de Jandilla, tan cacareado como lo más enrazado y rabioso del encaste Domecq. Tres afamados diestros que se estrellaron contra un encierro de baja presentación, desigual de hechuras, sin fuerza unos, inválidos otros y descastados todos.

¡Doce años después...Ponce se reencuentra con Fuenteyumbro! este ha sido el principal reclamo publicitario de esta corrida. Habrá que estar pendiente ahora del tiempo que pasará hasta que vuelvan acartelarse juntos, el de Chiva y las reses de las gaditanos pastos de los Romerales.

Y ocurrió que se salvó Ponce porque Ponce es así, porque sabe sacar aceite de un charco de agua, su sabiduría movida por un increíble impulso de principiante logró construir una faena completa y variada al cuarto de la tarde con superior toreo de capa y amplio repertorio con la pañosa con remates de rodillas incluidos, culminándola con un fulminante estoconazo arriba que le valió el premio del doble apéndice y salida a hombros. Ese cuarto toro, noble como sus hermanillos, fue el único medio potable, y que en las manos del maestro aposentado entre plateados olivos de las Navas de San Juan, entregó lo que no tenía exprimido por la manos magistrales de su lidiador.

En el que abrió la tarde, Ponce intentó hacer la veces de enfermero ante escandalosa ¡inutilidad consentida por la presidencia al no ordenar su inmediata devolución.

No tuvo su tarde Julián con su babosillo lote; de inicio ya no pintaba bien la cosa vestido de banderillero, de grosella y azabache, y lo que exigía una lidia templada y sosegada se trucaba por violenta y crispada, adobada con la provocadora y tensa gesticulación populista para que el santo público manchego tragara el anzuelo; además en su primero se encargó con la espada de alejar cualquier atisbo de benevolencia por parte del respetable, cada día más objeto de irrespeto, y en su segundo hubo de cortar por lo sano ante la impotencia propia del torero y la del descastado y supuesto enemigo, que más bien el de Velilla pareció verlo en Enrique Ponce tras su triunfo en el toro anterior.

El denodado esfuerzo de Miguel Ángel Perera no le reportó beneficio alguno y tampoco sirvió para mejorar el juego de la corrida a pesar de robar alguna seria a diestra y siniestra a su oprobioso lote del hierro que tan bien conoce y tanto lidia.

Las notas recogidas por el ganadero y la sufrida impresión que recibió de su corrida la harán reflexionar sobre las causas de la hecatombe de su encierro y su consiguiente remedio. Ni siquiera la actuación y triunfo de Enrique Ponce podrá tapar este desaguisado. Ricardo Gallardo viene quejándose que las figuras huyen de Fuente Ymbro por su sentido, movilidad y temperamento; por lo ofrecido ayer no sería de extrañar que las despreciaran ahora por todo lo contrario. ¡Suerte, ganadero! ...y a mejorar.