martes, 13 de agosto de 2013

FRANCIA ES FRANCIA / Por Antolín Castro


Plaza de Toros de Mont de Marsan en su última feria de julio

"...Por eso siente uno la necesidad de irse a Francia, a vivir en directo esa Fiesta, lo más parecido a lo auténtico. Toros y toreros sin privilegios, mucho menos los exagerados que solicitan las figuras. Un mundo creíble en lo taurino..."

FRANCIA ES FRANCIA

Antolín Castro
Sin entrar en otros apartados sociales o políticos, quedándonos solamente en lo concerniente a los toros, y no porque lo diga nuestra última encuesta, es que es así: Francia es Francia.

Lo hemos visto, y quienes no hayan estado presentes lo han podido ver a través de las retransmisiones televisivas del este y del oeste, que su organización, desarrollo, seguimiento, respeto y exigencia, es de muy alto nivel.

Pero, y por encima de todo, es que el toro es respetado mucho más que el torero, lo que es igual a decir que dan importancia al verdadero protagonista de la lidia, el toro. No es baladí la afirmación, pues supone el máximo respeto a quien da origen a la Fiesta de los toros y a su consecuencia: el arte de torear. 

A partir de ahí comienza la lidia, el espectáculo en plenitud, y eso es lo que exigen como aficionados, sin dejarse embaucar por el oro de las chaquetillas de los toreros. Tras de valorar el toro, toca hacerlo con los que se ponen delante, no se quedan solo con el animal, pero -y aquí aparece otra variante de lo que sucede en España y resto de países taurinos- donde el picador tiene nombre y apellidos y le es reclamada la correcta ejecución de la suerte de varas como parte necesaria e importante para la lidia.

Basta con observar esta exigencia para darnos cuenta que condiciona, y mucho, las ganaderías a lidiarse y los toreros a enfrentarlas. No podía ser de otra manera. De esa forma, a determinadas ganaderías y a determinados toreros se les pone cuesta arriba su inclusión en los carteles.

Los aficionados exigen, luego mandan en el espectáculo. No es así en otros lugares y, solo como ejemplo, digamos que un tendido es aborrecido, perseguido y calumniado por el simple hecho de querer, de exigir, una fiesta parecida a la que se ofrece casi a diario en Francia. ¿Ustedes lo entienden?... pues es verdad. De esa persecución y consiguiente aniquilamiento a la opinión que representan, en España se ha conseguido que la lidia no exista de entrada, de oficio. Basta con manipular al resto de espectadores y el daño se ha hecho endémico. 

Francia es Francia. Tan es así que los aficionados participan de forma activa en las composiciones de las ferias que se dan en sus plazas, son parte activa y no solo el sostén económico. O mejor dicho, por esa razón deben tener voz y voto y no ser despreciados.

Y piano, piano, las cosas bien hechas llegan a las alturas, impregnan el quehacer de los responsables empresariales y políticos y es que no hay nada como la coherencia y las cosas bien hechas para contagiar a los que tienen responsabilidades. Lejos, muy lejos, de la situación en España, donde los empresarios, políticos, ganaderos y toreros se emparejan en sus bailes con los espectadores que menos conocen los pormenores del toro, la lidia y el toreo, sabedores que eso les facilita, les hace más cómodas, las cosas.

Dax y su centenaria feria . Con ella presentamos respeto a la Francia taurina

Por eso siente uno la necesidad de irse a Francia, a vivir en directo esa Fiesta, lo más parecido a lo auténtico. Toros y toreros sin privilegios, mucho menos los exagerados que solicitan las figuras. Un mundo creíble en lo taurino. Dax es mi próxima cita, el centenario de la plaza lo merece. Allí podré ver en muy poco tiempo a todos los toreros de la Ñ, esos que están comprometidos con la verdad, con la lidia, con la autenticidad. A los Fandiño, Castaño y Robleño, añádanle Escribano y Alberto Aguilar, entre otros, las ganaderías de Cuadri, Escolar, Fuente Ymbro y no encontrarán feria en España que en cinco festejos ofrezca tanta seriedad.

También hará el paseíllo Perera en importante mano a mano con Fandiño, El Juli, Manzanares y Talavante con otro tipo de ganado, pero curiosamente aquí no serán las figuras la base de los carteles de la feria. El único que repite en el ciclo se llama Alberto Aguilar. ¿Qué plaza de España premia de esta manera los méritos contraídos con anterioridad? 

Repito lo dicho: Francia es Francia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario