martes, 24 de septiembre de 2013

Antes de San Miguel y un revuelo de despachos / Por Álvaro R. del Moral




Antes de San Miguel y un revuelo de despachos

Por Álvaro R. del Moral
Morante, un maestro en las riberas de La Puebla. 
El artista no para. Después de acabar con el cuadro en Logroño viajó a su feudo cigarrero para ejercer de profesor de los toreros amateurs. Fue en las orillas del río, en una preciosa placita que el torero se ha hecho levantar muy cerca de casa. El Club de Aficionados Prácticos -bajo la comandancia de Dávila Miura, Rafael Peralta y Nacho Moreno de Terry- celebraba una nueva edición de esos cursos que han roto moldes y han cambiado la relación del aficionado con el toro.

Antes de la feria de San Miguel. 
El desarrollo de la campaña ha revalorizado algunos capítulos de la inminente feria de San Miguel que dará cerrojazo oficial al abono sevillano en espera del anuncio oficial de ese magno festival del 12 de octubre que se está dejando querer. Al turrón: tres nombres del gran circuito detentan la máxima expectación del breve ciclo otoñal y llegan a Sevilla con el papel muy al alza. Hablamos, claro está, de Morante y El Juli pero cuidado con ese Perera subido a las olas que puede acabar con el cuadro. No sabemos si Talavante se conformará con aprobar por los pelos o se acoplará a uno de esos toros de fijeza mexicanizante que sí le permiten desplegar sus juegos florales aunque hay una virtud que no se le puede negar al extremeño, la capacidad de sorprender. Dejaremos para el final un mano a mano que, por premeditado, no ha dejado de tener vigencia. Jiménez Fortes y Nazaré se apretarán las tuercas sin piedad en el primer acto de San Miguel. El compromiso es muy importante para el malagueño, pero resulta vital para el sevillano que debe entrar de una vez por todas en el circuito de las ferias.

Una reválida para los grandes. 
Echaremos muy de menos en Sevilla a José María Manzanares. El trepidante fin de temporada -no se pierdan el video de la faena de Nimes- y el recuerdo de ese zambombazo sevillano del que ayer mismo se cumplió un año ensancharán el hueco que ha dejado el alicantino en la cartelería otoñal. Pero la cita de Sevilla sigue antojándose el verdadero cierre de la gran temporada en espera de la última y arriesgada reválida de Fandiño en Madrid y una devaluada feria de Zaragoza que difícilmente quitará o pondrá a nadie. Esto acabará como empezó. La gente quiere ver a Manzanares, el gran ausente y sufridor de una indisimulada campaña a la contra que ha desmontado triunfando; al Morante de los prodigios; a un Juli con vocación de mariscal…. pero cuidado. Perera viene armado de un inmenso escobón y puede poner a cavilar a más de uno.

Apoderados que iban y venían… 
Podemos empezar por Jiménez Fortes, ese diamante en bruto que podría quedarse sin pulir entre tantas palizas y cornadas evitables. El futurible diestro malagueño no ha esperado al calor de las chimeneas para licenciar al muy locuaz Julián Guerra, que ni siquiera le acompañará en los compromisos que le quedan por cumplir en la presente temporada. El tiempo de Guerra se había cumplido: forjador de los inicios del torero y nexo fiel antes y después de los hermanos Chopera -que no supieron administrar ni apostar por un torero con futuro- el peculiar taurino charro había llegado a saturar la pétrea paciencia del torero. El ya ex apoderado tendrá que dar paso a un equipo que sepa potenciar las virtudes de Fortes y limar sus defectos sin quemar las balas a ráfagas. No hay que olvidar que el valor es un vaso que se vacía poco a poco pero no conviene derramar. Seguiremos pendientes. También andaremos muy atentos del futuro inmediato de Alejandro Talavante. El extremeño niega la mayor después de la filtración pero parece que su amor con Manuel Martínez Erice se rompió de tanto usarlo. Las sirenas andan cantando que el Tala podría andar hablando en la reja con Curro Vázquez, pero vaya usted a saber si, como dicen, su sobrino Cayetano acaricia volver a los ruedos. ¿Está contento Talavante con su actual cotización? También cabría preguntar qué genera realmente en la taquilla y qué tiene de artificial ese caché amparado en la casa grande que aún le acoge. Eso sí, su táctica de estudiar el último día no le servirá en la independencia. Pero no nos hemos olvidado de las sirenas: los de siempre dicen que entonan el gori gori por el fin del binomio Matilla-Manzanares. Otros dicen que cantan un tanguillo de Cádiz.. ¿Les suena? Aquellos duros antiguos que tanto dieron que hablar…
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Sevilla toros

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