"Con sorpresa me enteré sobre el último atentado en contra de la fiesta taurina en el Ecuador: un reglamento que prohibiría a los menores de 16 años asistir a las corridas de toros y a las peleas de gallos.
D. LUIS FERNANDO GARCIA
Riobamba-Ecuador.- 22/10/2013
Desde la comodidad de sus oficinas estatales, un pequeño grupo de burócratas "iluminados" han decidido terminar la afición taurina de niños y jóvenes, prohibiéndoles el ingreso y alejándolos de la majestuosidad y adrenalina del coso taurino
Les han coartado su libertad sin siquiera preguntarles. Me imagino que a estos señores, seguramente muy acomplejados y con largas vetas comunistoides en su corazón, les afectará mucho saber que la fiesta brava sigue en pie a pesar de todos los esfuerzos que han llevado a cabo para destruirla y eliminarla.
Quizás creen que la fiesta taurina es la más vívida representación del yugo español y que debería ser borrada del país, de una vez por todas. O tal vez sean de aquellos a los que les molesta que los ecuatorianos vayan vestidos de "españoles" a la plaza, como si vestir jean y camisa fuera patrimonio exclusivo de los ibéricos (no es un chiste, a muchos zopencos detractores no les gustan los toros por eso). Bueno, la verdad no sé qué crean.
Lo cierto es que demasiadas ligerezas se han argumentado para prohibir las corridas de toros en nuestro país y, lo que es peor, demasiadas prohibiciones se han inventado para alejarlas de los ciudadanos. Sin embargo, la fiesta ha aguantado como lo hacen los toros más nobles, con el trapío que caracteriza a los aficionados a este arte. Sus cimientos están en las miles de personas que entienden los valores que corren por la arena en una tarde de encuentro, donde se enfrentan toro y torero.
Y que no son pocas personas o solamente una selecta élite de peluconcitos (como equivocadamente se piensa) sino miles de ecuatorianos que asisten a lo más de 400 festejos que se realizan en el Ecuador cada año. Porque la feria no se da únicamente en las plazas sino en los pequeños pueblos, donde asisten familias y niños que admiran al toro porque han crecido con él. Ahora, bajo la argucia de "proteger" a los menores, éste reglamento impedirá que un padre acuda con su hijo a un evento único de gallardía y valor. No les protegerán, les quitarán todo.
Luego del embate más fuerte que sufrió la fiesta en el 2011, no hay legitimidad alguna para seguir destruyéndola. Peor aún en ciudades como Ambato, que orgullosamente es mi tierra y que lideró exitosamente la defensa de las corridas de toros y las peleas de gallos. Acá ganamos, acuérdense burócratas. "
©Artículo publicado en el Diario El Heraldo (martes 22 de octubre de 2013)
Si bien estoy de acuerdo con el contenido de este artìculo, debo informar que no es de mi autorìa. El escrito en menciòn apareciò en el diario El Heraldo de la ciudad de Ambato escrito por Esteban Torres Cobo.
ResponderEliminarYo solo lo reproduje por las redes para ayudar a la difusiòn del exelemte contenido de este articulo y la defensa de la fiesta.
Ya basta de permanecer con los brazos cruzados.
Luis.F Garcìa Dìaz