miércoles, 18 de diciembre de 2013

PASION Y MUERTE DEL “MANCHAO” / Por: Jorge Arturo Díaz Reyes


Ilustración: Cartel. Pag. 20 “Colombia Tierra de Toros” Alberto Lopera, Espasa Calpe, Madrid 1989.

PASION Y MUERTE DEL “MANCHAO”

Relato del dorador
“Quien te lo iba a decir cuando cantabas, camino de los toros…”
(A. Duque)

Sucio, desastrado, con la mirada extraviada rondaba las tascas próximas a la plaza de toros, la vieja, la de la carretera de Aragón. Balbuceando, pedía tabaco, una moneda, un chato de vino. Así, había vuelto de América. Ni sombra del bizarro torero, cuyo retrato aun miraba soberbio desde aquel único y amarillento cartel. Ya nadie le llamaba matador.

Unos decían que un toro le había deshecho el cerebro. Otros, que una enfermedad tropical, y hasta hubo quien salió con el cuento del maleficio despechado.

Pensaban que no pensaba, porque tartajeaba incoherente. Sin embargo, revivía imágenes, palabras, escenas, que llenaban, caóticas, la soledad de su memoria.

No era viejo, cuarenta y tres años, pero lo parecía. En primavera, cuando todo renace, él, abandonado en su cuchitril, agonizó sin saberlo, perdido en estos desvaríos… 

Llovía, como llueve, cuando llueve, por el cañón del Dágua. Bajo los encerados, cinco jinetes y su recua de mulas, avanzaban, con frágil equilibrio, entre la selva vertical que desgajaba cascadas, y el abismo, en cuyo fondo rugía el río amarillento y recrecido.

El antiguo dorador, empapado, disfrutaba contrastando esos desafueros naturales con los monótonos días de su primer oficio, cuando las horas ensimismadas se iban ornando, para la virtud o el pecado, retablos de iglesias y molduras de alcobas, en la civilizada Madrid. Era todo tan plano, tan previsible, tan poco heroico, que no lo soportó.

El estruendo del aguacero, la creciente, y el chapalear de cascos, hacía imposible la conversación. Dejándose llevar de la cabalgadura y los recuerdos se abstraía, como ahora, del viaje.

Feliz, había cambiado su sedentario trabajo, por la vida incierta del novillero errante. Contra los ruegos de quienes le querían, durante más de diez años peregrinó tras la fama por ciudades hostiles y aldeas despiadadas, jugándose el pellejo a cambio de monedas, un poco de comida, o a veces de pedradas. Enfrentando públicos y animales de toda catadura, vio matar, vio morir, sufrió cogidas y cornadas graves. No pocas veces la muerte le perdonó la vida. Sintió el desprecio, la lisonja, el insulto, el aplauso, la volubilidad. 

Ahora, con la ilusión intacta, se internaba de nuevo en este país, de montañas descomunales, donde, desde la guerra colonial no entraban españoles, no conocían la corrida, ni criaban ganado de lidia, sino toros tigreros.

Muchas cosas raras había visto. Pero jamas un diluvio como este, lo peor, es que no se puede fumar – masculló, mientras giraba la cabeza para tratar de comprobar, a través de la cortina de agua, que “Minuto”, el banderillero, aun le seguía.

Curtido, a fuerza de aguantar, insistir y aguantar, había logrado que aficionados y empresarios se fijaran en él. Hasta sesenta novilladas llegó a torear en una temporada: Dos arriesgados triunfos en “La Maestranza” convencieron a Don Fernando “El Gallo” de darle alternativa. Se la dio en Barcelona, pero no más le dio. Su padrino, y las otras figuras: “Frascuelo” “Lagartijo” “El Espartero” “Guerrita” “Mazzantini”… no cedían ni compartían sus puestos, la verdad es que con ellos bastaba.

Sin lugar en los carteles, ni en la vida, siguió la ruta de los que no tenían ruta; América, y, al único lugar de América donde podía ir, por esos años, un matador desocupado. A Méjico. Fue, se arrimó, y por fin recibió la paga del torero: dinero rápido, fugaz admiración y sexo fácil. Todo iba bien, pero un motín dio pretexto a Porfirio Díaz para prohibir las corridas durante cuatro años. Eso lo aventuró más al sur; Perú y Colombia..

Había que torear. Lo hizo en Acho, de allí, de Lima, venían, él y su cuadrilla. Enterados de una plaza nueva y unas fiestas pueblerinas, se habían embarcado hasta una pantanosa bahía, y ahora remontaban la cordillera.

Anocheció, escampó, acamparon, comieron, descansaron. Echado boca arriba, fumando, miró las estrellas, preguntándose sí serían las mismas que brillaban en España, así, se durmió el veintidós de septiembre de 1892, el año en que “Guerrita”, celoso, porque habían aplaudido más al “Espartero”, juró no volver a Madrid.

Había nacido con un enorme lunar en la cara, por eso le llamaban “Manchao”. Aunque era quisquilloso, el apodo no le ofendía --El apodo es cosas del oficio, pensaba, cada torero tiene el suyo, y entre más feo, más mérito en hacerlo respetar.

La plaza nueva, era solo un armazón de tablas y gruesas cañas (guaduas). Construida junto a un río, en ella, toreó cuatro soleadas y calurosas tardes. Fueron las primeras cuatro corridas modernas, que presenció ese pueblo de 18.000 almas, casas de adobe y techos de paja. Como en México y Perú, en las gradas había gente de diversos colores, aunque más negros aquí. 
Entusiasmados y borrachos, casi todos aplaudían, menos un bravucón, que divertido con sus maneras, su estrafalario traje y sus medias raras, quiso lucirse ridiculizándolo. Los notables, debieron esforzarse después para impedirles un duelo a tiros…

Con estas visiones deliraba “El Manchao” tirado en el camastro, donde la muerte, tan complaciente con él en su época torera, volvió a buscarlo y ya no le quiso perdonar. Había feria en Sevilla. Era lunes, veinticinco de abril de 1900. El año en que “Lagartijo” murió inmortal en Córdoba. El mismo año en que “Desertor” de Miura, mató a Domingo “Dominguín” en Barcelona.

Con el tiempo, una mínima biografía, un retrato y su nombre, junto a los de otros matadores muertos, ocuparían lugar alfabético, en algún diccionario taurino y en una enciclopedia: “Torero de brillo: valiente y seguro con el estoque, gallardo y hábil con los palos y el capote. Mereció más la popularidad y menos la mala suerte de su vida”.

En Cali, aquel caserío lejano, ahora ciudad, donde toreó en la plaza nueva de guadua, junto al río, han levantado una monumental de concreto, siguen dando ceremoniosas corridas y le tienen por precursor. Nunca debió imaginar, que la perseguida gloria le llegaría tan tarde y tan poca. 

(Publicado por la revista “Al Ruedo”, Cali, diciembre 1999)

6 comentarios:

  1. Quien lo iba a decir que la pasión y muerte se apoderaría de José María Aznar. Al expresidente del Gobierno por lo que se ve la llegada de la Navidad se le está convirtiendo en semanas de pasión, le empieza a salir los muertos del armario. El nombre del expresidente Aznar no sólo aparece en el “caso Gürtel”, en el que se citan expresamente a familiares y al propio matrimonio, hijos y yerno, sino también ahora en el “caso Blesa”, que está teniendo enorme eco social, político, mediático e incluso financiero.

    El tema de los “amigos de Aznar” no viene de nuevas. Miguel Blesa, quien fuera compañero de apartamento del expresidente en Logroño (durante sus años de inspector fiscal hasta que entró en política), era un oscuro funcionario de cuarta hasta que su amigo llegó a la presidencia del gobierno. Su nombramiento como presidente de Caja Madrid duró casi dieciséis años tras comprar voluntades de partidos y sindicatos.

    De los correos electrónicos hechos públicos se puede colegir que Aznar utilizó Caja Madrid para sus intereses personales a través de su amigo Blesa. Está confirmado, por ejemplo, que intentó a toda costa que la entidad financiera madrileña adquiriera una colección completa del escultor Gerardo Rueda por importe de 54 millones de euros, “un precio disparatado”, en opinión de Rafael Spottorno, hoy jefe de la Casa de SM y en aquel momento secretario general de la Fundación Caja Madrid.

    ¿Por qué , entonces, propuso Aznar un “precio disparatado” en un artista tan desconocido como Rueda? Esa es la cuestión. Y que el propio presidente de Caja Madrid calificara a su protector político como una “apisonadora” por la presión al que le somete ante Spottorno, que se niega desde la Fundación a pagar esa enorme cantidad de dinero de una caja pública que no puede justificarse en modo alguno.

    Hoy miércoles, hemos sabido los SMS que se intercambiaron Blesa con José María Aznar Botella, hijo del expresidente, en el que este último se quejaba por no haber atendido las peticiones de su padre para comprar la obras de Rueda y montar un museo con ellas. No hay que olvidar que sin Aznar, Blesa hubiera seguido poniendo estampillas en cualquier agencia tributaria del país con el escueto sueldo que la Administración paga a sus funcionarios.

    El 16 de julio de 2009, Miguel Blesa, entonces presidente de Caja Madrid, envió un sms cargado de misterio al teléfono de José María Aznar Botella, hijo mayor del expresidente José María Aznar: “No quiero pensar que me estás hablando de tu padre y Rueda [José Luis, heredero del escultor y pintor Gerardo Rueda]”. Un día después, el banquero envió un nuevo mensaje sobre el mismo asunto dirigido a la misma persona, según confirmaron a EL PAÍS colaboradores directos de aquella etapa del expresidente de Caja Madrid. “Puede que seas muy joven para entenderlo: algún día no te explicarás haber escrito este mensaje. Yo nunca me arrepentiré de haber actuado así, la caja [Caja Madrid] tiene sus procedimientos, no es mi cortijo. A tu padre nunca le ha decepcionado la seriedad y honestidad de un amigo”, señalaba el mensaje de Blesa a José María Aznar Botella.

    Los dos sms, volcados en el correo electrónico que Blesa tenía en Caja Madrid, forman parte de los casi 8.700 e-mails requisados, un auténtico wikiblesa, al exbanquero por el juez que lo encarceló, Elpidio Silva. Los mensajes cuentan el desenlace final de una historia frustrada que a punto estuvo de costarle a Caja Madrid más de 100 millones de euros en plena crisis financiera de la entidad. Se trataba de la adquisición de obras del artista Gerardo Rueda, amigo de Aznar y fallecido en 1996, y de la construcción de un museo para exponerlas en un edificio propiedad del Ayuntamiento de Madrid que el entonces alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, se ofreció a ceder de forma gratuita por 50 años.

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    Enrique Castillo

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  2. Las gestiones comenzaron en agosto de 2008 a raíz de un mensaje que el expresidente Aznar mandó a Miguel Blesa, al que había colocado años antes al frente de la entidad financiera aprovechando la mayoría del PP en los órganos de la caja. El heredero del artista, según los correos de Aznar, empezó pidiendo 54 millones de euros por algunas obras de Gerardo Rueda y parte de su colección privada de otros artistas. Las negociaciones duraron nueve meses y acabaron en nada debido a que el presupuesto de aquel proyecto superó los 100 millones de euros.

    Los mensajes a José María Aznar Botella por parte de Blesa parecen una dura respuesta a los reproches que supuestamente le dirigió el hijo mayor del expresidente tras el fiasco de las negociaciones para comprar la colección de Rueda.

    Al entonces presidente de Caja Madrid no le llegó solo la queja del hijo de Aznar, sino también el lamento de una exconcejal del PP y consejera de Caja Madrid, Mercedes de la Merced (fallecida en mayo pasado tras una larga enfermedad).

    El mismo día en que Blesa se defiende ante el hijo de Aznar esgrimiendo que Caja Madrid no es su cortijo, De la Merced le envía otro correo electrónico: “Miguel qué tal? Estoy en La Paz, Bolivia, me dice el alcalde [Alberto Ruiz-Gallardón] que Aznar está triste por la negativa de Caja a su proyecto, Alberto también está molesto. ¿No se puede retomar? ¿Quién lo vetó? ¿Puedo hacer algo?”

    Lo significativo de este correo electrónico es que la dirigente del PP tenía clara la paternidad del proyecto. No habla de las obras de Rueda, sino de la iniciativa del expresidente: “Aznar está triste por la negativa de Caja a su proyecto”.

    Los sms de Blesa de respuesta al hijo de Aznar evidencian que disimula como puede su malestar ante los reproches sufridos porque es consciente, al igual que su interlocutor, de que debe el puesto de presidente de Caja Madrid a su amigo el exjefe del PP y del Gobierno. Pero por mucho que le deba, no puede saltarse, o eso invoca en ese momento, los procedimientos internos.

    Durante las negociaciones para la adquisición de la obra del artista Gerardo Rueda, Blesa se topó con la tozudez y la oposición del director de la Fundación Caja Madrid, Rafael Spottorno, hoy jefe de la Casa Real.

    Spottorno cuestionó el proyecto casi desde que Aznar se lo presentó directamente a Blesa, el 16 de septiembre de 2008 a través de un correo electrónico en el que detallaba el conjunto de las obras en venta. Ya ese mismo día Spottorno dudó de las valoraciones remitidas por el heredero del artista a través de Aznar. “He leído no sin estupor las valoraciones. (...) Pinto Almeida hace una oferta concreta para comprar la miscelánea de objetos coleccionados por Rueda entre 40 y 50 millones de euros. ¡Qué pedazo de mecenas portugués! Y eso que sus únicas credenciales como mecenas son que es asesor de la ministra de Portugal y patrono de la Fundación Berardo”.

    El 20 de octubre, mientras Aznar sigue a la carga enviando datos a Blesa sobre las obras que Rueda quiere venderle, Spottorno vuelve a contratacar: “Para dejar claro que el precio es disparatado no me ha parecido entrar en detalle de muchas valoraciones concretas, sino solamente de algunas pinceladas sobre lo que puede ser valioso, sin referencias a lo que no lo es”. En lenguaje diplomático, Spottorno evidenciaba que le intentaban colar a Caja Madrid obras con menos valor del que señalaba el heredero de Gerardo Rueda.

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    Enrique Castillo

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  3. Las obras en venta bajaron en número. Solo se comprarían 24 piezas originales de Rueda y no cuadros de su colección de otros artistas. El precio descendió de 54 millones a seis. No obstante, debía construirse un museo con ayuda municipal cuyas obras podrían exceder los 50 millones. Blesa agradece a Spottorno el dinero ahorrado a la caja. Spottorno se quita méritos. Le explica que el proyecto era una “quimera que se deshizo como azucarillo”. En junio de 2009, pese a que se había firmado un acuerdo de intenciones para construir el museo y comprar las obras, Spottorno sigue minando el plan: “El proyecto resulta inabordable para la Fundación Caja Madrid” y por lo tanto debería ser abandonado por tener un precio “prohibitivo” y ser “innecesario”. Blesa renuncia. El hijo de Aznar se lo reprocha, supuestamente, y el expresidente de la entidad financiera responde: “No es mi cortijo”. Este periódico intentó, sin éxito y durante varios días, que el hijo mayor del expresidente diera su versión de los hechos para lo que contactó tanto con el PP como con su familia.

    Cuando estalló el “caso Gürtel”, Ana Botella, dijo aquello de que el caso representaba para ellos un “sinvivir…” Entre otras cosas, porque su asesor especial para actos y eventos cuando estaba en Moncloa era Álvaro Pérez (“El Bigotes”) y el capo de la trama, Francisco Correa, pudo entrar a trabajar para el PP gracias a su marido. Hasta tal punto era la relación que Aznar, entonces presidente, que envió a su secretario particular en ese momento y antes jefe de Gabinete, Antonio Cámara, a ocupar un alto cargo en las empresas de Correa con un salario por encima de los 250.000 euros.

    Estos son algunos de los hechos más relevantes del capítulo de irregularidades que han salpicado de forma indirecta al que estuviera durante ocho años al frente del poder ejecutivo de la Nación. Todo ello choca con la prédica aznarista en relación con la necesaria limpieza en la vida pública, que es extensa y prolija. De hecho, llegó al poder en 1996 por la cloaca en la que había sumido el país el felipismo.

    Y cada vez que en el PP de Mariano Rajoy ha saltado algún escándalo –especialmente, el de Luis Bárcenas, personaje que no se puede entender en todo su esplendor sin Aznar y que curiosa y sorpresivamente ha tenido muy buen cuidado en no pringar- el expresidente ha entrado a rejón limpio.

    Como muestra, estos botones. Así, el 8 de abril del 2010, Aznar reúne en Sevilla a todos los que le acompañaron en el Comité Ejecutivo a los 20 años de su llegada al poder del PP. Ya había estallado el “caso Gürtel”.

    El PP era y debe seguir siendo incompatible con la corrupción… Los españoles no lo entenderían… El PP que salió de Sevilla fue implacable con la corrupción y creo que nuestros militantes nos exigen que así siga siendo… Los que rodeaban al expresidente no daban crédito a sus palabras en tanto en cuanto había sido el propio Aznar quien había dado entrada a Correa en el partido.

    El martes 19 de marzo de este mismo año, Aznar arremetió contra los políticos que trabajan “sin honradez y sin transparencia” durante la presentación de un libro del expresidente de Perú, Raúl Diez Canseco. Acto seguido recitó una batería de medidas legales para acabar con esta lacra.

    Cada vez que ha surgido algún escándalo de corrupción en el PP, Aznar ha zaherido a sus compañeros de militancia y a los actuales gestores nacionales del PP. Hasta tal punto que la actual secretaria general, María Dolores de Cospedal, harta de recibir lecciones de quienes dejaron el PP plagado de irregularidades, dijo en Toledo a comienzos de año y en clara respuesta al anterior presidente del partido, “que siempre es bueno hablar de honradez y transparencia, pero en todo momento y en todas circunstancias”.

    Enrique Castillo


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  4. Desde el principio del siglo pasado con el reinado de Alfonso XIII, pasando por la República, a la España de Franco, para después llegar a la llamada democracia gobernada alternativamente por la derecha y la izquierda, hemos terminado por obra y gracia de unos políticos incompetentes en un circo, como aquel en la Plaza del Rey y que hoy esta instalado en el Palacio de la Moncloa.

    La fatalidad para el actual circo es que los enanos le están creciendo con una rapidez endiablada. Si anteayer comentábamos algunos detalles “sospechosos” de cierta credibilidad, ayer tenemos los casos del hijo de José María Aznar y Miguel Blesa, y la imputación de la mujer del presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González.

    Como ayer no tuvimos tiempo, hoy le daremos la consabida información que el caso merece. (Y que para satisfacción “aparente” del matrimonio a última hora de la tarde de ayer Anticorrupción anuncia que recurrirá el auto de imputación).

    La juez de instrucción número 5 de Estepona (Málaga), Mariana Peregrina, ha imputado a Lourdes Cavero, esposa del presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, por un presunto delito contra la Hacienda Pública y otro de blanqueo de capitales relacionados con el caso del lujoso ático de Estepona, propiedad del matrimonio, según consta en el auto hecho público este miércoles.

    También la juez ha imputado los mismos delitos a la empresa Coast Investors, que fue la propietaria y arrendataria de la citada vivienda desde 2008 hasta diciembre de 2012, cuando fue adquirida por el matrimonio formado por Lourdes Cavero e Ignacio González.

    La magistrada ha cursado la causa a la Audiencia Nacional para que prosiga las investigaciones dado que los posibles delitos que ha imputado se "han podido producir en el extranjero", ya que entiende "que su instrucción no le corresponde", según han adelantado este miércoles de madrugada las ediciones digitales de los diarios El Mundo y El País.

    En la operación de compraventa participó el empresario mexicano Rudy Valner, quien compró el ático en 2008 en nombre de la empresa Coast Investors, ubicada en el paraíso fiscal de Delaware.

    La juez plantea la posibilidad de que Ignacio González pueda ser imputado, pero explica que no lo ha hecho por carecer de competencia para ello por su condición de aforado al ser el presidente de la Comunidad de Madrid.

    "La condición de imputado de D. Jaime Ignacio González González no se le ha podido atribuir la instructora, al carecer de competencia, pese a darle traslado de las actuaciones con el fin de evitar indefensión", explica la juez en el texto.

    Sin embargo, el fiscal se ha mostrado contrario a que sea imputado en la causa puesto que "en el momento presente no consta que tenga relación alguna con la entidad Coast Investors, cuya inversión en España es el objeto de la investigación", así como también advierte de que tampoco se puede personar de manera "preventiva" para "defenderse" porque en el sistema procesal español no existe esa figura.

    Por su parte, Ignacio González ha defendido a su mujer y ha asegurado que ha sido imputada para "evitar su posible indefensión" por las noticias aparecidas en los medios de comunicación y que no hay delito acreditado alguno.

    La causa tiene su origen en una denuncia presentada ante el juzgado por el Sindicato Unificado de Policía (SUP), que intentaba demostrar que el citado ático es propiedad del presidente madrileño a través de sociedades interpuestas. También se han personado en la causa varios diputados del Grupo Parlamentario Socialista de la Asamblea de Madrid.

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    Enrique Castillo

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  5. En junio de 2012, la policía abrió una investigación para averiguar quién era el propietario de este ático situado en una urbanización de lujo de Estepona, alquilado por un importe de 2.000 euros al mes por el entonces vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y su mujer.

    González reconoció en enero de este año que compró en diciembre de 2012 el ático del que había disfrutado en régimen de alquiler hasta entonces después de conocerse que el Juzgado de Instrucción número 5 de Estepona había solicitado a la Agencia Tributaria que le remitiera toda la información fiscal sobre la entidad Coast Investor LLC, empresa que figuraba como propietaria del ático donde veranea.

    Asimismo el presidente madrileño se desvinculó de la investigación solicitada por Mariana Peregrina para conocer quién es el verdadero propietario de la vivienda.

    Según hemos podido saber, el 80% de la vivienda está a nombre de la esposa de Ignacio González, que actualmente ocupa una de las vicepresidencias de la patronal madrileña (CEIM), y el 20% restante sería propiedad del presidente de la comunidad de Madrid.

    El dúplex de 496 m2 de González estuvo cuatro años a nombre de un testaferro.

    Tal y como desveló EL MUNDO el 20 de marzo de 2012, González -cuyo sueldo es de 5.000 euros netos al mes- disfruta desde hace cinco años de un dúplex de 496 metros cuadrados en el complejo Alhambra del Golf. La casa tiene cinco habitaciones y dos plantas. En la superior dispone de piscina privada, jacuzzi y sauna. Además, la pareja posee un chalé de 400 metros cuadrados en una de las zonas más exclusivas de Madrid: Aravaca. La vivienda marbellí estuvo de 2008 a 2012 a nombre de Coast Investors. Esta compañía instrumental está controlada por el californiano Rudy Valner, un abogado que se publicita como «testaferro profesional».

    400.000 euros en dinero negro.

    La compraventa se cerró en mayo de 2008 en 1.150.000 de euros, de los que al menos 400.000 se abonaron en dinero negro, según desveló a este periódico la comercial que intermedió en la operación. Los 750.000 en A se transfirieron desde una cuenta de Coast Investors en el US Bank. El testaferro Valner no empleó una notaría en Estepona o Marbella, ni siquiera una de las muchas abiertas en Málaga capital, sino que casualmente optó por una de Madrid. Concretamente, la de Julia Sanz.

    La juez sugiere que es el pago de una comisión y que a él habría que imputarle.

    La Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía, la Udef, sospecha que el dúplex de lujo, cuya vecina de abajo era Carmen Franco, es fruto del pago de una comisión. De hecho, el fiduciario Valner es íntimo amigo del presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, que lo tiene contratado para sus negocios cinematográficos en EEUU. Walford Overseas y Valner declararon que su domicilio en España es el despacho Suárez de la Dehesa, situado en el madrileño Paseo del Pintor Rosales. Curiosamente, éste trabaja en régimen de cuasi exclusividad para Enrique Cerezo, íntimo amigo del presidente autonómico.

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    Enrique Castillo

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  6. Tal y como contó Público en enero de 2009 , a Mariano Rajoy no le eran ajenas las sospechas sobre las actividades del entonces vicepresidente madrileño. La cúpula del PP hizo llegar al presidente del Gobierno —entonces líder de la oposición— dos documentos, el principal, un dossier de 69 páginas que Rajoy ni leyó y que trasladó a Aguirre. Ésta lo ignoró también, al considerar que no había ilegalidad en las actividades recogidas detalladamente en el documento, correspondientes a 2006 y 2007 y que concluían, en general, que el vicepresidente lidera "un grupo de amigos que crean un negocio particular y, además, obtiene beneficios extra de la Comunidad o el Canal de Isabel II".

    El desglose de este "negocio" del grupo de amigos del presidente madrileño incluye un patrimonio del matrimonio González-Cavero de 1,8 millones de euros y presuntos pagos en negro y adjudicaciones irregulares (un campo de golf en el centro de Madrid, reparto de televisiones digitales en la comunidad, explotación de la plaza de toros de Las Ventas o la gestión del Palacio de Deportes), tal y como contó entonces este diario.

    A raíz de sus informaciones, Público fue demandado por Ignacio González en 2010, pero la Audiencia Provincial de Madrid desestimó la demanda en junio de 2012 al considerar que este diario cumplía el requisito de veracidad.

    Una cena incómoda.

    Esta noche, el PP de Madrid celebra la tradicional cena de Navidad en la localidad de Collado Villalba con la asistencia y los discursos de Mariano Rajoy, Esperanza Aguirre, Ignacio González y Ana Botella, que se sentarán en la misma mesa para compartir el ágape.

    Todas las miradas estaban ya puestas en el presidente del Gobierno, que en un solo acto coincide con tres de los más contundentes críticos de las políticas del Ejecutivo y que se encuentran, además, pendientes de que Rajoy ratifique sus candidaturas para las municipales (Botella) y autonómicas (González) de 2015 o designe a Aguirre como cabeza de lista al Ayuntamiento de Madrid en lugar de la actual regidora. Los que rodean a Rajoy coinciden en señalar que el presidente no hará referencia a ninguno de estos asuntos durante la cena; tampoco a la imputación de Cavero. Simplemente, tomará nota de los discursos de quienes le preceden en el uso de la palabra esta noche.

    Enrique Castillo



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