miércoles, 1 de enero de 2014

Aprendamos de los chinos / Por Paco Mora


José Antonio Martínez Uranga lo ha explicado bien clarito. Los empresarios taurinos tienen dos caminos. Seguir cada uno por su lado arañando lo que puedan, o unirse y reducir costos, abaratar entradas y entronizar el toro de lidia...

Aprendamos de los chinos
  •  ¡Ah! y hacerles ver a algunos toreros que murieron Pedro Romero, Lagartijo, Guerrita, Joselito, Belmonte y Manolete, que se retiró El Cordobés, que José Tomas apenas se viste de luces y el toreo sigue andando. Vamos, que no hay nadie imprescindible y que camarón que se duerme la corriente se lo lleva.

Paco Mora
La tarrina con 25 DVD de la marca Verbatin se vende en los establecimientos dedicados a la informática entre los 20 y 25 euros. En los de los chinos a 10 euros. Son la misma cantidad y la misma calidad. Lo que ocurre es que nuestros comerciantes están acostumbrados a ganarse el trescientos por cien en todo, y los chinos han descubierto que aplicando los aquí olvidados márgenes comerciales honrados les sale a cuenta porque venden más. Moraleja: que mientras los nacionales van de cerrojazo en cerrojazo los chinos proliferan como las setas. Pero aquí prefieren cerrar y aullarle a la luna quejándose de lo mal que va todo, antes que reducir sus ganancias vendiendo a precios razonables. Le echan la culpa a los impuestos, pero los orientales también pagan impuestos. Lo que ocurre es que se conforman con salir adelante sin pretender enriquecerse en cuatro días. El ejemplo puede parecer algo ratonero, pero vale, ¡vaya si vale!

Se preguntarán qué tiene que ver el ejemplo referido con el negocio del toreo. Pregúntesele a José Antonio Martínez Uranga, que lo ha explicado bien clarito. Quien quiera entender que entienda. Y se me antoja que algo debe saber a estas alturas de su vida el patriarca de los Chopera del espectáculo de los toros. Los empresarios taurinos tienen dos caminos. Seguir cada uno por su lado arañando lo que puedan, o unirse bajo el denominador común de reducir costos, abaratar entradas y entronizar el toro de lidia serio, encastado, sin exageraciones fuera de lugar pero con trapío. ¡Ah! y hacerles ver a algunos toreros que murieron Pedro Romero, Lagartijo, Guerrita, Joselito, Belmonte y Manolete, que se retiró El Cordobés, que José Tomas apenas se viste de luces y el toreo sigue andando. Vamos, que no hay nadie imprescindible y que camarón que se duerme la corriente se lo lleva.

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1 comentario:

  1. Efectivamente tiene razón, pero hay que recordar cuando todos los empresarios, agacharon la cabeza y fueron a reírles las gracias a "El Cordobés" en Villalobillos, y en cada época con sus toreros más de un empresario se tuvo que someter, me refiero a las figuras. Si los toreros no torean, que pintan los empresarios, todos hemos podidos comprobar en las plazas de todas las categorías, que los espectadores quieren ver figuras, que dentro que no agotan el papel, son los que más llenan. Las guerras no son buenas ni para los que las ganan.
    Los empresarios taurinos tienen mucho que aprender de los del futbol y dejar el cutrerío que caracteriza a la mayoría aparte, que en lugar de estar siempre pendiente de bajar los honorarios a las figuras, que realicen las innovaciones necesarias para ganar del dinero que ellos deseen, respetable por supuesto.
    Otra posibilidad es bajar los honorarios a las figuras y ellos bajar ese importe las entrada a las plazas de toros y a lo mejor estaríamos todos más contentos.

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