sábado, 18 de enero de 2014

San Cristóbal: Una feria que se hizo grande en América / Por Rubén D. Villafraz


PANORÁMICA PLAZA DE TOROS DE PUEBLO NUEVO 

La Feria de San Sebastián en San Cristóbal
Una feria que se hizo grande en América

Este miércoles arranca el periplo taurino sancristobalence, serial que marcó el inicio de la construcción de las grandes plazas de toros monumentales y por ende ferias del circuito taurino venezolano.

RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
La tradición taurina de la ciudad de San Cristóbal se remonta a 1835 exactamente, el cual se desarrollaban hasta 1961 bajo el nombre de Ferias y Fiestas de San Sebastián. En ella con ganado criollo lograron alternar toreros con alternativa sembrando afición por el resto de la geografía tachirense. Es en 1962 cuando se organizan dos corridas de toros con ganado de casta procedente del Ecuador de los hierros de Santa Mónica y de Pedregal Tambo, para ser picados y estoqueados en la plaza portátil cuadrada La Concordia, ubicada frente al Parque Miranda, organizadas por el matador Fernando Herrera y el periodista “El Negro” Blanco.

La fecha de estos primeros festejos bajo la usanza española fueron el 10 de febrero donde los toros de Santa Mónica fueron despachados por Joselillo de Colombia (vuelta y oreja), Sérbulo Azuaje (silencio y silencio) y Paco Camino (ovación y dos orejas). Al día siguiente, los toros de El Pedregal Tambo fueron nuevamente para Joselillo de Colombia, (vuelta y oreja), Sérbulo Azuaje  (una oreja y dos orejas) y Manolo Zúñiga, (oreja y oreja). Al año siguiente repitieron experiencia Herrera y “El Negro” Blanco para la fecha del 2 y 3 de febrero de 1963 en la misma plaza, con toros nuevamente ecuatorianos de Santa Mónica donde en ambas tardes actuó Luis Sánchez Olivares “Diamante Negro”. En la primera con Pepe Cáceres y el zamorano Andrés Vázquez; y en la segunda con Manolo Zúñiga y Pepe Cáceres, que cortó un rabo.

Una sola corrida tuvo lugar en 1964: 4 toros de Guayabita para Sergio Díaz y Alfredo Sánchez, mano a mano. Fue entonces que en una Feria de Manizales de 1965 cuando Hugo Domingo Molina, Edgar Espejo y Eduardo Santos acordaron proponerle al doctor Homero Lobo -entonces Presidente del Concejo Municipal-, la creación de una Feria Internacional en San Cristóbal. Lobo estuvo de acuerdo con la idea, pero les retó a que fueran ellos quienes organizaran los festejos taurinos, en este caso junto a los colombianos  hermanos Zúñiga, Joselillo y Manolo, el matador de toros Antonio Lizarazo.

Y precisamente en 1965, cuando se llevó a cabo la I Feria Internacional de San Sebastián, en la Plaza de Toros Venezuela de La Concordia, llevándose a cabo dos corridas de toros y una novillada. La novillada abrió feria el 22 de enero, lidiándose utreros de Guayabita para Lucio Requena, y los novilleros colombianos Hernán Medina “El Temerario”, medio hermano de los Zúñiga, y “El Lobo”. Para las corridas de toros la gran atracción fue la contratación del fenómeno de masas Manuel Benítez “El Cordobés”, quien debutó el 23 de enero, con toros mexicanos de Campo Alegre junto a Joselillo de Colombia (silencio y oreja) y Efraín Girón (vuelta y dos orejas y rabo) que fue el gran triunfador de aquella feria. Repitió “El Cordobés” al día siguiente, quien tuvo una actuación pobre en el ruedo, pero millonaria en las taquillas. En su debut Manuel Benítez (pitos y vuelta al ruedo) y en la tarde, del 24 con toros mexicanos de Santoyo, fue de (silencio en ambos). “El Cordobés” compartía cartel con Joselito Torres que fue herido de una cornada por su segundo toro, y Curro Girón, triunfador de la corrida con (pitos, oreja y oreja).
La última feria que tuvo lugar en la Plaza de La Concordia fue en 1966, cinco corridas de toros y tres novilladas, del 21 al 30 de enero, donde actuaron los maestros españoles Antonio Ordóñez, Paco Camino, "El Pireo" y el maestro venezolano César Girón, importándose toros colombianos de Las Mercedes, Vistahermosa, Fuentelapeña, El Socorro, Sierra Morena, Domiciano Camelo, Nicasio Cuéllar y Aguas Vivas, todas colombianas porque en Venezuela no habían ganaderías para ese momento.

Ya a partir de 1967 se cuenta otra historia, cuando se inauguró la que es hoy la Plaza de Toros Monumental de Pueblo Nuevo, epicentro de poco menos de medio siglo de historia taurina, donde creció a la par urbanística y culturalmente la capital tachirense.


En corto y por derecho

AYER SÁBADO, en el más estricto hermetismo, tanto de la Empresa Taurina, como de la Comisión Taurina, fueron desencajonados los toros españoles de Miura y Torrestrella, el cual llegaron a Maiquetía el viernes en la madrugada y traídos vía terrestre.

En este caso el reporte extraoficial de los mismos nos señala la siguiente reseña: De Miura llegaron «Buena Suerte» Nº 76, cárdeno, de 480 kilos; «Ratón», Nº 1, cárdeno, de 555 kilos; «Dardanelo», Nº 54, negro, de 600 kilos; «Hacendero», Nº 40, negro entrepelado, 500 kilos; «Estopeño», Nº 65, cárdeno, 510 kilos y «Alfombrero», Nº 66, sardo, 460 kilos. Se confirmó por medio del Dr. Luis Hernández el fallecimiento en el viaje de «Dormilón», Nº 6, castaño.


De Torrestrella llegaron «Fiscal», Nº 1, negro, 480 kilos; «Chillón», Nº 51, negro bragado, 530 kilos; «Agualimpia», Nº  70, colorado, 440 kilos; «Mentiroso», Nº 76, negro, 440 kilos; «Lirio», Nº 87, negro bragado, 440 kilos; «Cantimplora», Nº 91, burraco, 480 kilos; «Aguadulce», Nº 97, cárdeno, 460 kilos y «Flor Azul», Nº 107, negro, 450 kilos.


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