martes, 21 de enero de 2014

Tras el complot de Sevilla ¿será Ponce el talismán del toreo a sus 25 años de alternativa? / José Antonio del Moral



"...Ponce merece ser respetado por todos por lo mucho que ha respetado él a todos, incluso a sus enemigos. Su brillantísima carrera no fue ni sigue siendo un paseo tan fácil como su toreo ni el rayo de sol que atraviesa el cristal sin romperlo ni mancharlo. Ha tenido muchísimo que superar y muchos enemigos, incluso entre algunos matadores por pura envidia. Le han puesto muchas zancadillas y no pocos críticos que de vez en cuando le alabaron y le alaban lo que quisieron y quieren es que desapareciera del firmamento taurino. No lo conseguirán y se irá cuando él lo decida. No los demás..."


Tras el complot de Sevilla
¿será Ponce el talismán del toreo a sus 25 años de alternativa?

Remitido por José Antonio del Moral
Madrid, 21/01/2014.- A estas primeras alturas de cada año solían empezar los rumores sobre lo que iba aconteciendo en el diseño de las primeras grandes ferias, la de Sevilla sobre todo por ser la más importante del arranque de la temporada. Pero en éste 2014 impera el más absoluto silencio acerca de cómo estará solucionando la empresa de la Maestranza la ya prácticamente segura ausencia de las cinco figuras amotinadas. En ello persisten tras comprobar que la Real Institución no ha hecho ni caso a la cartita que les enviaron pidiendo la defenestración de la familia Pagés como condición para volver al coso del Baratillo. De ninguna manera cabía esperar que la Maestranza cediera al chantaje supuestamente impulsado por los millonarios empresarios mexicanos que aspiraban a manejar la plaza más emblemática del mundo y así ha sido. ¿Creían poder conseguirlo? Era increíble que lo consiguieran y por eso han hecho el mayor de los ridículos, aparte de jugarse el cariño de los aficionados sevillanos y, al fin y al cabo, un buen montón de Euros. Razón de fondo del plante, porque lo que quería la mayoría de los amotinados era ganar más de lo que venían cobrando con el menor riesgo y esfuerzo posibles. De eso saben mucho los mexicanos millonarios. Y ello, para colmo de los colmos, en plena crisis.

Tres de los cinco ya se habían adelantado a sus otros colegas. El Juli, Morante y Perera han firmado actuaciones en la feria de mexicana de Aguascalientes que, mira por donde, a raíz del lío retrasará este año las fechas de su celebración para coincidir totalmente con la muy tardía Feria de Abril 2014 que acontecerá en los once primeros días de mayo. Queda por saber qué harán en esas fechas Talavante y Manzanares quien, se sabe, no volverá a las Américas en lo que resta de sus ferias. Ni siquiera a gran final de La México por la celebración de su aniversario y, aún menos, a la citada de Aguascalientes.

Salvo Manzanares que acaba de hacer pública una carta llena de contradictorias excusas y de lamentos casi llorosos por no querer torear en Sevilla a cuenta de un compañerismo gremial que no aclara el fondo del asunto, persiste el mutismo sobre el conflicto sevillano. Morante y El Juli anunciaron recientemente que este año presentarán en sucesivos actos cómo van a ser sus respectivas temporadas. Por lo visto, muy especiales aunque imaginamos cual será la “especialidad”, mientras Manzanares ha dicho que cede la dirección de su imagen y comunicación a una empresa especializada de calado mundial. O sea, que están más pendientes del papel de celofán y de las cintas de seda que van a envolver sus pretensiones que de lo que deberían hacer si lo que pretenden es aumentar su cache y acrecentar su categoría: actuar en al menos tres tardes en las principales ferias y con ganado de primera en todos los aspectos. No con lo que llevan años matando en la mayoría de las corridas que participan sin el más mínimo sentido del pudor profesional. Resulta por lo menos sorprendente que en quien se inspiran es en el José Tomás de sus últimos años: Cobrar lo máximo cobrable por torear lo menos posible. Vana pretensión porque el caso de Tomás es único en la historia por ser la única figura de cuantas han existido que nunca sufrió la exigencia del público. Todo le vale porque sabe que, haga lo que haga, será tenido por histórico e inigualable.

Es lamentable y hasta da rabia que sea Manzanares quien haya hablado el primero, cuando los principales artífices de esta insensatez han sido Morante y El Juli que seguro le están mirando de lejos y le han dejado hablar como si fuera un “jefe” que se toma todas les responsabilidades. Pero lo increíble es que lo haya hecho haciendo público un comunicado de autolamento al que añade su para él único motivo de la huída de Sevilla en pos de la solidaridad con sus colegas ofendidos. Con quien hay que tener solidaridad es con los que pagan por verte, José Mari. Son los que verdaderamente sostienen el espectáculo. ¿O no?
Así las cosas, así la tremenda situación, a los empresarios afectados solo les quedaba un talismán para remediar lo que parecía irremediable. No había otro: Enrique Ponce. Y en un momento crucial además. Hasta parece mentira que continúe en lo más alto del toreo cuando se van a cumplir los 25 años de su alternativa sin haber tenido apenas conflictos con nadie. Ponce siempre arregló los problemas en el ruedo y frente al toro sin necesidad de compincherías ni de bravatas gremiales.

De ser cierto que Ponce está pensando muy seriamente en actuar dos tardes en la próxima feria de Sevilla y si se confirma, la bofetada que indirectamente pegará a sus ilustres colegas no solo será propia de quien ha sido y todavía es como matador de toros de impecable carrera. Su inaccesible permanencia en la cumbre durante tanto tiempo lo atestigua. También sería una demostración más de su reconocido señorío aunque la bofetada podría acarrearle disgustos, claro está. Los arreglaría en los ruedos. Solo faltaría que los cinco le hicieran el vacío y que intentaran vetarle. Que no se les pase por la cabeza porque lo pagarían caro.

Enrique Ponce y Madrid
Lo que sí parece asegurado es la actuación de Ponce en la Corrida de la Beneficencia de Madrid, inmersa en la Feria de San Isidro. Lleva 8 años sin torear en Las Ventas pese a las varias veces que fue requerido para hacerlo. Pero ¿por qué Ponce había dejado de torear en Madrid? Pues muy sencillamente dicho: porque en sus últimas actuaciones gran parte del público le hizo la vida imposible aun estando muy por encima del fatal ganado que le cupo en suerte. Y es que Enrique nunca le correspondió un toro en Las Ventas para torearlo a placer. Todos los que ha matado tuvieron diversas dificultades y, muchísimos, absolutamente impracticables.

Al surgir la noticia del regreso de Ponce a Madrid ya han empezado algunos a minusvalorar su largo paso profesional por Las Ventas. Hasta uno de ellos ha escrito que, salvo su histórica actuación frente al toro de Valdefresno que le coronó y le consagró como máxima figura el año 1996 – por cierto solamente premiada con una oreja cuando en cualquier otra plaza le hubieran dado el rabo – en las demás no pasó de regular. Habrá que hacer un somero repaso de sus otros grandes triunfos en sucesivas actuaciones madrileñas siempre con la máxima exigencia. La extrema facilidad con la que Ponce resolvió y continúa resolviendo cualquier embestida fue es su mayor virtud pero también su inconveniente. Ponce ha sido maltratado en Madrid como ninguna otra figura en los últimos años. No se le ha perdonado nada en contraposición a lo mucho que perdonaron a sus para muchos temibles contrincantes: César Rincón, Joselito, José Tomás y durante los últimos 15 años El Juli. Los tres primeros fueron precisamente los más sobrevalorados por lo que tanta gente creyó que serían los que terminarían de una vez con el valenciano. Los partidarios de estos tres nunca perdonarán a Ponce que no se dejara avasallar y que siga arriba con si tal cosa.
Rincón correinó en el final de Espartaco en 1991 y ahí terminaron sus respectivos mandatos, justo cuando Ponce iniciaba el suyo. Joselito solo reinó en el toreo un mes. El que fue desde su gran triunfo con seis toros el 2 de mayo de 1996 al faenón de Ponce frente a Lironcito a los pocos días. Ahí se acabó esta pretendida historia. El más importante Tomás de los años 97, 98, 99 y parte del 2000 terminó en retirada porque ya no pudo más mientras Ponce continuó tan pimpante y glorioso. Remitiéndonos a Madrid, no pude contar lo hecho por Tomás en su reaparición, basada en escasísimos hechos puntuales con todo a favor y sin la más mínima exigencia, salvo en su primera corrida en Las Ventas que fue cuando más se acercó a lo que le dio gran fama con ganado importante e íntegro por única vez. Respecto a su competencia con El Juli, duró con sucesivas victorias de ambos hasta que Ponce ocupó ese puesto de privilegio que todavía ostenta, ya por encima del bien y del mal aunque siga dando guerra y sustos como el de Bilbao del año pasado. Pero nada tienen que ver Ponce y El Juli aún siendo los dos reconocidos y consumados maestros con la tremenda diferencia de que lo que hace Ponce parece fácil y lo de El Juli difícil por notársele demasiado el esfuerzo y porque en cuanto a estética no es posible compararlos por también diametralmente opuestos en maneras de hacer y de estar en la plaza.

Pero vayamos con el Ponce de Las Ventas a lo largo de los años presididos por la inicial sorpresa que le deparó un incipiente cariño del público venteño y, a poco de tomar la alternativa, por la pertinaz exigencia y hasta por la preconcebida enemiga de no pocos que siempre trataron de arruinar sus actuaciones. Los muchos fallos con la espada de Ponce y los caprichos de algunos presidentes limitaron al menos 10 posibles salidas a hombros. Pero hubo otras que lo consiguió con sobrados méritos.

Sorprendió muy positivamente, en efecto, en su debut novilleril en 1988 y en las intervenciones que siguieron. Sin gloria por pinchar en su confirmación de alternativa el 30 de septiembre del 90. Pero magnífico con Cuadris en abril del 91. Y tras su espectacular despegue en Valencia con seis toros cuando Roberto Dominguez y El Soro se cayeron del cartel y poco después en sus primeras tardes en el Bilbao de las Corridas Generales, por fin le ven indiscutiblemente triunfal en San Isidro de 1992 y en la Corrida de Beneficencia, recién llegado de su primera apoteosis bilbaína. No faltaron las críticas de los que serían sus más pertinaces detractores en la prensa de la capital con Joaquín Vidal a la cabeza. Unos dijeron que no se mereció la oreja que cortó a un toro de Puerto de San Lorenzo porque “solo toreó con la derecha”. De risa. Y otros que estuvo “primoroso en los adornos y superficial en lo demás”. Recomiendo que vean el vídeo sobre Ponce con los dos torazos de Samuel Flores que mató ante el Rey de España, desde ese día admirador y poco tiempo después amigo de Ponce. Precisamente con toros de la ganadería que Ponce se hinchó de torear, sobre todo en la plaza de Bilbao donde la cabeza del más pavoroso que haya matado nadie en el Bocho está colgada en su patio de caballos para asombro de cuantos la contemplan.

Esa temporada, tras lograr su primer indulto en Murcia, Bienvenido de Jandilla, se encerró con seis toros de Sepúlveda en la Feria de Otoño de Madrid y sin suerte alguna por como resultó de infame el ganado. Zabala padre, que venía apoyando a Ponce desde novillero, escribió dos crónicas sobre esta actuación, ambas en ABC y el mismo día. La primera, positiva y elogiosa, la de la segunda edición, mala sin apenas paliativos. Alguien debió afearle su poncismo tras escribir la primera y el crítico se apresuró a contradecirse. Lo nunca visto en la prensa taurina de alto copete. Y en definitiva para tener luego que envainársela que es lo que ha terminado haciendo Zabala hijo tras pasarse tres años diciendo que Ponce estaba acabado y que tenía que irse. Es muy arriesgado apostar a la contra del valenciano, ¿verdad? Ese año terminó toreando más de 100 corridas y así lo consiguió nueve veces más hasta el 2001, rompiendo en mil pedazos las estadísticas porque el record lo tenía Gallito por haberlo conseguido en tres temporadas. Claro está que solo por esto, el odio de muchos madrileños fue creciendo hasta hacerse insoportable.
En San Isidro del 93 el público de Madrid se puso muy difícil con Ponce por primera vez en su primera tarde. Lo arregló triunfando en la segunda con un toro de El Puerto de San Lorenzo en un final de faena por ayudados rodilla en tierra que nadie podrá olvidar. Ese año terminó la temporada matando y saliendo a hombros con seis toros en una tarde de octubre Valencia y con 110 corridas en el talego.

En 1994 obtuvo Ponce su primera apoteosis en Madrid con toros de opuestas condiciones de Sepúlveda. Y en 1995, poco faltó para que abriera la Puerta Grande con Samueles. Tras ser extrañamente silenciado por una plaza abarrotada en la Feria de Otoño frente a dos altísimos bureles de Atanasio – nadie osó rechistar pero nadie pidió orejas para Ponce -, mató seis toros de Victorino Martín en Valencia, con los que volvió a triunfar pese al mal juego que dieron. Y en diciembre consiguió el primer Escapulario de Lima de los cinco que lleva conseguidos. Más que nadie en la historia.
La temporada de 1996 fue la primera cenital de Ponce en Madrid. Antes de la histórica proeza con el toro Lironcito ya mencionado que le consagró para siempre, merece la pena recordar su enorme faena por naturales con toros de Samuel actuando con Joselito en la famosa tarde de los quites de replica y contrareplica entre ambos y la valentísima confirmación de alternativa de Francisco Rivera Ordóñez. No hubo orejas esa tarde porque fallaron con la espada. Pero la corrida fue inolvidable. Tanto, que ese cartel se repitió durante tres temporadas en todas las ferias. El llamado de “Los tres tenores”, hasta que los dos colegas de Ponce dejaron de cantar…

Esta coronación lograda frente al pretendiente al trono, Joselito, tampoco se la perdonaron a Ponce en Madrid y, además, cada vez con mayor inquina si cabía. Por eso 1997 empezó el gran calvario madrileño del valenciano, cada año sin suerte alguna con los toros en Las Ventas. Calvario que salvo en alguna ocasión aisladamente feliz, duró hasta su triunfal tarde de tres orejas en San Isidro de 2002 tras sufrir su primera gran cornada en la feria de Sevilla.

Otro percance sufrió el mes de junio de en León que le tuvo al borde de la muerte sin que el torero presumiera luego de nada y no como quien yo sé a quien todavía le dura el eco de la que sufrió en Aguascalientes. Qué gran diferencia, Dios mío.

Pero en esta diferencia, cómo no mencionar la triunfal reaparición de Ponce en Málaga en agosto tras sufrir otra gravísima cornada en la feria de Alicante. Y dos días después, el apoteósico recibimiento que tuvo en Bilbao. Su plaza más querida y prodigada a la que, pese al gravísimo percance sufrido, no quiso faltar. Podría haberlo hecho sin que a nadie le extrañara. Ese año cortó Ponce su primer rabo en La México, plaza en la que había perdido al menos ocho por culpa de la dichosa espada.

En plena e incesante égida del calvario madrileño, Ponce tuvo su tarde histórica en Sevilla, abril de 2006, frente a dos toros muy importantes y nada fáciles de Zalduendo que él convirtió en buenos. No cortó orejas por pinchar – podría haber logrado hasta cuatro y un rabo -, pero dio dos apoteósicas vueltas al ruedo tras el arrastre de ambos bureles. Sevilla, también siempre reticente aunque respetuosa con Ponce, cayó esa tarde completamente rendida a sus pies.

Una de las felices ocasiones madrileñas en medio de tantas desgraciadas a las que me he referido, tuvo lugar un 2 de mayo de 1999, saliendo a hombros al cortar una oreja de un toro de Juan Pedro Domecq y a otro de Victorino Martín. Pero ya que mencionamos de nuevo a los toros de la mítica y para tantos otras figuras temible divisa, no podemos obviar que Ponce también actuó ese año frente a Victorinos en Sevilla y en Bilbao donde cuajó una gran faena. Enrique lleva matados 44 toros de Victorino de los que cortó 30 orejas en 21 tardes. Otra marca de la que ni una sola gran figura de su tiempo puede presumir. Y otra proeza más en la feria de clausura de la temporada en Dax (Francia) con su mayor apoteosis en las Galias la última vez que mató seis toros en solitario que al final fueron siete por regalar el sobrero por puro y caprichoso recochineo. Lo de Ponce en Francia también es de campeonato, especialmente en la mencionada, Dax, como también en Bayona, Mont de Marsan, Nimes, Arles y Beziers. Se extendería demasiado este artículo si nos detuviéramos en lo que hizo en estas plazas.

Es verdad que Ponce dejó de torear en Madrid por las razones ya expuestas. Pero este año, vigesimoquinto de su alternativa, vuelve si Dios quiere, y vuelve con más mérito que nunca porque no lo necesita y quizá ni siquiera le convenga. Pero haría muy bien si lo hace para que a su carrera impar no le falte otro de sus grandes y ejemplares colofones. A mí hasta me parece una locura, bendita locura, tras no haberme perdido ninguna de las corridas aquí mencionadas para mi fortuna y, durante tantos años, muchas más en las demás plazas de todo el mundo.

Ponce merece ser respetado por todos por lo mucho que ha respetado él a todos, incluso a sus enemigos. Su brillantísima carrera no fue ni sigue siendo un paseo tan fácil como su toreo ni el rayo de sol que atraviesa el cristal sin romperlo ni mancharlo. Ha tenido muchísimo que superar y muchos enemigos, incluso entre algunos matadores por pura envidia. Le han puesto muchas zancadillas y no pocos críticos que de vez en cuando le alabaron y le alaban lo que quisieron y quieren es que desapareciera del firmamento taurino. No lo conseguirán y se irá cuando él lo decida. No los demás.

¡Que Dios siga acompañándote y mucha suerte, maestro¡

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