lunes, 24 de febrero de 2014

Gabinetes de crisis: rotos, descosidos y artesanía del zurcido


"...Pero no es de recibo que en el caso de Mérida los toreros extranjeros, con el lógico canguelo, tengan que esconderse -sin verles siquiera la montera- en el burladero de la falta de pago (de la susodicha empresa intoxicadora) de la feria 2013.

Podrían haber recurrido al manoseado parte facultativo del médico de cabecera al uso: “miedo insuperable que les impide iniciar la lidia”.
Y ¿por qué no reclamaron, o avisaron, antes de comprometerse a ser anunciados?

Gabinetes de crisis: rotos, descosidos y artesanía del zurcido

Pedro Javier Cáceres
Tres crisis taurinas (una en estado puro, otra trufada de política indigente y la tercera con tufo a "jindama") copan la actualidad del planeta de los toros: Sevilla, El Puerto y Mérida (Venezuela).

Las crisis se resuelven mediante gabinete de cerebros que tiran de refranero como filosofía de partida para mejor solución de los problemas por irresolubles que parezcan.
Exprimir al máximo el músculo del proverbio antes que arrojar la toalla.
Hacer de la necesidad virtud y un paso atrás ni para coger impulso: "siempre hay un roto para un descosido" (a nadie le falta alguien que lo quiera); y a partir de ahí la artesanía de zurcir ante la imposibilidad del arte de tejer por falta de hilo, rehén del estraperlo.

El roto del G5 a Sevilla se va remendando con cabos sueltos de madejas en poliéster, con algún resto de algodón y dos o tres bobinas de lino a falta de hilos de seda: la resistencia en mestizaje con una pizca de cachemir por la sutil delicadeza: una feria antiarrugas; ante Dios, los hombres...y el TORO.
Al final todos bordarán oro en su vestido, ¡TOREROS! al fin y al cabo.

En El Puerto, la política. Es el arte de lo posible -dicen-, pero el cerebro de la trama (concejal Alegre -con mayúscula, se llama así, afirmo ¿otra paradoja, viéndole el careto que se le ha quedado?) lo ha trocado por la chapuza de lo imposible: que algún empresario con currículo asumiera las condiciones para pujar por un coso histórico con un pliego histérico.

El boquete no se sutura tan solo con la dimisión pedida del edil ¿zascandil?, ni con la trampa saducea de invitar ad hoc a una empresa para salir del paso éste año.
¿Podría ser la misma a la que sedujeron para no hacer el ridículo del concurso desierto, aún a sabiendas no cumplía todos los requisitos (hay precedentes) y agradecerle los servicios prestados?
Dicen que dijo Joselito (El Gallo, o Gallito): ¡quien no ha visto un cambalache en El Puerto no sabe lo que es un quilombo!. ¿O no fue así? ¿O fue Carlos Gardel?
Para 2015 más y peor, que por tiempo no será.

En Venezuela madura la indecencia ¿¡lo pillas!?
Desbandada de toreros extranjeros anunciados en su feria de Mérida, a una semana del comienzo.
Se entendería fuese por miedo, que es libre, a la situación de inseguridad física y jurídica que asola la estabilidad de la República (sátrapa bolivarista) para lo que no hace más falta que escuchar las noticias y no carroñar, por despecho, como ha hecho la empresa -morosa- anterior que se lo ha pintado a los toreros extranjeros como la guerra de Irak para boicotear las corridas.

Pero no es de recibo que los toreros extranjeros, con el lógico canguelo, tengan que esconderse -sin verles siquiera la montera- en el burladero de la falta de pago (de la susodicha empresa intoxicadora) de la feria 2013.

Podrían haber recurrido al manoseado parte facultativo del médico de cabecera al uso: “miedo insuperable que les impide iniciar la lidia”.
Y ¿por qué no reclamaron, o avisaron, antes de comprometerse a ser anunciados?

La víctima inocente, la actual y debutante empresa, no es que tenga que zurcir o remendar, es que tendrá que recurrir a Sepu o Saldos Arias (con perdón, es metáfora) para cambiar el escaparate; que por otra parte no era el de Hermès en la Rue de Saint-Honoré (París; número 24, por cierto).
La solución no pasa por dar una batida en la "casa de los hilos" de la madrileña Plaza de Pontejos -mercería a granel y detal- sino por tirar de pita, cáñamo y hasta esparto...

...Pero Feria habrá.
Con el personal luciendo "liquilique" o "jeans" imperialistas. La gente quiere fiesta, carnaval; ron, sangría y rumba;
TOROS: el mejor de los escenarios para la normalización y la convivencia.

Como habrá feria en Sevilla, que el destino -un adelantado a su tiempo- ha querido que, hasta en eso, sea distinta: será de mayo y no de abril.
Y el público como siempre será el juez soberano que dicte sentencia: "quite y de razones".

Conjugar precios y "EL TORO" es la defensa en el contencioso.
Y la carga de prueba de algodón recae en la afición para desenmascarar, o no, a aquellos que abogan -contumaces, y a "toro pasado" o sin embarcar- por una regeneración, claman por oportunidades a jóvenes emergentes y reclaman año a año puestos en la feria para los sevillanos.
Se acuña que " la suerte de la fea, la guapa la desea". Y puede ser, como en la cotidianidad, que un feo-resultón sea más capaz de levantar un pibón que un "cursi como perdiz con ligas"(versión varonil de Cenicienta).

A todo esto, salta de ojo, que las figuras hayan dado inusuales facilidades para que La CIAdel taurinismo esté en condiciones de ofrecer el San Isidro más completo de la historia.
¿A rio revuelto...? u ¿"ojos que no ven, gabardina que te quitan"?.

Conclusión refranera a las crisis y las ideas (en su caso ocurrencias) de sus gabinetes constituyentes: posiblemente, hoy, no todos somos iguales (ni ante la ley, la profesión o la afición) pero en 100 años ¡todos calvos!

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