martes, 18 de febrero de 2014

Llegaron las "gestas" / Por Por Paco Mora

 Y por favor, quítenme de ese saco a Ponce que el de Chiva ha matado todos los hierros habidos y por haber. En Valencia le vi cocinar y comerse seis victorinos él solito hace ya muchos años. 

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"...Pero que no le llamen “gesta” a lo que debería de haber sido comportamiento natural y consuetudinario para ellos desde el primer día que se vistieron de luces. 
 “Mire usted, señor mío, mi dinero es innegociable pero en cuanto a hierros póngame con los que le vengan en gana y con los compañeros que quiera porque yo soy una figura del toreo, y es así como se demuestra”. Como lo demostraron las auténticas figuras de toda la vida...."

Llegaron las "gestas"

Por Paco Mora
Era más que previsible que el segundo episodio del serial, que comenzó con la tocata y fuga de La Maestranza, sería invadir el terreno ganadero de la brigada de choque del toreo...

Era más que previsible que el segundo episodio del serial, que comenzó con la tocata y fuga de La Maestranza, sería invadir el terreno ganadero de la brigada de choque del toreo. La falta de imaginación de nuestros toreros punteros está más que probada. Perera ha abierto el fuego. Precisamente el que menos necesita demostrar que tiene arrestos para fajarse con lo que le echen. Porque que Miguel Ángel es un tío con toda la barba nadie tiene motivos para ponerlo en duda. Dicen que ha pedido para San Isidro las corridas de Adolfo Martín y de Victorino, y una tercera por si acaso. Parece que las negociaciones están estancadas. Era de esperar; ahora vendrán los otros anunciando “gestas” con lo que no han querido ver nunca. Y por favor, quítenme de ese saco a Ponce que el de Chiva ha matado todos los hierros habidos y por haber. En Valencia le vi cocinar y comerse seis victorinos él solito hace ya muchos años. Y cualquiera de los de primera división es capaz de matar sin despeinarse toda la camada de Victorino, Adolfo, Aguirre, Escolar, Cuadri, Miura y Cebada Gago, pongo por caso. Si no lo han hecho es porque no le habían visto las orejas al lobo del cemento vacío como se las están viendo ahora.

Pero por favor, que no le llamen “gesta” a lo que debería de haber sido comportamiento natural y consuetudinario para ellos desde el primer día que se vistieron de luces. A Perera y a todos los demás en situación de negociar con las empresas –muchos buenos toreros ni eso pueden- les bastaba con descolgar el teléfono y decir: “Mire usted, señor mío, mi dinero es innegociable pero en cuanto a hierros póngame con los que le vengan en gana y con los compañeros que quiera porque yo soy una figura del toreo, y es así como se demuestra”. Como lo demostraron las auténticas figuras de toda la vida.

Chicuelo II que gloria halla –que fue primerísima figura porque llegó un momento en el que cobró y toreó más que nadie- no le preguntaba a su apoderado Enrique Callejas ni por las ganaderías ni por los compañeros de cartel. Cuando el hombre trataba de explicarle las circunstancias de la contratación le cortaba en seco con esta pregunta: “¿Nos dan nuestra pastora?”. Y cuando ese punto quedaba confirmado seguía hablando de otra cosa. Fui testigo de ello en más de una ocasión. Un día le dije, “hombre Manolo, todas las ganaderías no son iguales”, a lo que me respondió sin más circunloquios: “Mira Paco, todos los toros tienen dos cuernos, cuatro patas, un rabo y dos orejas que se les pueden cortar”. Y seguimos hablando de otra cosa. Y lo mató un avión…

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