“el nacimiento de la Fiesta coincide con el nacimiento de la nacionalidad española y con la lengua de Castilla……… asi pues, las corridas de toros…….. son una cosa tan nuestra, tan obligada por la naturaleza y la historia como el habla que hablamos.”.
R. Pérez de Ayala
Todo era diferente en 1963, estábamos en un periodo de la historia de España bajo el régimen de la dictadura de Franco. Las bases de la dictadura fueron entre otras el nacionalismo español, el catolicismo y el anticomunismo, que sirvieron de apoyo a un gobierno de dictadura militar autoritaria que se autoproclamó como “democracia orgánica” en oposición a la democracia parlamentaria.
A partir de las derrotas de las potencias en la Segunda Guerra Mundial, el general Franco promulgó el Fuero de los españoles (17 de julio de 1945) con ello, redujo la importancia de la Falange Tradicionalista y se concedió más importancia al componente católico. A partir de entonces, la dictadura se va deshaciendo de su carácter pro-fascista, aunque sigue utilizando su simbología. La dictadura tuvo que buscar nuevas alianzas internacionales. En la década de los años 60 apareció una generación de políticos tecnócratas formados en el Opus Dei y se rompió el aislamiento internacional. La dictadura militar se caracterizó por:
Carencia de Constitución. Inexistencia de partidos. Concentración del poder. Restricciones a las libertades de asociación y de reunión. Absoluto control de la información. Asignación del mantenimiento del orden a las fuerzas armadas. Sindicato Vertical y Fuerte relación con la Iglesia Católica.
Tras los duros años de la posguerra, en los que la sociedad española había quedado anclada a un tipo de sociedad arcaica, los años sesenta presenciaron un acelerado cambio social. Estos fueron algunos de sus principales rasgos:
Masiva emigración rural a las ciudades y a Europa occidental. Más de un millón de españoles se desplazaron a Francia, Alemania, Suiza, Bélgica y otros países europeos para desempeñar los trabajos que no querían los nativos. La emigración trajo consecuencias positivas como la reducción del paro o el ingreso de las abundantes remesas enviadas por los emigrantes, pero trajo consigo el desarraigo humano que toda emigración implica y la agudización de las diferencias de riqueza entre las diversas regiones del país.
Fuerte incremento de la población. A la vez que se reducía la tasa de mortalidad, la tasa de natalidad se mantuvo en valores muy altos e incluso aumentó. Para atender las necesidades de esta población creciente el gobierno no aumentó el gasto público lo que llevó a que los servicios públicos fueran claramente insuficientes:
En el terreno educativo el número de escuelas e institutos fue muy por detrás de las necesidades de una creciente población infantil y juvenil. Aunque se crearon algunos enormes hospitales y desde 1963 aumentaron las prestaciones sanitarias y los sistemas de pensiones, la cobertura sanitaria siguió estando muy alejada de lo que requería una sociedad moderna El crecimiento demográfico provocó un enorme déficit en vivienda que trató de resolverse mediante grandes operaciones inmobiliarias en las ciudades españolas. Estos nuevos barrios nacieron a menudo sin equipamientos sociales y urbanos básicos.
Para algunos melancólicos ¡que tiempos aquellos!, para otros “Nunca tiempos pasados fueron mejores”. Y para los medianamente sensatos hubo de todo, hasta por haber si un grupo de más de 20 personas querían reunirse sólo podía hacerlo con un permiso del gobernador civil.
Todo era diferente en 1963, estábamos en un periodo de la historia de España bajo el régimen de la dictadura de Franco.
ResponderEliminarLas bases de la dictadura fueron entre otras el nacionalismo español, el catolicismo y el anticomunismo, que sirvieron de apoyo a un gobierno de dictadura militar autoritaria que se autoproclamó como “democracia orgánica” en oposición a la democracia parlamentaria.
A partir de las derrotas de las potencias en la Segunda Guerra Mundial, el general Franco promulgó el Fuero de los españoles (17 de julio de 1945) con ello, redujo la importancia de la Falange Tradicionalista y se concedió más importancia al componente católico. A partir de entonces, la dictadura se va deshaciendo de su carácter pro-fascista, aunque sigue utilizando su simbología. La dictadura tuvo que buscar nuevas alianzas internacionales. En la década de los años 60 apareció una generación de políticos tecnócratas formados en el Opus Dei y se rompió el aislamiento internacional. La dictadura militar se caracterizó por:
Carencia de Constitución. Inexistencia de partidos. Concentración del poder. Restricciones a las libertades de asociación y de reunión. Absoluto control de la información. Asignación del mantenimiento del orden a las fuerzas armadas. Sindicato Vertical y Fuerte relación con la Iglesia Católica.
Tras los duros años de la posguerra, en los que la sociedad española había quedado anclada a un tipo de sociedad arcaica, los años sesenta presenciaron un acelerado cambio social. Estos fueron algunos de sus principales rasgos:
Masiva emigración rural a las ciudades y a Europa occidental. Más de un millón de españoles se desplazaron a Francia, Alemania, Suiza, Bélgica y otros países europeos para desempeñar los trabajos que no querían los nativos.
La emigración trajo consecuencias positivas como la reducción del paro o el ingreso de las abundantes remesas enviadas por los emigrantes, pero trajo consigo el desarraigo humano que toda emigración implica y la agudización de las diferencias de riqueza entre las diversas regiones del país.
Fuerte incremento de la población. A la vez que se reducía la tasa de mortalidad, la tasa de natalidad se mantuvo en valores muy altos e incluso aumentó.
Para atender las necesidades de esta población creciente el gobierno no aumentó el gasto público lo que llevó a que los servicios públicos fueran claramente insuficientes:
En el terreno educativo el número de escuelas e institutos fue muy por detrás de las necesidades de una creciente población infantil y juvenil.
Aunque se crearon algunos enormes hospitales y desde 1963 aumentaron las prestaciones sanitarias y los sistemas de pensiones, la cobertura sanitaria siguió estando muy alejada de lo que requería una sociedad moderna
El crecimiento demográfico provocó un enorme déficit en vivienda que trató de resolverse mediante grandes operaciones inmobiliarias en las ciudades españolas. Estos nuevos barrios nacieron a menudo sin equipamientos sociales y urbanos básicos.
Para algunos melancólicos ¡que tiempos aquellos!, para otros “Nunca tiempos pasados fueron mejores”. Y para los medianamente sensatos hubo de todo, hasta por haber si un grupo de más de 20 personas querían reunirse sólo podía hacerlo con un permiso del gobernador civil.
Enrique Castillo