martes, 11 de marzo de 2014

11-M: el triunfo del carpetazo.


El Juez Gómez Bermúdez


"...Como no quieren enfrentarse a los críticos de la versión oficial, edificada sobre pruebas y testimonios demostradamente falsos, las élites políticas y mediáticas recurren al insulto o al silenciamiento de aquéllos. Por eso no es de extrañar el monumental desconocimiento que la mayoría de los ciudadanos tiene sobre el 11-M..."


11-M: el triunfo del carpetazo
  • Que el Gobierno del PP acabe de condecorar a las dos testigos rumanas imputadas por falso testimonio es buena prueba de hasta qué punto tanto los que utilizaron la matanza para lograr el vuelco electoral como los que lo sufrieron se han confabulado para dar carpetazo al asunto.

Libertad Digital / Editorial
Durante estos diez años, Libertad Digital ha mantenido su compromiso de no cejar en el empeño por esclarecer la autoría de la mayor matanza terrorista registrada en Europa. Hoy, al cumplirse el décimo aniversario del 11-M, que tan decisivamente alteró el devenir histórico y democrático de España, Libertad Digital renueva su compromiso no sólo con sus lectores sino con la memoria, la dignidad y la demanda de justicia de todas las víctimas del terrorismo.

Nuestro lucha por que se sepa algún día toda la verdad en torno al 11-M se vería lastrada por el ilusionismo y constituiría una quimera si no reconociéramos la triste y nada estimulante realidad en la que nos encontramos: a pesar de que los agujeros negros son ahora mucho más evidentes que nunca, nunca antes tantos dieron por buena la desacreditada versión oficial. Es público y notorio que la izquierda, los nacionalistas y sus poderosísimos medios de comunicación se despreocuparon del quién ha sido tan pronto el PP fue desbancado del poder, contra todo pronóstico, sólo tres días después de la matanza. Pero también la derecha y sus serviles medios de comunicación incurrieron en esa acomodaticia y despreocupada postura, desistimiento que se ha acrecentado tras recuperar el PP el Gobierno de la nación.

Como no quieren enfrentarse a los críticos de la versión oficial, edificada sobre pruebas y testimonios demostradamente falsos, las élites políticas y mediáticas recurren al insulto o al silenciamiento de aquéllos. Por eso no es de extrañar el monumental desconocimiento que la mayoría de los ciudadanos tiene sobre el 11-M.

Todos los medios de comunicación han podido cometer errores a la hora de cubrir este asunto, y todos han modulado su versión de los hechos a medida que se han ido conocido nuevos datos. Pero lo que no es una sabia asunción de errores sino una hipócrita vileza espasar página y acomodarse a una versión oficial que ni siquiera puede dar respuesta a la pregunta de qué explotó en aquellos trenes ni a la que indaga por los autores intelectuales de la matanza. Lo que es una infamia es que una verdad judicial que se ha demostrado falsa en sus cimientos encubra el desconocimiento de lo sucedido.

Que el Gobierno del PP acabe de condecorar a las dos testigos rumanas imputadas por falso testimonio es buena prueba de hasta qué punto tanto los que utilizaron la matanza para lograr el vuelco electoral como los que lo sufrieron se han confabulado para dar carpetazo al asunto.

Con todo, y a pesar de esta cada vez más fortalecida y extendida voluntad por pasar página, el triunfo del carpetazo no tiene por qué ser definitivo. La historia no está escrita ni el futuro determinado. Menos aún por una colosal mentira.


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2 comentarios:

  1. Los “conspiranoicos” insisten: “La izquierda lanzó los cadáveres calientes de Atocha contra el Gobierno”, esto decía en El Mundo un tipo impresentable como Arcadi Espada. Recuerda este sujeto que “A partir del 14 de marzo de 2004 la derecha insinuó de modo diverso y creativo que la izquierda había fabricado la matanza y que la legitimidad del presidente Zapatero se asentaba sobre 191 cadáveres.

    “El Mundo”, diez años después, “descarga” al PSOE de infundios, al admitir que “no hubo participación ni directa, ni indirecta, de ningún partido político en la masacre”. Los medios y columnistas que durante diez años han mantenido vivas las dudas alrededor del 11-M se resisten a “dejar las armas”. Algunos, como El Mundo, admiten este martes que en referencia al PSOE deja una puerta abierta abierta a “las dudas” sobre el atentado. Otros mantienen su línea belicosa, como Hermann Tersch, que reprocha al Gobierno de Rajoy que se haya “sumado a la verdad oficial de Zapatero”.

    El Mundo da una de cal y otra de arena. En la portada se resiste a cambiar de cara radicalmente y apunta a supuestas lagunas sobre el atentado, con el titular: “El hombre que puede despejar las dudas sobre el 11-M sigue vivo”, en referencia a Said Berraj, actualmente en busca y captura por la Policía, que, según apunta, “participó en las reuniones clave del atentado” y “un guardia civil le identificó en el tren en el que supuestamente iba Zougam el día de la masacre”.

    El diario, ya sin su mentor Pedro J. Ramírez, se muestra como víctima de “ataques” por “no conformarse con la verdad oficial”. Pero, admite que después de de diez años “ha quedado claro” que “no hubo ninguna participación ni directa, ni indirecta, de ningún partido político en la masacre. Tampoco existió una conjura policial con fines políticos en la realización del atentado”. Es decir, diez años después, El Mundo libera al PSOE de cualquier sospecha.

    Eso sí, se resiste a admitir que el caso está cerrado y mantiene que “las zonas oscuras siguen existiendo” y para vestir esta afirmación recurre a lo que califica de “declaraciones contradictorias estos días de Gómez Bermúdez, el fiscal Zaragoza y el experto Reinares” porque, “a día de hoy no se sabe quién ordenó la matanza”.

    En ABC, Hermann Tertsch sale en defensa de los conspiranoicos, es decir, de sí mismo, al reprochar que “se escribe estos días más contra la denostada ‘mentira de la conspiración’ que sobre la verdad del 11-M”. Quizás “porque la primera es fácil de caricaturizar. Y porque la segunda es un material muy frágil, hasta para quienes se han erigido en sus celosos cancerberos”, añade.

    Tertsch se queja del “hostigamiento” contra los conspiranoicos y carga contra el Gobierno de Rajoy por “sumarse a la verdad oficial de Zapatero. También en esto” -subraya.

    En ABC también, Edurne Uriarte se centra en cuestionar a la izquierda por “ocupar las calles” tras el atentado “contra el Gobierno de Aznar”. Para la columnista, los que tienen que pedir perdón son los socialistas y no el PP por mentir sobre la autoría de los atentados. “Pero me preocupa mucho más la izquierda extrema porque lo suyo no es una divergencia sobre la autoría del atentado sino una lamentable lectura ideológico-política del mismo que jamás fue rectificada”, escribe.

    Para Uriarte, “el hecho político esencial de aquella masacre es ése y no el debate sobre la autoría. Más allá de los asesinatos, lo que pasará a la historia del terrorismo es la reacción política y social”, es decir, “aquella decisión de rendición a la amenaza terrorista, porque no era ‘nuestro terrorismo’ y porque éramos “culpables”.

    Adrián G

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  2. Pobre gente asesinada y herida en el 11-M, y pobre gente engañada por la oficialidad del sistema que origina el criminal atentado que surge de las cloacas del Estado.

    ¿Titadyn o Goma 2 Eco?, o el eco de borrar con la goma lo que a los medios que se empeñaron en decir y que todavía sostiene que ETA estuvo detrás de la masacre del 11 de marzo de 2004.

    Sobre los explosivos se dijeron: un explosivo minero, de baja velocidad, “desplaza”, mientras que un explosivo militar, de alta velocidad “corta”.

    Muy reveladoras son las fotos de algunos vagones con las vigas de la subestructura cortadas (lo que indicaría que un explosivo de alta velocidad se colocó junto a esas vigas).

    Este "hallazgo" bien pudiera ser una falsa pista, "desvelada" precisamente en este momento para cumplir algún oscuro objetivo. Sin embargo, cualquier resto de aquella matanza debería ser inmediatamente intervenido, y la falta de diligencia en su intervención sólo hace que añadir sospechas.

    La verdad, la auténtica VERDAD del 11-M es tan terrible que, de conocerse públicamente y en todos sus inicuos detalles, haría saltar en pedazos los cimientos del Estado y del actual "régimen". En esa tremenda iniquidad y en esa amenaza se amparan, por el momento, los traidores innombrables que colaboraron, por acción u omisión, en la matanza y subsiguiente golpe de Estado "pasado por las urnas".
    El gobierno del PP conoce (o al menos sospecha) las consecuencias que acarrearía la exposición de la brutal realidad y no hará nada positivo por desvelar la auténtica verdad, porque también teme esas consecuencias, ya que, aunque de forma indirecta, se vería arrastrado por la marea.
    La verdad, la terrible VERDAD del 11-M sólo se sabrá cuando la actual casta política ya no tenga nada que perder... cuando haya pasado suficiente tiempo para que los principales actores se extingan o cuando el Estado haya volado por los aires por otros motivos (económico-sociales, por ejemplo) y hayan desaparecido de la escena los personajes y los intereses bastardos que, por el momento, medran del régimen y mantienen la farsa, de forma activa o pasiva.
    Como posibilidad intermedia entre el tiempo y el caos, sólo cabe la posibilidad de que la verdad se desvele de forma progresiva y lenta, a modo de "vacuna", en orden a evitar la muerte súbita de un régimen que es enfermo terminal de corrupción y traición a la Patria y al Pueblo. Creo que por este camino debemos exigir que se nos "prepare", pasa a paso, para conocer la verdad sobre esta matanza y manipulación, y sobre la extensa y compleja conspiración que las ha manejado y maneja.

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