domingo, 9 de marzo de 2014

La crítica no es pitorreo / Por Paco Mora



"...Al torero, a mi juicio, le basta y le sobra con la imagen que él da de sí mismo en el ruedo. No puede haber otra más auténtica y respetable. Y eso estoy en mi perfecto derecho a manifestarlo, pero desde un punto de vista de respeto al toreo y a quienes lo tienen como profesión. Por eso me ha molestado sobremanera esa carta llena de veneno, pitorreo y mala leche que arrasa en las llamadas redes sociales que por ese camino rozan lo antisocial. Una carta dirigida al "profesor universitario" Julián López "El Juli"..."

La crítica no es pitorreo

Paco Mora
La crítica y el pitorreo son dos cosas muy distintas. La crítica es respetable e incluso necesaria en todas las artes, y más para las que su contemplación tiene un precio. La crítica puede contribuir a limar defectos y a subsanar errores. En definitiva, que ejercida con buena fe es una colaboración en el buen resultado de aquello que se pretende comunicar al público mediante una expresión artística. Así es en la pintura, la música, la danza… y el toreo. Pero el pitorreo no tiene nada de positivo y es una falta de respeto de quienes lo confunden con la crítica y lo practican con desgarro, acidez o más mala leche que un murciélago borracho pongamos por caso y para ser más gráficos.

A mí no me gusta que los toreros presenten su temporada entre humo y promesas de amor a los espectadores, ni que digan cursiladas sobre supuestos compromisos inmortales con las Bellas Artes. Pero eso es posible que sea un problema mío. Incluso un problema de edad, porque yo no me figuro a Manolete, Ordóñez, Camino, Puerta, El Viti, ni siquiera a El Cordobés con su carga de excentricidad, ni por supuesto a José Tomás con su epatante personalidad, saliendo entre una humareda a darle tres cuartos al pregonero sobre sus contratos, sus sueños y sus grandes esfuerzos para torear determinadas ganaderías o en ciertas plazas. Para mi ser torero es algo demasiado importante como para frivolizarlo con imitaciones hollywoodienses a lo Madonna o Lady Gaga.

Al torero, a mi juicio, le basta y le sobra con la imagen que él da de sí mismo en el ruedo. No puede haber otra más auténtica y respetable. Y eso estoy en mi perfecto derecho a manifestarlo, pero desde un punto de vista de respeto al toreo y a quienes lo tienen como profesión. Por eso me ha molestado sobremanera esa carta llena de veneno, pitorreo y mala leche que arrasa en las llamadas redes sociales que por ese camino rozan lo antisocial. Una carta dirigida al "profesor universitario" Julián López "El Juli", posiblemente porque al autor de la misma le han parecido fuera de lugar esa plaga de extravagantes presentaciones. Pues bien, como decía un personaje de Berlanga en La escopeta nacional: "Eso se dice". Porque como le advirtió Don Luis Mazzantini al gran divo de la ópera de su tiempo "aquí, no se ensaya la muerte; aquí se muere de verdad". El pitorreo sobra. Los toreros, pronto se darán cuenta de que el camino de la modernización no es ese. Así y todo, lo primero que hay que hacer para tener derecho a criticar a los toreros es respetarlos. ¡Critica sí, pitorreo ni un gramo!
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