Pero a la postre la tarde se les torció y al que más a Fandiño que le tocó el mejor toro de la corrida y lo dejó escapar. ¡Pero hombre, por Dios, si te las estaban poniendo a huevo…¡
8ª de la Feria de San Isidro en Madrid. Solo un buen toro de Jandilla que a Fandiño se le fue
- Miren lo que le ha pasado a Zabala de la Serna. Hace tres años escribió una crónica diciéndole a Ponce que se fuera porque estaba acabado, lo siguió repitiendo vinera o no a cuento y al cabo del tiempo, ya lleva poniéndole por las nubes un años y medios como si fuera tan poncista o más que yo.
J.A. del Moral
No fue buena la corrida de Jandilla aunque salió un quinto toro que cumplió el famoso refrán. Iván Fandiño fue el gran afortunado de la tarde pero, aunque quiso hasta ponerse pesado, no supo o no pudo aprovechar como mereció este animal. Todo lo demás, con tal o cual detalle de la afanosa terna y los tercios de banderillas de El Fandi, fue una colección de voluntades estrelladas que apenas interesaron al respetable que, por cierto, casi llenó la plaza
Madrid. Plaza de Las Ventas. Viernes 16 de mayo de 2014. Octava de feria. Tarde cálida con rachas de viento y casi lleno.
Seis toros de Jandilla, bien presentados y de juego desigual. Pésimo el mansurrón primero. Inválido el segundo que pasó de quedarse corto a noble. Muy manejable en la muleta aunque dando algún susto que otro el tercero. Manejable sin romper del toro por desigual en la muleta el cuarto. Excelente el quinto. Manejable sin clase el sexto.
El Fandi (caña y oro con remates negros): Estoconazo y dos descabellos, silencio. Estoconazo, ovación.
Iván Fandiño (carmesí y oro): Pinchazo hondo, silencio. Pinchazo y estoconazo, aviso y ovación. Pinchazo y estocada, aviso y silencio.
Joselito Adame (ferroviario y tesoro de Moctezuma): Estocadón de rápidos efectos, gran ovación. Pinchazo y estocada caída, aviso y silencio.
Ya saben mis lectores que siempre que actúan grandes figuras en las corridas feriales y más si son importantes como esta de San Isidro, me gusta leer y oír lo que dicen todos los críticos. Ayer por la mañana muy temprano me puse a ello y comprobé que había dos bandos: los que elogian sin ningún reparo a Enrique Ponce por lo de antier en Las Ventas y los que, sin atreverse a meterse con él como casi siempre hacen, se refugian en especular sobre si la tarde del 15 fue la última del maestro en Madrid. Y es que les ha jodido mucho el gran éxito que tuvo en ambas e importantísimas plazas aun sin cortar orejas. La verdad es que están deseando que se vaya de una vez por todas para que nadie ose “tapar” las hazañas de su ídolo más incondicionalmente adorado. Se imaginarán ustedes quien es. Las por todo ejemplares reapariciones de Ponce en Sevilla y en Madrid tras su gravísimo percance en Fallas les ha roto los esquemas porque lo que han dicho de la “histórica” becerrada de Juriquilla es una vergüenza y lo que van a decir de lo de Granada va a quedar bastante ridículo también. Por eso, por eso quieren que se vaya Ponce. Pero no se va a ir y menos porque lo digan gentes que le odian. Se irá cuando le dé la gana. Miren lo que le ha pasado a Zabala de la Serna. Hace tres años escribió una crónica diciéndole a Ponce que se fuera porque estaba acabado, lo siguió repitiendo vinera o no a cuento y al cabo del tiempo, ya lleva poniéndole por las nubes un año y medio como si fuera tan poncista o más que yo.
Ayer hubo una buena sustitución. La empresa de Las Ventas lo está haciendo muy bien este año. Venía Miguel Abellán y le sustituye Joselito Adame que se lo ha ganado. Veremos quien presidió – a lo mejor el mismo que le robó la oreja de hace tres días – y si se atreverán a hacerlo otra vez. Esta fue la más morbosa incógnita de la octava de feria. Con el mexicano actuaron El Fandi y el revalorizado Iván Fandiño con toros de Jandilla. Pero tenía otra morbosa incógnita: la entrada que habría en este festejo tras el llenazo del día anterior. Si nos atenemos al gran triunfo de Fandiño y a su salida a hombros por la Puerta Grande, lo lógico es que ayer llevara más gente a la plaza. Y lo mismo aunque en menor medida Adame. De llenarse la plaza totalmente, sería la prueba del avance real de ambos en su empeño se convertirse en figuras. Y si no, pues no tanto. Por muy poco lo lograron. Solo había huecos en las andanadas de sol. Claro que, también contaba El Fandi que lleva lo suyo en todas partes. Pero a la postre la tarde se les torció y al que más a Fandiño que le tocó el mejor toro de la corrida y lo dejó escapar. ¡Pero hombre, por Dios, si te las estaban poniendo a huevo…¡
Terminado y sin que se deshiciera el paseíllo, como todos los años se guardó un minuto de silencio por cumplirse el noventa y cuatro aniversario de la muerte de Joselito en Talavera. Un importante atrevido de la actualidad se quiere comparar con él. Vamos, anda.
Muy abanto salió el primer toro que, además, huyó mucho. También del primer encuentro con el caballo. El Fandi, que no había podido lucirse con el capote en el recibo, intentó quitar por chicuelinas sin consumarlo. Tras un engañoso segundo puyazo en el que el toro acudió presto, empujó y enseguida salió suelto, Fandiño quitó por aceptables gaoneras. El Fandi banderilleó con polémica porque el primer par lo colocó demasiado trasero y pasado por aumentar repentinamente la velocidad el toro en su viaje. Los dos pares siguientes fueron mejores, pero los del 7, que la llevan contra El Fandi desde que vino a Madrid por primera vez hace casi 10 años, protestaron su intervención. El granadino ya está acostumbrado y pasó totalmente. El toro siguió huyendo en el arranque de la faena de muleta. Pero Fandila supo sujetarlo por bajo con la derecha para, de inmediato, sufrir un serio hachazo al intentar hacerlo pasar con la mano derecha. En los sucesivos intentos, se quedó muy cortó levantando la cara arriba y perdió las patas. Por el lado izquierdo, igual o peor. Vamos, un regalito. Fue inútil seguir. Lo liquidó de estoconazo entrando como un cañón y dos descabellos.
Con dos largas de rodillas en el tercio recibió El Fandi al cuarto toro, negro y cornalón. Enseguida amenazó con caerse. Primer puyazo de trámite y quite chicuelinero de David Fandila que dejó al toro perfectamente colocado para el segundo, tomado también de trámite. Algunos pitaron al granadino al ir a banderillear en solitario. Ganas de fastidiar porque el de Granada siempre da espectáculo en el segundo tercio y, se pongan como se pongan, encanta a la mayoría del público. Como así sucedió. El toro se había ido muy arriba en palos y El Fandi brindó la faena a la plaza. No acabó de gobernar del todo las francas aunque desclasadas y, a veces, repentinamente cortas arrancadas del burel. Con una mano y con la otra predominando lo mejor como en la cuarta ronda con la derecha. Sin lograr redondear la obra volvió a matar con otro cañonazo.
Muy corto se quedó el segundo toro en el frustrado saludo de Fandiño. Otro mal toro que, además, careció de fuerza al punto que el matador intentó frenarlo con un capotazo en su primer viaje hacia el caballo para evitar un choquetazo violeto. A pesar de ello, no pudo evitar las caídas en este encuentro ni en el siguiente. La presidencia se negó a devolverlo a los corrales. Joselito Adame quitó brevemente vistoso con una media y pasamos a banderillas. Bien se pareó. Fandiño intentó hacer faena con muy buena voluntad pero el toro perdió las manos en los dos primeros pases con la derecha. Pero como el animal mejoró su condición convirtiéndose en manejable y hasta en más noble, Fandiño continuó pero sin más resultados que algunos naturales alislados e incompletos tras cambiar de espada. La gente, harta, protestó la infructuosa prolongación del trasteo que, para más inri, deparó un serio revolcón al de Orduña. Todavía intentó seguir toreando – es un decir – y, tras otra caída, pinchó doblando el toro de seguido.
Huidizo el colorao ojo de perdiz quinto. Nada de Fandiño con el capote en el recibo. Carioca en el primer puyazo. De mero trámite en el segundo. Otro vistoso quite de Adame por dos verónicas y revolera. Deprisita y traseritos los palos como les decía Manolete a sus banderilleros. Bien en cualquier caso. Y bien aunque no templado del todo Fandiño en el inicio de la faena por redondos. Más completa y honda la segunda tanda. Estaba siendo con el mejor toro de la corrida con notable diferencia. Movilidad y franquía. Muy entusiasmado Fandiño consigo mismo pero muy acelerado. Mejoró con la izquierda aunque algo desigual. Tres muy buenos redondos y el de pecho por fin. Ya era hora de acoplarse de verdad. Iván tardó demasiado tiempo en conseguirlo. Manoletinas en el filo de la navaja y bueno el de pecho. Pinchazo hondo tendido y estoconazo trasero. Buscando la oreja no se decidió a descabellar y hasta se desplantó antes de sacarle la espada al burel. Ni por esas. Mucho teatro. Y eso no es de figura. El toro se murió de pie. Algunos pidieron una oreja. Yo no se la hubiera dado incluso matando a la primera por demasiado desigual la faena a un toro de dos orejas. Este se le escapó al de Orduña.
Joselito Adame, que estrenó un vestido tan feo como los que suele usar, lanceó en el recibo sin mayores alegrías porque el toro le fue con la cara alta y muy suelta. Cumplió en el primer puyazo amenazando flaquear y le taparon la salida en el apuntado segundo. En la brega previa a banderillas pareció mejorar algo. La omnipresencia en la brega de Tomás López le pudo dar un disgusto a otro peón. Al iniciar Adame su faena en los medios y estando el toro en tablas, se arrancó con tal velocidad que el azteca tuvo que apartarse para dejar pasar al tren que le llegó el oleada. Pero luego, se acopló bien con la mano derecha, también en los medios, hasta sufrir un achuchón inesperado. Y el trasteo continuó tal cual entre intentos y achuchones. Muy empeñoso Adame, por fin logró ligar dos tandas de redondos muy meritorias seguidas por un arrimón a toro ya casi parado. Mató volcándose encima del morrillo enterrando la espada hasta las cintas de efectos fulminantes. Estocadón. Fue muy ovacionado.
EL sexto metió la cara en los capotazos de brega pero Adame no lo dejó ver ni en el recibo ni el quite que no quiso hacer. Lo dejó todo para la faena. Tampoco El Fandi. Se banderilleó de trámite. Pegado a tablas empezó Adame con ayudados a pies juntos, trinchera, de pecho y desarme. Se llevó al toro al otro lado de la plaza donde menos molestaba el viento y sufrió otro desarme. Derechazos destrozados con tal o cual medio decente y paseo para regresar a ver si se acoplaba de una vez. Por el izquierdo fue mucho peor el toro que, de pronto, gazapeó. Dudas y paseos de Adame otra vez con la derecha, Algo mejor porque los ligó, no por cómo los dio. Puro productivismo sin temple ni compostura. O sea, mal Adame. El toro no fue bueno pero no tan malo.
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