Héctor Piña
"...La corrida de ayer fue un desastre. Desastre propiciado por la mansedumbre de los toros de Couto de Fornilhos (por cierto, ¿qué prestigio tiene esta ganadería para estar presente en San Isidro?) y el descastamiento de los de Gerardo Ortega..."
BRONCA EN LA GRADA DEL 8
- Ganar más dinero con las corridas malas que con las buenas, fue una trampa saducea, que hizo de los sanisidros de años pasados una sucesión de carteles horripilantes. No hay mal que por bien no venga, decía muchas veces un militar gallego de enorme inteligencia.
Domingo Delgado de la Cámara / Fotografías de Andrew Moore
Mala entrada para ver la décima de feria. Se veían muchos agujeros, no sólo en los altos de sol, también en los tendidos de sombra. Desde luego el cartel no tenía atractivo ninguno. Sólo estaba el abono. Y yo pregunto: ¿En realidad cuantos abonados tiene la plaza de Madrid actualmente?, puede que bastantes menos que los que nos dicen desde la empresa y la Comunidad.
Este descenso en el número de abonados es culpa de la crisis económica, dicen. Es evidente que las empresas que tenían un montón de abonos para agasajar a clientes y empleados, se han deshecho de ellos en cuanto ha habido números rojos. Pero no todo es achacable a la crisis. La verdad es que partíamos de una situación absurda. Mucha gente que no era aficionada a los toros y que no se ocupaba en todo el año de los toros, tenía abono en San Isidro sólo para fardar de poderío económico y posición social. Poco a poco, toda esta gente se ha ido desengañando y dejando los abonos. En realidad los abonos eran para ellos un problema, para poder fardar en las corridas de clavel, luego tenían que malvender o regalar las entradas de la mayoría de las corridas. Se trataba de una situación estúpida, no eran normales esos llenazos para ver carteles de quinta fila. Ahora se está volviendo a una situación más racional, con los abonos en manos de los auténticos aficionados y solamente llenos de “No hay billetes” ante carteles que merecen la pena. Y esta situación no tiene porqué ser mala, obliga a la empresa a anunciar carteles apetitosos si quiere llenar el coso hasta la bandera. Ganar más dinero con las corridas malas que con las buenas, fue una trampa saducea, que hizo de los sanisidros de años pasados una sucesión de carteles horripilantes. No hay mal que por bien no venga, decía muchas veces un militar gallego de enorme inteligencia.
La corrida de ayer fue un desastre. Desastre propiciado por la mansedumbre de los toros de Couto de Fornilhos (por cierto, ¿qué prestigio tiene esta ganadería para estar presente en San Isidro?) y el descastamiento de los de Gerardo Ortega.
Paulita
Paulita pechó con un toro totalmente parado de Ortega y un manso de mirada perdida y cara por las nubes de Fornilhos, estuvo delante de ellos sin descomponerse, con total dignidad.
Morenito de Aranda
Morenito de Aranda saludó a su primero con unas espléndidas verónicas, rematadas con una media escultural. No es la primera vez que este torero nos deleita con el capote, que es su mejor haber. Dejó al toro sin picar, mal hecho porque era un manso que embestía muy descompuesto. Morenito lo pasó bastante mal delante de él. Por el pitón izquierdo el toro estuvo a punto de llevárselo por delante varias veces. Por el derecho, el Moreno precavidamente, echó al toro lo más fuera posible. El quinto tenía unas espantosas hechuras de morucho, y eso es lo que fue, un morucho. En el último tercio el morucho fue tontón, sólo quería huir hacia la querencia. Morenito le robó algún muletazo de buena factura a favor del viaje. Mató mal a ambos.
Sebastián Ritter
La lidia del tercer toro, fue la apoteosis de la mala lidia. A pesar de su mansedumbre y mal estilo, el matador pide el cambio de tercio con dos picotazos, dejando al toro totalmente crudo. Esto es un sinsentido ¿porqué todos los toros tienen que ir solamente dos veces al caballo? No señor, cuando los toros son mansos, fuertes y tienen aviesas intenciones, hay que picarlos. Y si hay que ponerlos tres veces frente al caballo, se les pone. Y si hay que ponerlos cuatro veces, pues también. No tenemos prisa ninguna. El segundo error fue no doblarse con el toro y ponerse a torear en redondo en los medios inmediatamente, como si el toro fuera bueno. El resultado fue un volteretón que pudo tener aciagas consecuencias. A partir de ahí, con el torero completamente mermado, toro campando a sus anchas. Además, Sebastián Ritter lo mató fatal, con total desconfianza. Ritter debe serenarse, las ganas no deben nunca nublar la cabeza, la tozudez no puede nunca suplantar la buena lidia. Las consecuencias pueden ser desastrosas. Para bruto, el toro.
El sexto fue un toro de Gerardo Ortega muy astifino, pero que se paró desde el primer momento. Sebastián Ritter se pegó un arrimón a toro parado. Se dejó rozar los muslos por tan afilados pintones en muchas ocasiones. Estuvo muy valiente y muy seguro. Con este toro se ganó la repetición.
Y ahora pasemos al anecdotario de la tarde. Cuando salió el quinto toro se tiró un espontáneo, un hombre ya maduro. Cuando el toro fue hacia él, el espontáneo, muy prudente, se metió en el burladero. Pero hombre de Dios, para hacer ese ridículo, no se tire al ruedo…
También tuvimos velada pugilística. Estaban picando al quinto y vemos una bronca en la grada del 8. La discusión dura muchos minutos, de repente un chico joven ataca a un vecino de localidad. La situación la resuelve un hombre mayor, con un perfecto crochet (golpe lateral) que podía haberlo firmado el mismísimo Joe Louis por su precisión e irreprochable estilo. Llegados a este punto, la velada de boxeo queda interrumpida con la llegada de dos guardias de seguridad que tras largo forcejeo sacan fuera a los contendientes. Una lástima, fue lo más divertido de una tarde para olvidar.
Paulita
Morenito de Aranda
Morenito de Aranda
Morenito de Aranda
Sebastián Ritter
Luis Carlos Aranda
Rafael Gonzalez
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