sábado, 31 de mayo de 2014

El Juli empieza a recoger velas y Ponce permanece en su sitial / Por J.A. del Moral





El Juli empieza a recoger velas y Ponce permanece en su sitial

Madrid, 30/05/2014.-En apenas 24 horas, se han producido dos noticias interesantes. Mientras El Juli decidía asistir a la entrega del premio que le dieron los de Canal Sur Radio (Sevilla) tras no haberlo hecho a los de La Maestranza y al de los médicos de la plaza con el escándalo consiguiente por tan ineducadas ausencias, Enrique Ponce recibía el premio Paquiro de El Mundo (ya era hora tras varias ediciones en las que fue José Tomás el quintuplicado ganador con el también nos poco escándalo) en cuyo acto pronunció más que unas palabras de agradecimiento un esplendido discurso que dejó con la boca abierta a los asistentes. A continuación reproducimos lo más sustancial que ambos maestros dijeron a través de lo publicado por Álvaro Rodríguez del Moral en el Correo de Andalucía y por José Enrique Moreno en sus notas de “Toromedia”:

<<La primera noticia es que El Juli iba a estar en Sevilla. Se trataba de recoger un premio de Carrusell Taurino, el espacio dominical de Canal Sur Radio que dirige Juan Ramón Romero. Pero la cita tenía un valor añadido: era su primera comparecencia pública en la ciudad después delsonado enfrentamiento que ha alejado de la plaza de la Real Maestranza a los toreros del llamado G-5: el propio Juli, además de Morante, José María Manzanares, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante.

Cumplido el protocolo de los premios de la radio pública, todos los micrófonos se abrieron para conocer la opinión del diestro madrileño en la misma ciudad que se se ha convertido en el epicentro de este conflicto que ha condicionado el desarrollo de la temporada y ha terminado de hundir el abono en el coso del Baratillo, que ha vivido la feria más decepcionante -el bajón ambiental es díficil de recuperar- de su historia reciente. En cualquier caso, el matador renunció a cualquier papel de líder o portavoz del grupo alzado: “Tienen que hablar todos los toreros que han tomado esta postura pero tenemos claro que lo que nos importa es el bien de la fiesta”, explicó El Juli haciendo votos por una pronta solución “para que Sevilla vuelva a tener la feria que merece y los toreros estemos en la plaza de nuestros sueños”.


“Espero que la solución esté cerca”, señaló el torero precisando que “este entramado lo componen muchas personas y es necesario que se busque, se movilice y se trabaje en ello porque es lo más importante para todos”. El Juli no renunció a mencionar a la Real Maestranza de Caballería, propietaria de la plaza de toros y destinataria de esa carta emitida por los matadores en la que se planteaba su decisión de no torear mientras siguiera al frente del coso la empresa Pagés. Julián se dolió de la falta de respuesta a esa misiva señalando que “no es que esperáramos otra actitud de los maestrantes, es que ni siquiera la ha habido y eso es perjudicial para todo el mundo”. El cualquier caso, una vez más, el torero quiso recalcar el carácter coral del grupo de toreros que ha renunciado a estar en Sevilla. “Esto no es una idea ni un proyecto mío; se trata de un proyecto conjunto en el que todos tenemos el mismo peso y la misma responsabilidad”. A pesar de todo volvió a repetir que la intención del grupo pasaba por solucionar un problema que, a su juicio, necesita implicar “no sólo a la empresa y a los toreros, también a los dueños de la plaza”.

El Juli reconoció que hasta ahora no se habían producido movimientos significativos al respecto y admitió que las respectivas temporadas de los toreros rebelados era “incompleta” sin pisar este ruedo. “Estamos perdiendo mucho por no venir a esta plaza y queremos a esta afición. Queremos volver a torear en Sevilla”, volvió a proclamar el torero, reconociendo la imagen nefasta que había supuesto la visión de los tendidos vacíos del coso sevillano durante la Feria. “A ninguno nos gusta que haya noticias negativas sobre la Fiesta y por encima de nuestras propias carreras está el bien del toreo”, explicó Julián admitiendo que “cualquier error que se haya podido tener hay que aceptarlo y sufrirlo pero está claro que antes se ha podido solucionar y no se ha hecho y esperamos que de aquí al futuro se arregle”. El maestro madrileño también se dolió de la imagen dixtorsionada que se está trazando a raíz de los últimos acontecimientos: “No me siento identificado con la mayoría de las cosas que se han escrito o las opiniones que se han vertido. El último resultado que quisiéramos era éste pero tengo la sensación de que el mensaje no se ha conseguido hacer claro. No hemos conseguido transmitir lo que sentimos”.

Julián recordó la “absoluta unanimidad” del grupo en relación al conflicto sevillano remachando que todos y cada uno compartían “la misma decisión, la misma culpa y la misma opinión”. El diestro rechazó tener cualquier relación con el polémico veto al periodista Manolo Molés en Canal Plus y finalizó con nuevos deseos de solución: “lo que más quiero por el bien del toreo y por encima de mi propia carrera es que esto se arregle. Hay gente que tiene oportunidad de hacerlo”

Extracto del discurso de Enrique Ponce 

 “Me considero un ser privilegiado en la vida por todo lo que he podido conseguir a través del toro. De niño aposté por salir a buscar el sueño y la fantasía que mi abuelo Leandro me inculcó. Ese camino es el que he seguido toda mi vida tanto como torero como en lo privado. He buscado el equilibrio entre las cosas que forman mi vida, y gran parte de mi vida está dentro del toreo”.


Enrique Ponce hace historia en la entrega del Paquiro

  • Enrique Ponce donó el montante económico del premio a la Asociación Española Contra el Cáncer, a la Fundación IRSN y al comedor social del Padre Ángel.

El maestro Enrique Ponce hizo historia anoche en el Salón Real del Hotel Ritz de Madrid durante la entrega del VIII Premio Paquiro de El Cultural de El Mundo. Este reconocimiento unió en torno a la figura del maestro de Chiva a lo más granado del mundo de la cultura, la política, el deporte y el toro, a los que Ponce agasajó con un impresionante discurso después de recibir el prestigioso galardón.

En este acto, Enrique Ponce unió su nombre al de Bilbao, ya que Javier Aresti, presidente de la Comisión Taurina de la Junta Administrativa de la plaza de toros bilbaína de Vista Alegre, recibió el Paquiro en reconocimiento al trabajo al frente de esta plaza y en recuerdo de las tardes del 19 y el 21 de agosto en Bilbao, como el acontecimiento taurino del año 2013.

Enrique Ponce fue recibido por el director de EL MUNDO, Casimiro García-Abadillo, y el académico Luis María Anson, presidente de El Cultural y alma máter del galardón, que ejercieron de anfitriones de los ganadores. La gala conducida por el jefe de la sección de Toros de este periódico, Vicente Zabala de la Serna, que destacó que “los fértiles 25 años de relación de Enrique Ponce y Bilbao -casi 60 tardes, ahí es nada- alcanzaron su cénit en 2013, como colofón a un binomio que ya es patrimonio del toreo”.

Tras la proyección de un vídeo que recordó las últimas faenas del valenciano en Vista Alegre, Fernando Almansa, presidente del Jurado y Jaume Giró, director ejecutivo de la Caixa hicieron entrega del VIII Paquiro a Enrique Ponce y Javier Aresti, que sucedieron en el tiempo al Nobel Mario Vargas LLosa junto a Pere Gimferrer, que como este año Ponce y Bilbao compartieron en 2010 esta distinción, consistente en una obra del escultor Víctor Ochoa.

El discurso de Ponce fue uno de los momentos culminantes de la noche. El torero dedicó el premio a su madre, su mujer y sus hijas y comenzó hablando de su vínculo con Bilbao: “Unir mi nombre al de Bilbao y su plaza es todo un honor por lo que significa esta ciudad para el toreo, por lo que ha significado en mi carrera como torero, y por la comprensión que ha encontrado allí mi arte. Si tuviera que definir de alguna manera a Bilbao sería como la plaza que se rige por un equilibrio como razón fundamental para llegar a la grandeza conseguida”. Al hilo de estas reflexiones, Ponce tuvo un recuerdo para Iñaki Azcuna.

El maestro hizo una reflexión sobre su trayectoria: “Me considero un ser privilegiado en la vida por todo lo que he podido conseguir a través del toro. De niño aposté por salir a buscar el sueño y la fantasía que mi abuelo Leandro me inculcó. Ese camino es el que he seguido toda mi vida tanto como torero como en lo privado. He buscado el equilibrio entre las cosas que forman mi vida, y gran parte de mi vida está dentro del toreo”.

Ponce también se refirió a la gran verdad del toreo: “Qué grandeza la del ser humano que siente la sensación de ser único delante del toro. Si para eso hay que morir, aquí, señores, se muere de verdad. He pagado mi tributo al toreo en ocho cornadas y multitud de volteretas. En dos de estas cornadas sentí la muerte cercana, sentí ese olor a cera que decía mi paisano Blanquet, fiel banderillero de Gallito. En la última recientemente en Valencia, mientras sentía el pitón entrando por mi pecho hasta mi cuello, entendí que podía ser el final. Lo pensé. Esperaba ese derrote final. Y tuve miedo, pero nunca resentimiento hacia el toro que me cogió. Sentí miedo porque desde niño entendí que la muerte vive y es real en el ruedo”.

Tras esta impresionante revelación, Ponce aseguró: “He vuelto a las plazas incluso si cabe más maduro después de 25 años como matador de toros. Más consciente de lo que ponemos en juego, pero sobre todo más torero. Disfruto del toreo en un sentido más amplio, en un estadio superior y cada tarde que pasa lo entiendo más como me lo explicó mi abuelo: más clásico y más puro”.

Y terminó reflexionando sobre las claves de su tauromaquia: “El equilibrio como fundamento de la Tauromaquia es lo que ha presidido mi vida como torero. La técnica como armazón sobre el que se construye la obra bien hecha, firme y segura. Creo que la técnica en el toreo se aprende a través de la inteligencia cognitiva, pero también debe existir una inteligencia emocional que te invita a reaccionar con argumentos técnicos cuando el comportamiento del toro es imprevisto. El arte del toreo es un equilibrio constante entre la lidia como arte y la belleza del embroque como fin. La lidia, en su conjunto, es el arte supremo. La estética es la culminación de un sueño”.

Enrique Ponce donó el montante económico del premio a la Asociación Española Contra el Cáncer, a la Fundación IRSN y al comedor social del Padre Ángel.

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