lunes, 19 de mayo de 2014

Lo que puede venir con el mal consumado / Por Ricardo Díaz-Manresa



"...Puede que no haya sido lo peor el desastre consumado en Sevilla, sino los efectos que pueda tener este mal a partir de ahora en la tauromaquia mundial..."

Lo que puede venir con el mal consumado
  • El desastre de la feria de Sevilla se veía venir. Han destrozado el prestigio, de momento, de la Maestranza. Han masacrado a la afición. Han hecho huir a los abonados. Han dañado a la ciudad en su negocio social taurino. 
Ricardo Díaz-Manresa
18-mayo-2004.- Sí, consumado totalmente y no sólo en y para Sevilla. Veremos si esto se para aquí. Este artículo lo tendría que haber escrito hace días pero el lío de San Isidro, tener toros por la mañana en los coloquios de la Fundación Madrid y por la tarde en Las Ventas y acudir a otros acontecimientos sociales taurinos, los justos, me está retrasando, pero hay que decirlo y no olvidarlo.

El desastre de la feria de Sevilla se veía venir. Han destrozado el prestigio, de momento, de la Maestranza. Han masacrado a la afición. Han hecho huir a los abonados. Han dañado a la ciudad en su negocio social taurino. Han quitado clientes a la hostelería en general y se han visto huecos en hoteles, restaurantes y bares en general. La Sevilla taurina ha tenido mucha menos alegría en sus calles y no digamos en el entorno del Baratillo. En el Real de la Feria, no. Con eso no puede nadie.

El público de toros ha desertado en gran medida. Daba grima ver las imágenes facilitadas por la empresa Pagés –que se quedó con la exclusiva, las suyas o ninguna- y comprobar un día y otro de farolillos un sol tan vacío. Y como las desgracias nunca vienen solas, apareció el calor africano este año y a ver quién era el guapo que pagaba una cantidad desorbitada por ver carteles de bajísimo nivel y, encima, achicharrándose, friéndose inmisericorde.

No se pasó nunca prácticamente de los tres cuartos, cuando hubo la suerte de acercarse. Tampoco se fíen de todos los informadores que en su afán de tapar el desaguisado aumentaban un poquito las cifras de asistencia de público.
Y ya en desbandada de los clientes fijos, no supieron valorar –con su asistencia- la heroicidad de Ponce de reaparecer en una feria de primera tras lo de Valencia, que fue fortísimo, dando muestra de una enorme responsabilidad además porque su ausencia habría supuesto la desaparición de la única figura a pie de la feria. También en la segunda, toreando después de que había tenido que renunciar a un festival en Granada para estar todo lo mejor posible físicamente. Un caso. El caso Ponce.

Pero cuando se tuercen las cosas, se tuerce todo. Y se vio menos público en las dos de rejones, en las que había una auténtica figura como Diego Ventura. Ni en la corrida de cierre de tradicional lleno. Victorino por Miura sí, pero atractiva con un cartel bien lleno con Ferrera, Cid y Fandiño y los toros estelares del ganadero de Galapagar. O sea, menos la esperanzadora entrada de Resurrección, ni prefería ni, sobre todo, feria, levantaron cabeza, Todo muy grave, muy fuerte, muy triste, pero lo previsto. 

En los doce días consecutivos de carteles 2014 hubo sucesivamente en preferia : un cuarto o menos de media en la primera y después, menos de media, no llega a tres cuartos, más de tres cuartos y dos tercios. 

Y ya en farolillos: menos de media, más de media, casi media, tres cuartos más o menos, tres cuartos pasados y dos tercios o tres cuartos (que no es igual, pero depende de la “opinión” de los informantes) las del domingo de cierre, matinal y vespertina. Sobran las palabras.

Los maestrantes permanecieron ciegos, sordos y mudos como siempre, preocupados supongo en enfundarse en un buen traje, encampanar la corbata de seda, engominarse el pelo el que lo tenga y disfrutar en su palco. Y a los toreros desaparecidos y rebeldes nadie les ha preguntado. Los informantes, presuntos o no, no están por la labor.

Y después está la empresa, mirando para otro lado desde diciembre y seguros de que venía el tsunami. Y sorpresas de la vida : es la única que monetariamente ha podido salir beneficiada. Los maestrantes se llevan su 23 o 25 por ciento o lo que sea, que este es un secreto más guardado que el de Lourdes. ¿Alguien ha visto y no digo leído el contrato que le firmaron a Pagés por no se sabe cuántas, puede que tres, generaciones?. Este año habrán notado el bajón. La empresa después paga su 21% de Iva, hace frente a sus gastos y aparta sus beneficios para pagar a los espadas. Sí, es seguro que tendría en las manos menor cantidad pero al liquidarles a toreros mayoritariamente sin caché igual le quedó más en los bolsillos que si lo hubiera hecho con los G-5.

Bien es verdad que el tándem Canorea-Valencia ha desparramado su prestigio por los suelos, pero de momento ande yo caliente y ríase la gente. O que nos pongan verdes o nos desprecien, menos los jaleadores de la élite animando a ir a la Maestranza en contra de toda lógica, toda economía y todo atractivo.

Pero era lo previsto. Lo que yo quería decir es que, a partir de ahora, el mal está consumado y no sabemos cómo se extenderá. En España, Portugal y Francia hasta Centro y Sudamérica. Puede ser, Dios no lo quiera, un efecto ajedrez peor que el de Cataluña, que se extendió a San Sebastián y tocó fuerte a Quito, Bogotá, algo a Lima y bastante a Venezuela en general y rozando México.

Como empiecen a decir que los toros siguen de capa caída, que la gente no va, que han dado la espalda ¡incluso a Sevilla! (sin explicar las verdaderas causas de la espantá en el Baratillo en una ciudad que alberga la feria y fiesta más popular del mundo, junto a Pamplona) podemos echarnos a temblar.

El mal se ha consumado. Que no sirva este desastre para seguir minando la tauromaquia mundial, pero me da miedo. No es lo peor lo que se ha hecho sino lo que puede venir. Nunca tan pocos pueden hacer un daño irreparable a tantos.

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