Locura en Sevilla / Por Ricardo Díaz-Manresa

"Se consumó la locura, con carteles paupérrimos en conjunto, muy lejos del prestigio de la plaza y con precios muy altos. Ni maestrantes, ni empresa ni toreros del G-5 han hecho nada para evitarlo..."

Locura en Sevilla

• Ver anunciados en días de farolillos algunos toreros es para que incluso al más sinvergüenza se le ponga la cara roja. Qué atrevimiento reírse así de Sevilla y de la historia de su plaza.

Ricardo Díaz-Manresa

Se consuma la locura de Sevilla, en la que todos van a salir perjudicados. Los toreros del G-5 desprestigiados y además rechazados por la afición. La empresa, en su demostración supina de su incompetencia (incluso con estos mimbres debió hacer mejores cestos pero es que no saben). Y los maestrantes porque el tanto por ciento será más bajo y por tanto llegará menos a los bolsillos de la institución (lo que parece importarles un carajo).

Y no digamos la afición a la que le invitan a asistir a un espectáculo devaluado y flojísimo con el cuento de que hay que ir a los toros en Sevilla, a precios de oro y con el “atractivo de ver a las figuras del mañana a precios altísimos de hoy” y nos ponen maletillas en los anuncios del posible enganche. ¿Me pueden dar los nombres de los de la feria 2014 que serán figuras próximamente? ¿Saben los maletillas que triunfarán en el futuro?.

Una cosa es intentar salvar lo insalvable –el prestigio 2014 de la plaza de toros de la Maestranza- y otra querer hacerlo sin argumentos, atractivos y precios razonables correspondientes con lo que se ofrece. Deberían aceptar todos el fracaso –empresa, maestrantes y G-5-y que el 2015 fuera una rectificación por todo lo alto.

¿Fracaso? No lo deseo pero está claro que el mayor interés de la feria que comienza hoy es la cantidad del público que irá a la plaza. Duda de si los sevillanos harán caso a los que intentan venderles gato por liebre amparándose en lo que los sevillanos quieren a la ciudad, que es muchísimo. Ahí está el mayor interés : en si irá o no gente a la plaza. Ver anunciados en días de farolillos algunos toreros es para que incluso al más sinvergüenza se le ponga la cara roja. Qué atrevimiento reírse así de Sevilla y de la historia de su plaza.

La locura se ha consumado, salga bien, mal o peor, y ninguna de las partes ha dado muestras de cordura. La empresa, ya se ha visto, tiene poca. El G-5 menos incluso, lo que parece imposible. Pero la mayor traca ha sido la de los maestrantes, ni una palabra, ni un gesto ni incluso una mueca, como si no fuera con ellos. Se me ocurre que los maestrantes del palco de convite podrían haber puesto freno a este desenfreno –nunca mejor dicho- e intentar con tiempo sentar a las dos partes e invitarles a que se pusieran de acuerdo, entonces sí por el prestigio de una ciudad, de una feria, de una plaza, de unos carteles y de una afición. ¿Alguien sabe si se ha intentado?. Se dejaron caer todos por el precipicio.

Los G-5 han sido criticadísimos en todo y por todos. Se lo merecen. La empresa, muy poco, no sea que les retiren a la prensa los pases, les hagan pagar a los medios informativos y entonces se enteren de lo que vale una entrada. Y se cabreen. Y a los maestrantes, ni tocarles el pelo, que están por encima del bien y del mal, aunque se carguen Sevilla y su plaza del Baratillo.

Este es el negro panorama de Sevilla. En la que ni empresa, ni toreros, ni maestrantes ni medios informativos han estado a la altura. A los publicitarios personajes de “vamos a la Maestranza” (ellos sin pagar) les echaremos un tupido velo en este tinglado que huele.

Como sevillano consorte, que soy, y muy amante y admirador de las muchas cosas grandes que tiene Sevilla siento esta sinrazón de la feria 2014 : con su pan se lo coman.

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