miércoles, 21 de mayo de 2014

San Isidro 2014: TARDE NEGRA… / Por Antolín Castro

Este cielo azul, es el deseo y la esperanza para la recuperación de los toreros

"...La tarde acababa con los tres toreros en la enfermería y la consiguiente suspensión. La Fiesta se tomaba un duro respiro de esas tantas veces que los toros no cumplen con su obligación de coger. Grandeza no son solo las orejas, las cornadas también son la grandeza de esta Fiesta real..."

TARDE NEGRA…

Antolín Castro
S.I.14.- La tarde ya era negra en los cielos, por el viento y por el recuerdo de la cornada que recibió Manuel Benítez ‘El Cordobés’ en la tarde de su confirmación hace ahora 50 años, quien hoy ha recibido un homenaje en Madrid por ese aniversario. Si aquella se tornó en trágica por la cogida del Ciclón de Villalobillos, hoy lo ha sido por la suspensión tras ser cogidos los tres matadores anunciados en el cartel.

Nada parecida una tarde y otra. Aquella fue un auténtico acontecimiento que paralizó el país poniendo a todos frente a los pocos televisores de los bares y los escaparates de las tiendas. Hoy no había llenazo en Las Ventas, hoy nadie esperaba al ídolo como entonces, hoy tres toreros que quieren abrirse camino han sido brutalmente parados en seco por los dos únicos toros lidiados.

Meteórica suspensión que ha podido dejar solo un toro muerto si no hubiera sido por el pundonor de Jiménez Fortes que ya corneado ha continuado la faena hasta darle muerte, no sin antes recibir en ese encuentro otra tremenda voltereta. Existen antecedentes de allá por los años 70, en tres ocasiones, pero mi memoria no me engaña si digo que no fueron con solo dos toros lidiados. Hecho histórico por el hecho en si y también por la rapidez con que se ha producido. Han bastado 45 minutos para que la tarde se tornara triste y negra en lo taurino.

No es posible asegurar que el viento haya intervenido en los percances pero tampoco es posible negarlo. La tarde era fea y más fea ha terminado. Los tendidos y graderíos se han llenado de incertidumbre y pesar por ver como tres toreros dispuestos han tenido que ‘conformarse’ con recibir la parte dolorosa de la Fiesta: la cornada.

David Mora se fue a portagayola al iniciarse la tarde, se hincó de rodillas para mostrar la disposición, lo que estaba dispuesto a asumir, y no ha tenido tiempo de levantarse. Impresionante la forma de repartirle cornadas del toro del Ventorrillo, al final entre la impresión causada se veía como sangraba abundantemente por un muslo. Se sabía que llevaba una cornada, esa, y que podían ser más.

Antonio Nazaré se hizo cargo del toro, sin afligirse, pero el toro noblón y sin fondo no valió para triunfar. Silencio que el público guardaba todavía sobrecogido por el percance de Mora.

Se corrió turno y salió el remiendo previsto de Los Chospes para Jiménez Fortes. Otro que venía dispuesto tras su cornada en este mismo ruedo el pasado Domingo de Ramos. Su cadencia en las verónicas fueron presa del astado quien le derribó y hubo suerte que se entretuvo con el vuelo del capote. Entró a quites Nazaré y sufrió una voltereta de la que salió cojeando. Tras del tercio de banderillas se retiró a la enfermería visiblemente dolorido e inestable.

Quedaba solo el malagueño para enfrentarse, previsiblemente, a los cinco toros que faltaban por matar. Pero no venía a reservarse y mostró su disposición desde el primer muletazo. No tardaría el toro de Los Chospes en derribarlo y en esta ocasión herirle en el muslo. No se amilanó Fortes y siguió exponiendo incluso a la hora de entrar a matar donde de nuevo salió impresionantemente prendido.

La tarde acababa con los tres toreros en la enfermería y la consiguiente suspensión. La Fiesta se tomaba un duro respiro de esas tantas veces que los toros no cumplen con su obligación de coger. Grandeza no son solo las orejas, las cornadas también son la grandeza de esta Fiesta real.

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