domingo, 27 de julio de 2014

Bogotá, 37 mil millones para desnaturalizar la Santa María / Por Jorge Arturo Diaz Reyes


Viene a la mente de los colombianos su repulsivo pasado criminal en la banda terrorista del M19.

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"...El actual alcalde (destituido y restituido) Gustavo Petro, antitaurino fervoroso, pero impedido por ley para prohibir la fiesta, ha echado mano a placer de astutos recursos y artimañas, a fin de negar el coso (propiedad de la ciudad, que administra) a su razón de ser. Esta millonaria y tentadora invitación, se inscribe en ese repertorio sagaz, es otra carta que saca de su versátil baraja....


Bogotá, 37 mil millones para desnaturalizar la Santa María

Por Jorge Arturo Diaz Reyes
CRÓNICA TORO.-26 de julio de 2014
Ayer, El Espectador de Bogotá, en un anuncio publicitario (evidentemente pagado) informa que El Distrito (alcaldía-Petro), “tiene listo un proyecto para ampliar la oferta cultural en el escenario tradicional de la tauromaquia. La inversión asciende a $37 mil millones. La obra estaría lista antes del 2018.”

Se sustenta el negocio con una carta dirigida en el 2013, a la Corte Constitucional Colombiana, (en pleno debate público sobre la legalidad de las corridas), declarando que la plaza de toros no podía ser utilizada durante este año 2014 (ahora, quizás hasta el 2018), por necesitar reforzamiento estructural.

Sugestivos diagramas ilustran como el nuevo escenario serviría para: circo, teatro, cuenteros, danzas, expomuestras, mercados feriales campesinos y de pulgas... Por supuesto, no se mencionan los toros.

Visto así, por el observador desprevenido, el “cultural” aviso parece inobjetable. Sí, pero no. La Plaza de Toros de Santa María, es un patrimonio monumental arquitectónico de la ciudad y el país. Fue construida y usada con un fin propio, legítimo, constitucional, cultural y tradicional; los toros.

El actual alcalde (destituido y restituido) Gustavo Petro, antitaurino fervoroso, pero impedido por ley para prohibir la fiesta, ha echado mano a placer de astutos recursos y artimañas, a fin de negar el coso (propiedad de la ciudad, que administra) a su razón de ser. Esta millonaria y tentadora invitación, se inscribe en ese repertorio sagaz, es otra carta que saca de su versátil baraja.

Inversión, sí. Restauración, también. Multifunción, tal vez. Pero con respeto al valor histórico del edificio, su integridad estética y sobre todo su objeto fundamental. Este dinero de todos, que debería ser muy bien vigilado, no puede ser usado para otra barbarie modernista contra la memoria arquitectónica del país, ni contra los derechos taurinos consagrados por la ley.

La vieja y querida Santa María no ha sido exitosamente defendida en todo este lamentable proceso, ya sería hora de que su derrotada y desahuciada guarnición muestre algo más que palabras.

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