jueves, 24 de julio de 2014

Guia Cultural.- Lecturas veraniegas para paridarios de 'Podemos': El fin de la inocencia: Willi Münzenberg y la seducción de los intelectuales.


"...Su objetivo era crear en el Occidente bien pensante y no comunista el prejuicio político dominante en la época: la creencia de que cualquier opinión que pudiera servir a la política exterior de la Unión Soviética provenía de la esencia de la decencia humana. Quería esparcir la sensación, como una ley de la naturaleza, de que criticar en serio o desafiar la política soviética era prueba inequívoca de ser una mala persona, intolerante y posiblemente inculto, mientras que apoyarla era prueba infalible de poseer un espíritu progresista, comprometido con todo lo que era mejor para la humanidad, sin duda marcado por una sensibilidad refinada y profunda..."


Autor Stephen Koch /Tusquets editores

EL FIN DE LA INOCENCIA: 
WILLI MÜNZENBERG Y LA SEDUCCION DE LOS INTELECTUALES 
  • Münzenberg puso su desmesurada inteligencia y su destreza en el manejo de la mentira al servicio de ideas comunistas que solo han traído opresión, miseria y crímenes. Click

«Parte del fenómeno comunista del siglo XX radica en la historia de una conspiración», escribe el conocido historiador francés François Furet en el prólogo a El fin de la inocencia. Y prosigue más adelante: «Por eso su historia pasa forzosamente también por el papel de los individuos [en la clandestinidad](...), como si el obligado anonimato de sus existencias pusiera aún más en evidencia el esplendor de su misión. En este sentido, el libro de Stephen Koch es no sólo pertinente, sino apasionante». Y, en el corazón mismo de esa gran conspiración, un personaje misterioso: Willi Münzenberg, un comunista alemán, militante anónimo, que, desde el París de los años treinta, no sólo orquestó la propaganda soviética, escudándose en la lucha antifascista en los mismos años en que Hitler y Stalin planeaban su triste alianza, sino que consiguió atraer a la «causa» la simpatía y adhesión de algunos de los más brillantes intelectuales de Occidente, como, entre tantos otros, Hemingway, Malraux o Aragon. 

En un contexto capitalista, Münzenberg, refugiado en París en 1933, habría sido sin duda
Münzenberg inventó la figura de los
«compañeros de viaje» del comunismo
un magnate de la prensa. Entonces, gracias a su genial talento como propagandista, se convirtió en el gran maestro de la desinformación. Su poder de convicción parecía ilimitado y, desde los cafés de París,iba captando adeptos en todos los centros de influencia de las elites intelectuales, sociales y políticas de Occidente: controlaba periódicos, radios, productoras de cine y editoriales, y tejió una inmensa red, que iba desde la Universidad de Cambridge hasta Hollywood, pasando por el Frente Popular en Francia y el Partido Comunista en España durante la guerra civil. A través de la frenética actividad del oscuro personaje de Münzenberg, que acabó cayendo en su propia trampa, el autor nos va revelando poco a poco el complicado entramado de engaños, manipulaciones, juicios apañados, agentes dobles y violencia, en el que casi todos hemos creído... El fin de la inocencia es el primer estudio importante desde la caída del régimen soviético sobre la cultura estalinista en la vida intelectual de Occidente.

2 comentarios:

  1. Por muchos artículos de Esperanza Aguirre en ABC, o como si lo quiere mandar a La Razón, a su amigo de esRadio, o ha 13 TV, lo que está meridianamente claro es que el pasado sábado 19 de julio en “La Sexta Noche”, tras semanas de acusaciones mutuas, el enfrentamiento entre Pablo Iglesias y Esperanza Aguirre, fue y con bastante diferencia a favor del líder de Podemos. De nada le sirvió su piquito de oro a una nerviosa Aguirre ante el aplomo y serenidad de Iglesias, que empleando un símil torero, nada más abrirse de capote marco la diferencia.

    Pablo Iglesias, desde el plató, y la presidenta del PP de Madrid, vía telefónica, se lanzaron reproches con los mismos asuntos de siempre de fondo: ETA, Venezuela, la trama Gürtel, la multa en el carril bus de Gran Vía.

    A partir de ahí la tensión fue en aumento y el duelo dialéctico fue subiendo de intensidad. Estos son algunos pasajes de la conversación entre ambos:

    Pablo Iglesias: Las ideas que no nos han traído prosperidad son las ideas liberales de quien lleva viviendo toda su vida de lo público. Y quien acuse a Podemos de recibir financiación ilegal se enfrentará a nuestras demanda".

    Esperanza Aguirre:"Yo no le he acusado de financiación ilegal, le he acusado de que le ha dado el régimen venezolano 3.700.000 euros.

    Pablo Iglesias: Si tan terrible es el Gobierno de Venezuela, ¿por qué le ha convertido el Gobierno del PP en su mejor cliente vendiéndole armas?.

    Esperanza Aguirre: A mí me gustaría que usted me invitara a ‘La Tuerka’ [el programa que presenta Pablo Iglesias]. Así subiría su audiencia y ya no tendría usted que hacerse donaciones personales.

    Pablo Iglesias: Yo la invito a usted a ‘La Tuerka’. Pero si usted aboga por el periodismo informativo, ¿por qué utilizó la TDT para dar concesiones a sus amigos y dio premios al pluralismo informativo a Libertad Digital? Los liberales como usted utilizan lo público para dar concesiones a sus amigos y convertir la televisión pública como Telemadrid en un instrumento de propaganda.

    Esperanza Aguirre: ¿Me quiere usted mandar a la guillotina? Porque yo debo ser el enemigo máximo, y usted la violencia la defiende, y dice que hay que usarla hasta cierto punto.

    Pablo Iglesias: Con respecto a ETA, condenamos la actividad de ETA. Por otro lado, yo no deseo ver a nadie en una guillotina. Sí que deseo que ningún ciudadano salga corriendo ante una multa de tráfico, y quiero que la ley sea igual para todos. Eso es lo que nos gusta a los demócratas.

    Esperanza Aguirre: Es usted el que ha inventado que todos, PP, PSOE y todos somos la casta. Pero para usted los Castro no son casta. Para ustedes, una mentira repetida mil veces se acaba convirtiendo en verdad. Y yo sólo quiero que digan la verdad. Yo condeno todas las dictaduras. ¿Y usted? ¿Condena la dictadura de los Castro o la de Irán?.

    Pablo Iglesias. Ustedes condenan todas las dictaduras, pero les encanta hacer negocios con ellas, y se ocupan muy bien de que algunos se forren de pasta haciendo negocios con gente que no nos gusta a cualquier demócratas".

    Esperanza Aguirre: Vosotros habéis hecho un manifiesto que dice que queréis que IU desaparezca, comeros al PSOE y llegar a Gobernar. En ese momento, ¿nacionalizaríais todas las televisiones privadas o dejaríais alguna. ¿Por qué la paga que daríais a todos los españoles sería de 1.800 euros y no de 18.000 como cobras tú?.

    Pablo Iglesias: En cuestión de cuentas no nos van a pillar. Nosotros tenemos un adversario fundamental: ustedes. Creemos que van a perder las elecciones, y nosotros queremos ser el motor del cambio político en este país. Ustedes retírense con dignidad, sin difamar y sin mentir. Y cuando lleguemos, haremos una reforma fiscal, para que paguen impuestos los ricos, protegeremos los derechos sociales, seremos patriotas y no nos arrodillaremos ante ningún poder exterior. A diferencia de mi, usted no cede ninguna parte de su sueldo y está acostumbrada a vivir de lo público.

    María José T

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  2. El incidente de tráfico protagonizado por Esperanza Aguirre en abril de este año fue mucho más que un incidente o una simple anécdota personal. Su comportamiento soberbio y cínico - durante el incidente y después ante los medios de comunicación - representa una forma autoritaria y lucrativa de entender “la política”.
    Para aquellos que llevan toda la vida subidos a un coche oficial y lucrándose del erario público, la política no tiene nada que ver con una vocación de servicio público o un instrumento para luchar contra las injusticias, sino con una forma de vida en la que lo público se utiliza en beneficio propio y en el de su partido, familia, empresa, grupo o clase social. La práctica política está reservada sólo para "los elegidos" - no por y para el Pueblo - y la utilizan en beneficio de una minoría a la que consideran merecedora de todos los privilegios. Para esta casta parasitaria, la política es también sinónimo de poder. De la misma forma que tener dinero sólo tiene sentido si puedes gastarlo, el poder solo tiene sentido si puedes ejercerlo. ¿De qué le sirve a la condesa y grande de España Esperanza Aguirre tener este poder si no puede demostrarlo e imponerlo ante un par de Policías municipales?. En un Estado corrupto y burgués como en el que estamos, la Policía está para proteger a las clases dominantes, no para multarlos. No en vano son estas mismas cúpulas políticas quienes escriben las leyes para protegerse y quienes elijen a los altos miembros del poder judicial en España. Desde este punto de vista es comprensible que la fascista Esperanza Aguirre se sienta atacada cuando se le exige que cumpla con la ley como a cualquier ciudadano de a pie.

    Las castas políticas que dirigen los partidos que llevan gobernando el país toda la vida (PP-PSOE- nacionalistas burgueses) han interiorizado que España y sus instituciones les pertenecen. Se adueñan y monopolizan la vida política, las instituciones "democráticas" y la riqueza colectiva del país. Consideran que España es una propiedad privada y como tal la gestionan. Este tipo de "políticos", aunque sería más justo llamarles mercenarios de las grandes corporaciones, no se sienten obligados a dimitir, ni a dar explicaciones, ni a asumir responsabilidades porque consideran que son los únicos garantes de la "democracia" y que los recursos del Estado son de propiedad privada. Desde su lógica neoliberal, caciquil y expoliadora, consideran dentro de la "normalidad democrática" el hecho de que los consejos de administración de los Bancos y grandes empresas estén llenos de políticos profesionales, y viceversa; o que esos grandes empresarios y banqueros financien a través de "donaciones" a esos mismos partidos políticos que legislan a su favor cuando gobiernan. Esta mafia político-empresarial usurpa de una forma falsamente democrática las instituciones y aparatos del Estado para mantener bajo control a los ciudadanos mientras la oligarquía financiera y empresarial explota a las clases trabajadoras y expolia la riqueza del país.

    Esperanza Aguirre no es más que la perfecta y descarada representante de esas castas parasitarias profundamente
    clasistas y corruptas que dominan históricamente este país, tanto bajo la dictadura militar fascista como en la actual dictadura de los mercados.

    Por tanto Doña Esperanza, su artículo en ABC no hace nada más que emplear un ataque para ocultar su verdadera forma de ser, sentir, pensar y actuar. Es verdad que sus fanáticos seguidores gozan de la misma ceguera que usted trata de mantener ante las evidencias de un personaje incomodo como el de la coleta y que lleva por nombre Pablo Iglesias, y que al contrario de usted llama a las cosas por su nombre, sin maquillar ni manipular.

    Aniceto Silva



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