martes, 19 de agosto de 2014

BILBAO: 2ª de las Corridas Generales. Un par de orejas en una corrida de Alcurrucén que fue para cortar diez / por J. A del Moral


"...Pero lo que más me dolió fue que a las figuras también se les fue una oportunidad enorme por no quererla matar o no encajar quien quiso sin buena compañía, que todo hay que decirlo. En definitiva, que esta corrida de los hermanos Lozano a quienes envío mi más cariñosa enhorabuena, se convirtió en doloso desperdicio..."


2ª de las Corridas Generales de Bilbao
Un par de orejas en una corrida de Alcurrucén que fue para cortar diez


Bilbao. Plaza de Vista Alegre. Lunes 18 de agosto de 2014. Tarde encapotada y amenazante con un cuarto de entrada por decir algo porque quizá habría menos.

Seis toros de Alcurrucén, muy bien presentados y de vario juego en los primeros tercios con el denominador común de la nobleza e incluso de la clase para la muleta. Complicado el inicialmente manso primero que podría haber sido potable por el lado izquierdo. Muy noble aunque progresivamente tardo el segundo. Otro tanto el tercero, con más clase aún. Y otro manso con mucha clase en la muleta el cuarto que fue aplaudido en el arrastre. Excelentísimo por todo el quinto, muy ovacionado en el arrastre. Y muy bueno el sexto que se fue sin aprovechar del todo. En general los seis merecieron mejor trato.
Paco Ureña (azul noche y oro): Estoconazo desprendido, ovación. Estocada casi entera caída y dos descabellos, gran ovación y amago de vuelta por su cuenta que fue negada por el público. 
Joselito Adame (tabaco y oro): Estocada muy trasera, aviso, leve petición y gran ovación. Estocada trasera, oreja.
Juan del Álamo (palo de rosa y oro): Estocada trasera desprendida de rápidos efectos, petición desatendida por insuficiente y vuelta al ruedo. Estocada, oreja.


La preocupante entrada de antier se repitió en la segunda corrida de esta feria con tendencia a la baja. El tiempo cuasi invernal que amaneció en Bilbao y el poco tirón de la terna de actuantes, hicieron el resto. Y eso que se lidiaba una corrida de Alcurrucén, triunfadora en anteriores ediciones y en muchos más sitios. Ganadería encastada en Núñez de Rincón, la más ilustre rama de esta procedencia, puesta al día por los hermanos Lozano que se han convertido en ganaderos de tronío.

De los tres que alternaron ayer, el más capaz fue el mexicano Joselito Adame a quien acabamos de ver en Bayona con dos toros nada fáciles aunque posibles de Montalvo. Ese saber sacar del toro lo bueno que lleve dentro aunque esté muy escondido, es condición sine-quanon para llegar a lo más alto. Adame, ahora mismo, es el mejor torero que tiene México por ser el más capaz y resolutivo. Bien lo tiene demostrado allende los mares. Ayer, sin embargo, estando bien, le faltó dar el paso adelante con más determinación. Cortó una oreja que debieron ser tres. Pese al éxito, se le fue una grandísima oportunidad.

Abrió plaza, Paco Ureña. Un torero de Lorca (Murcia) que aún no estaba definido para que pudiéramos hacer pronósticos sobre su porvenir. Ayer debutó en Vista Alegre por la ventana que le abrieron sus apoderados, los hermanos Chopera, tan ligados familiarmente a la historia de esta plaza y lo hizo para bien aunque sin triunfar por su verdor profesional pero quedando la gente con ganas de verle más. Yo también.

Y en medio de los nombrados, Juan de Álamo, que continúa luchando para poder abandonar el primer pelotón de la actual torería. Madera tiene y posibilidades también. Pero creo que ya es hora de que pegue en gran campanazo en las plazas que dan y que quitan. Ayer estuvo a poco, pero no terminó de decidirse a dar el paso del todo.
El primer toro, con 530 kilos, un tostado chorreao en verdugo, precioso ejemplar, tuvo la salida que suelen sacar los bureles de este encaste que en tiempos era muy parecido al de los de don Atanasio Fernández. Frío y corretón. Huidizo también. Sin que nadie se luciera en el recibo, se fue por su cuenta al caballo y del picotazo que tomó salió suelto. Repuchado del segundo, fue Joselito Adame quien amagó con quitar. Solo una larga. El toro esperó en banderillas y echó la cara arriba en los embroques. No fue fácil clavar los garapullos. La faena se la brindó a Pablo Chopera supongo que por agradecimiento. Los primeros muletazos los dio por alto con la derecha sin que el animal corrigiera sus defectos. Y lo mismo en la primera tanda por redondos. Mantuvo el toro sus embestidas violentas y ariscas. Y como hubo enganchones, en vez de mejorar, empeoró. No obstante, las intenciones toreras de Ureña fuero buenas en los arranques de cada pase. También con la izquierda hasta ser desarmado. Fatalidad que acusó el toro, de inmediato tramutado en cuasi imposible. El encomiable empeño del lorquino pese a los amagos de cogida que sufrió fue lo más encomiable del trasteo. Hasta resultó casi alcanzado en una inesperada arrancada del animal cuando le perdió la cara. Jamás se ha de hacer eso con toros de estas características. No se cansó Ureña y hasta logró un circular invertido con la derecha que repitió. Así pudimos apreciar que, bien templado, el toro hubiera pasado por el lado izquierdo. La manía que desde hace unos años tienen casi todos los nuevos de terminar las faenas con las inas, no la aguanto. Pero a la gente le gusta. Qué le vamos a hacer. Con valor de verdad se tiró a matar Ureña logrando un estoconazo desprendidillo. Valiente hasta el final. El público agradeció el derroche con una sonora y prolongada ovación.

Precioso el pelaje del cuarto. Negro chorreado en morcillo y bragado corrido lindando a berrendo. Salió con poca fuerza y quedándose algo corto por ello. Manso declarado en varas como pudimos ver en sucesivas agresiones frustradas. El toro se desentendió de la suerte y costó mucho que cumpliera en regla. Sin tomar un solo puyazo en forme, se cambió el tercio con acierto. Adame quitó por delantales que el toro tomó con dulzura aunque saliendo suelto de cada lance. Desigual intervención de los peones en palos. En la muleta, el toro obedeció mucho y Ureña consiguió torear en redondo aunque sin apoderarse del noble animal hasta que lo consiguió. Otro toro de lio e iban tres. Paco Ureña pudo mostrarnos que podría ser lo que quiere a poco que vaya toreando más. Y otra vez la banda maravillosa en su solemne acción musical, por lo que esta plaza adquiere ambiente operístico sin igual. El Covent Garden de la tauromaquia mundial. Buenos, largos, templados aunque forzosamente de uno en uno los naturales que remató con los de pecho. Tiene muy buena planta de torero Ureña y eso le ayuda mucho. La música anudada a la torería del lorquino, hicieron que la plaza entrara en un entrecortado éxtasis. Y eso que también vulgarizó el trasteo con las dichosos inas. Lo remedió con dos pectorales. Y lo fastidió con un defectuoso espadazo. ¡Vaya por Dios¡


El castaño obscuro listón segundo metió más la cara en el capote que el anterior y Adame lo aprovechó de inmediato a la verónica. Un punto huidizo el animal, Adame logró sujetarlo y llevarlo bien al caballo. El primer puyazo lo tomó en bravucón. Y casi también el aliviado segundo. Juan de Álamo pudo comprobar la favorable condición del burel en su quite por chicuelinas. Replicó Adame con otro quite similar que remató con larga por alto. Mejor hubiera sido hacerlo con otra suerte. Jarocho destacó en palos con dos pares muy buenos. Fue ovacionado y obligado a saludar. Y Adame brindó al respetable que en Bilbao lo es más que en casi todas las plazas de España. La faena de Adame arranco con ayudados por alto a pies juntos. Le tardó el animal y decidió abrirlo a los medios con buen criterio. Volvio a tardear más aun que antes en los redondos que fueron a mejor cuando Adame fue ganando un paso a cada pase en vez de quedarse en el sitio como hizo en los primeros. Una pena que no lo hizo siempre. Dando el paso el toro fue excelente. De lío. Tampoco lo hizo como era debido al natural hasta decidirse con buenos resultados. Desarmado tras un pectoral por no dar el paso p´alante. Y por tardear más que antes, el paso adelante fue estrictamente necesario en los naturales y redondos que siguieron, pero no los dio. Fue una pena que Adame no se decidiera a darlos siempre. Podría haber logrado una faena de oreja. Terminó con las inevitables manoletinas…. ¡Qué horror! Mató de estocada demasiado trasera aunque efectiva. Fue muy ovacionado.


Colorao y bien puesto de pitones el quinto, de hermosa estampa. Muy templada la brega del mexicano que remató con donoso recorte. Lo mismo para llevarlo al caballo. Cumplió el de Alcurrucén pese a salir sueltito. Cómo metió la cara en el capote, señores. Madre mía que este toro puede ser de revolución en la muleta. Lo apuntó también en el escueto quite de Juan del Álamo. 
Cubierto el tercio de banderillas con un buen par de Tomás López, Adame brindó su faena. Por bajo empezó con la derecha junto a las tablas. Debió abrirse antes de cuando lo hizo. Una vez en los medios, ee animal rompió a excelente por el lado derecho. Y Adame bien aunque no tanto como el toro requería. Se le vino pronto y se abrió para cantarlo en latín. Pero Adame lo cantó en arameo. Y en griego al natural. La banda amenizo el trasteo con el pasodoble de Ponce. Fue por ello inevitable imaginar lo que hubiera hecho el valenciano con este estupendo ejemplar. Cuando Adame se acordó de esto mismo, empezó a ligar como era debido y la gente rompió en una ovación. Fue un breve acierto. Demasiado corto. Deshecho el encanto, la banda cortó en seco y Adame se perfiló para entrar a matar. Enterró un espadazo trasero que fue suficiente y cortó una oreja. El toro fue de dos.

El colorao tercero salió sin brío, se emplazó en los medios brevemente y, de seguido, embistió con celo al capote de Juan del Álamo aunque sin viajar lejos. Revoltosillo, impidió que el salmantino se sosegara. Rehusó en el primer encuentro con los montados y hubo que recolocarlo sin solución. En su huida dio con el caballo contrario y recibió escaso castigo por salir de naja. No hubo manera de colocarlo como Dios manda y se hizo de cualquier manera. Finalmente, tomó el segundo puyazo al relance perdiendo las manos al salir de la suerte. No se prestó a los quites por tardear tanto y galopó al trote en banderillas, pero galopó. Oscar Ramos se dejó desarmar inoportunamente. Imperdonable. Y una vez abierto desde donde le llevó el desarmado peón empezó la faena. Se repitió la historia que acabamos de describir. Otro toro más que posible en la muleta siempre y cuando el torero se colocara cruzado y ganara un paso a cada pase. Del Álamo se dio cuenta y el trasteo tomó cierto vuelo por redondos, algunos francamente templados. Al natural el animal le ganó la acción al salmantino para empezar hasta que, haciendo lo debido, pegó varios con clase y largura. ¡Música, maestro¡. Nos supo a gloria escucharla y hasta se nos pusieron los vellos de punta. ¡Señores, qué pedazo de banda¡ Del Álamo aprovechó el trance musical para sentirse más, ya en la cercanía del anima hasta desplantarse señorialmente antes de irse a por la espada de verdad. Ayudados por bajo no del todo completos pero bonitos, de pecho diestro y a matar. Una estocada trasera caída fue muy efectiva y muchos, no todos, pidieron la oreja. Matías no la concedió. El toro, como el anterior, habría sido de dos en las manos del quien yo me sé. Pero no quiero nombrarle porque la referencia anda ahora por las nubes celestiales de su historia. Juan dio una merecida vuelta al ruedo. Eso, sí.


Expectación en la salida del sexto. ¿Sería otro como el quinto? Castaño chorreado en morcillo y muy bien hecho aunque un poquito montado arriba. También metió la cara por abajo en las aceptables verónicas de Juan. Por dejar al toro abierto para el primer puyazo, tuvo que cerrarlo para que lo tomara cumpliendo. El toro tenía ganas de embestir y Del Álamo pasó de quites. Para cuando lo dejas, hombre… Aunque esperó en palos, cada vez que alguien le llamó con el capote, se arrancó con fija prontitud. Y como no podía ser de otra manera, Juan lo brindó a la parroquia. Tanteos. Demasiados. Y redondos de variado acople. El toro por encima del salmantino. Uno sí, otro no. Dos sí. Dos no…. Por fin cuatro y el de pecho sí. Otros cuatro ahogando al animal. Había que darle hueco. Y la música otra vez. Fue cuando empezó a dar naturales. Más uniformidad tuvieron que en los redondos. Pero sin formar el lío que el toro llevaba dentro. Ovación con la gente sentada. Era toro para ver torear en pie. También con este debió cruzarse más y ganar el paso. Juan apunta clase, de acuerdo. Pero hay que estar con más determinación. Menos mal que solo dio una manoletina. Tras una estocada de rápidos efectos le fue concedida una oreja. También este toro fue de dos.

Pese a los dos trofeos cortados, salimos insatisfechos. Fue corrida de diez. Pero lo que más me dolió fue que a las figuras también se les fue una oportunidad enorme por no quererla matar o no encajar quien quiso sin buena compañía, que todo hay que decirlo. En definitiva, que esta corrida de los hermanos Lozano a quienes envío mi más cariñosa enhorabuena, se convirtió en doloso desperdicio.

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