lunes, 18 de agosto de 2014

Bilbao: guerra de espuelas melladas como seguros a terceros / por Pedro J. Cáceres


"...La cuestión viene de muy atrás. Pero, al parecer, las declaraciones de Pablo Hermoso de Mendoza en el programa “Tendido Cero” dentro de un reportaje conmemorativo de su 25 aniversario de alternativa han despertado “amores propios” en unos y deseos de confrontación imposible (son rangos distintos) en otros..."

Bilbao: guerra de espuelas melladas como seguros a terceros


Pedro J. Cáceres
Crítico taurino y Periodista
La corrida de rejones que daba inicio a las Generales de Bilbao y su Semana Grande tuvieron un madrugar entre accidentado y bélico. Accidentado por la sustitución a última hora de Leonardo Hernández (herido) que supuso el debut de Andrés Romero sin saberse a ciencia cierta si la floja entrada estuvo motivada por la excusa reglamentaria de tal suplencia para la devolución de entradas a los abonados.

No sé si es que hubo poco tiempo para provisionar la incidencia o que el debutante es parte de “la familia” anunciada una vez que se ha testado la “guerra de clanes” en la que todos se enzarzan con el rabillo del ojo mirando su cuota de rentabilidad, el botín, de tal escaramuza. Mientras, triunfadores de San Isidro, como Sergio Galán son convidados de piedra…involuntariamente.

La cuestión viene de muy atrás. Pero, al parecer, las declaraciones de Pablo Hermoso de Mendoza en el programa “Tendido Cero” dentro de un reportaje conmemorativo de su 25 aniversario de alternativa han despertado “amores propios” en unos y deseos de confrontación imposible (son rangos distintos) en otros.

No sabría decir si Pablo ha estado afortunado, o no, o si sus declaraciones se han sacado de contexto y abonado una polémica de renta baja. 

Su “estoy echando en falta competencia”, así –sin anestesia- podría entenderse como un menosprecio al resto del escalafón. Pero en el entorno de la entrevista presenta dudas y pudiera recalar en una sensación de ausencia de retos personales que al tiempo sirven de cortafuegos a esos “manos a patas” (tan versallescos como artificiosos –menos el de Bilbao, por lo que entraña matar un “Victorino” y que el “maestro” también lo haga-) con Ponce, Juli y J.Tomás.

Cartagena y Ventura llegaban para inaugurar “Aste Nagusia” con el “cuchillo entre los dientes”, y Romero bastante tenía con enseñar la “carta de recomendación”. El problema es que ese cuchillo, a guisa de bocado de equino, tenía destinatario remoto y no lo emplearon para ir cribando el “partido de la oposición” al rey Pablo y desdecirle, ante el público bilbaíno, sobre lo de la competencia; al menos, ayer, entre los actuantes. Cada uno a su bola, y Pablo en la de todos.

Atacados con el enemigo común se olvidaron que podrían estar librando unas “primarias” y entre unas cosas y otras la tarde, al final, por H o C (h y b en Euskadi es morse peligroso) todo quedó en una oreja para el de Benidorm. Cierto es que la corrida de Sánchez (el ganadero, no de la saga de charcuteros de Guijuelo) fue un tanto desagradecida, con movilidad engañosa, y muy complicadita. Más de público que de toreros, y si encima son a caballo, el entendimiento general es menor. Pero tampoco es mentira que, quizá, por la ansiedad del triunfo, cada uno en sus circunstancias, y la sed de venganza, la desmedida entrega que dispusieron en interiores fue una anarquía en exteriores.

Ráfagas de rabia y amor propio. Cartagena con “Pericalvo” en el 4º; y Ventura con Nazarí, Morante, y algunos chispazos de Toronjo. Punto.

Cuando se intenta responder a una “guerra” no declarada –implícitamente-, o se tira uno al monte y va de tu a tu sin hacer “pandi” o estás colaborando a un “frente popular” del que otros (como Galán) os pueden pedir cuentas teniendo que atender dos flancos.Pablo H. Mendoza puede que no se gigante, o ni siquiera molino; pero no es mejor, en Bilbao –sea cual sea la condición de la corrida- ser D. Quijote y Sancho y además, no poder discernir, en la tarde de ayer, quien es cada cual.

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