domingo, 14 de septiembre de 2014

Recioto Madrid 1 – 2 Atlético Aviación



"...Hay testigos que aseguran haber oído a Ancelotti decir al abandonar San Sebastián que iba a haber cambios tras la derrota, pero con el parón de las selecciones al italiano le dio tiempo a leer ‘Así habló John Benjamin’ y al final, fueron los once cabrones de siempre..." 

Recioto Madrid 1 – 2 Atlético Aviación

Jarroson
Luego de la debacle en Anoeta y el unte de sebo de cerdo de los partidos de selecciones llegó el Aleti al Bernabéu con su mejor hombre sancionado. Quince días sin fútbol es un periodo muy largo y los habitantes de pueblos y metrópolis discutieron en los bares y bibliotecas qué es lo mejor para el Madrid. “Queremos que vuelva la democracia del rombo con Illarra de Milla, Bale de Amavisca y James de Laudrup” oí en un bar, a lo que yo añadí para el cuello de mi camisa “y a Ancelotti de Valdano”. “No, mire señor, que hemos ganado la décima, descansad. Para este año lo mejor que nos puede pasar es la final de Copa en Bilbao, el mundialet en Marrakech y la supercopa en Belfast. El sextete genera mucha presión y no tenemos tanto aguante como antes”, me dijo otro.

Hay testigos que aseguran haber oído a Ancelotti decir al abandonar San Sebastián que iba a haber cambios tras la derrota, pero con el parón de las selecciones al italiano le dio tiempo a leer ‘Así habló John Benjamin’ y al final, fueron los once cabrones de siempre. El Madrid toca ordenadamente la pelota al inicio del partido, intentando que con cada tres o cuatro pases el Aleti conceda dos metros hacia su portería, a medio camino entre una greguería de Gómez de la Serna y una rubaiyat de Khayyam.

Sobre Casillas hablaron esta semana Alfredo Relaño y Diego Simeone, dos insignes madridistas. Relaño se refirió al portero como un héroe con Instinto Excepcional Resolver Situaciones Imposibles y ahora parece que cada gol que le meten es obra de un villano de Marvel o un acto inexplicable. Simeone aseguró que era su jugador favorito del Madrid. Tal vez por ello le preparó una jaula de hombres en cada corner. La imagen del primer gol es muy elocuente porque entre la jaula y su traje naranja parecía un preso de Guantánamo, pobrecillo.

Todos los grandes hombres tienen una leyenda negra, Ancelotti incluido. Al entrenador de la décima el Tata Martino le metió 4 y el Mono Burgos le ganó un derbi con un cronómetro colgando del cuello. Diego Torres podrá contar eso a sus nietos y no les estará mintiendo.

Al Madrid le queda bien -y a los madridistas les gusta- la industrialización o las revueltas populares. El pesado bloque hermético o la verticalidad extrema del contragolpe. La democracia del toque pese a los intentos fallidos de Valdano o Querioz, o el turismo de interior de la Quinta del Buitre y sus tímidos paseos en R4 por Europa, no.

El Madrid es una bañera rebosante de agua a punto de desbordarse y nadie sabe muy bien por qué. ¿Dónde está el tapón?
Bale corre por la derecha como un niño autista. Arbeloa no le dobló y cada corrida del galés parecía que iba buscando el queso colina abajo.
Todos estamos de acuerdo en que Illarra a día de hoy está más cerca de ser un bufón que un jugador de fútbol, pero es el único cinco que nos queda. Hoy nuevamente se cayó del once. Creo firmemente que tiene que jugar 15 partidos seguidos no matter what para que salgamos de una vez de dudas. O sale del capullo y florece o que se vaya cedido al Eibar.
James, el monaguillo del Faraón Pérez es una duda existencial en el once y no se por qué tengo la extraña sensación de que diluye un poco a Modricy a Kroos. Durante el partido Modric perdió un balón y Benzema cometió una falta, por lo que supe que nada bueno iba a pasar.

Aunque dantesco, el espectáculo madridista tras el 1-2 tenía una parte cómica innegable. Chicharito es la guinda al pastel. Entre renovar un bloque que ha llegado a lo más alto en el fútbol de clubes para mantener la motivación y el ansia competitivo y dejar la plantilla preparada para aparecer en un episodio de Carnivàle hay un punto medio que saltó posiblemente con las bajas de Alonso y Di María y la llegada de James.

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