lunes, 6 de octubre de 2014

Amanecer en Segura de la Sierra...



Desde la hospedería de El Mirador
- Fotofrafías: la Loma -








El Yelmo, con 1809 metros de altitud, es uno de los picos mas altos de la zona y el más alto del término municipal de Segura de la Sierra. También es una de las estampas más emblemáticas de la Sierra de Segura, y desde su pico podemos divisar todo el Parque Natural, tierras manchegas e incluso las estribaciones de Sierra Nevada.

Al elegante perfil del Yelmo, montaña emblemática de la Sierra de Segura, dedica Quevedo la siguiente silva:

El Yelmo de Segura de la Sierra (Monte muy alto al Austro)

O sea que olvidado, 
o incrédulo del caso sucedido, 
o mal escarmentado, 
¡Oh peñasco atrevido!, 
llevas a las estrellas frente osada 
de ceños y de carámbanos armada;

debajo de tí truena, 
que respeta tus cumbres el verano,
y allá en tus faldas suena 
lluvioso y tierno caño; 
y donde eres al cielo cama dura, 
das a Guadalquivir cuna en Segura.

Por de más alto vuelo
te codiciara el águila gloriosa,
pues arrimado al cielo,
lo que no pudo él, osa;
sobre Olimpo nos muestras por momentos
las determinaciones de los vientos.

Escondes a la vista
el Yelmo con que Júpiter Tronante,
armado en la conquista,
si no te vio triunfante,
te vio valiente y animoso, y vemos
que hoy le arriman escalas tus extremos.

Coronado de pinos,
el cerco blanco de la luna enramas,
y en los astros divinos,
que son etéreas llamas,
te enciendes por turbar antiguas paces,
y al cielo vecindad medrosa haces.

Son parto de tus peñas
Mundo y Guadalquivir, famosos ríos,
y luego los despeñas
por altos montes fríos,
de tan soberbios y ásperos lugares,
que parece que llueves los que pares.

Baja recién nacido
Guadalquivir, y llega tan cansado,
que le ve encanecido
en su niñez el prado,
con la espuma que hace y con la nieve,
por duros cerros resbalando leve.

Ceñido en breve orilla,
llega a tomar el cetro de los ríos,
y en cercando a Sevilla,
le coronan navíos;
por ser tan noble su primera fuente,
que es de los cielos alto descendiente.

Con pasos perezosos,
al mar camina, como va a la muerte,
y en senos procelosos
por tributo se vierte;
donde yace del golfo respetado
por lo que en él Belisa se ha mirado

O sea que olvidado
(Las tres últimas Musas castellanas: 
segunda cumbre del Parnaso Español, 1626)

No hay comentarios:

Publicar un comentario