sábado, 1 de noviembre de 2014

Día de Difuntos: Halloween mata a Don Juan Tenorio / por Eduardo García Serrano



"...El triunfo de Halloween sobre el Tenorio es producto de una claudicación cultural fundamentada en atribuirle caspa y tenebrismo a las tradiciones españolas y en recibir con entusiasmo digno de mejor causa todo lo que viene allende los Pirineos, preferentemente del mundo anglosajón..."

 
Halloween mata a Don Juan Tenorio

El papanatismo cultureta que le otorga caspa y tenebrismo a las tradiciones españolas ha conseguido que Halloween haya conquistado el escenario natural del Tenorio: el Día de Difuntos.

De los cuatro grandes mitos universales modernos: Hamlet, El Quijote, Fausto y Don Juan Tenorio, dos son españoles. Uno de ellos, Don Juan, que sigue vivo en el imaginario colectivo de los hombres y, sobre todo, de las mujeres de todo el mundo, ha sido expulsado de España por la cofradía de Halloween que, con su banalización de la muerte y su caricaturización de los difuntos ha ocupado el espacio cultural sobre el que reinaba Don Juan Tenorio: el Día de Difuntos. 

Don Juan escribiría hoy su célebre carta, desde el exilio, por su puesto, diciendo "cuán gritan esos malditos... de Halloween, pero mal rayo me parta si en acabando esta carta no pagan caros sus gritos". Pobre Don Juan, redimido por el amor de Doña Inés y por el arrepentimiento, vencedor en tantos lances de alcoba y en tantos duelos de espada y, al final, derrotado por el papanatismo español que desprecia todo cuanto le es propio y adora todo lo que le es ajeno. Gracias a Halloween, el Tenorio ha corrido la misma suerte que el término Hispanoamérica, condenado al destierro y sustituido en el lenguaje de los españoles por Latinoamérica. Ese mismo papanatismo que hace años comenzó a darle el "alto" a los Reyes Magos de Oriente en la valla de Melilla para dar paso a Papá Noel en la Navidad de los españoles.

El triunfo de Halloween sobre el Tenorio no es producto, como sostienen sus valedores, de una positiva evolución cultural y de la adecuación de la sociedad española a la modernidad. No. El triunfo de Halloween sobre el Tenorio es producto de una claudicación cultural fundamentada en atribuirle caspa y tenebrismo a las tradiciones españolas y en recibir con entusiasmo digno de mejor causa todo lo que viene allende los Pirineos, preferentemente del mundo anglosajón. A través de la hegemonía cultural norteamericana, que es donde los emigrantes irlandeses se llevaron la tradición celta de Halloween, se impone en España ese rito pagano y lúdico que banaliza la muerte y hace una ouija pretendidamente cómica con los difuntos a la que se invita a los niños. Esos mismos niños cuyos modernísimos papás no los llevan al cementerio a poner flores y rezar un Padrenuestro en la tumba del abuelo, no sea que el crio se traumatice. Decía Oswald Spengler, autor de la impagable Decandencia de Occidente, que "las culturas son organismos y la historia es su biografía". Hoy la biografía histórica y cultural de España no se escribe en la taberna sevillana donde comienza el viaje a los infiernos del Tenorio, y su arrepentimiento y redención el Día de Difuntos por el amor de Doña Inés. Se escribe en una calabaza de sonrisa siniestra y su verso más conmovedor es esa gilipollez que dice "truco o trato".

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